AMIGOS ESTE ESCRITO DEBE SER REVISADO OBLIGATORIAMENTE POR TODOS LOS CHAVISTAS DE MANERA URGENTE. ES EXCELENTE.
La Clave principal del odio a Chávez
por Víctor A. López Rossi*
Es necesario comprender que la base fundamental del odio, o más bien, del desprecio, oposición, fastidio, o fobia contra Chávez -porque pocos aceptarán que lo odian, aunque lo odien...- es una operación muy efectiva de siembra de rechazo visceral al Presidente y a todo lo que suene o huela a chavismo, bolivarianismo, proceso, revolución, y ni se diga, al socialismo.
Es algo visceral, emocional, emotivo, reactivo, automático, que las operaciones de guerra psicológica y mediática han logrado instalar en el aparato perceptivo y sensitivo de miles, cientos de miles y si tomamos en cuenta los recientes resultados electorales del 26-S, millones de venezolanos. 5.3 millones para ser más o menos exactos.
Cifra que pareciera ir paulatinamente creciendo, lo cual es una situación de mucho cuidado no sólo por el futuro del socialismo bolivariano venezolano, sino también por la salud psíquica del colectivo nacional. Una revolución humanista que se respete no puede permitir que tantos millones de compatriotas sufran de alguna forma de disociación, de alguna forma de odio, de alguna forma de fobia visceral e irracional. No es posible -sí lo es, de hecho, pero no es aceptable- que esta irracionalidad esté instalada de tal forma en tantos compatriotas, que les impida en muchas ocasiones advertir la más elemental conveniencia social e individual, y que sean más bien proclives a las corrientes de opinión de quienes podrían ser sus peores verdugos y que en el presente representan la encarnación de todo lo contrario a sus verdaderos intereses.
Pero exactamente ésa es la situación en la que estamos. Millones de venezolanos en su odio visceral, en su 'Chavezfobia' automática e irredenta, no prestan la más mínima atención a los muchos aspectos en los que el proceso venezolano les beneficia y les ha beneficiado y mucho menos pueden advertir las ventajas, aún las más evidentes, que les reportaría el avance de un proceso hacia una sociedad más solidaria, democrática y humanista.
Se ha reiterado mucho la acertada observación de Fidel Castro cuando apuntó luego del referéndum por la enmienda constitucional del 2007 que en Venezuela no existían 4 millones de oligarcas. Ya hay que corregir la cifra. Ciertamente, en Venezuela no existen más de 5 millones trescientos mil oligarcas. Pero lo que sí existe muy probablemente son 5.3 millones con alguna forma de Chavezfobia.
· 5.3 millones que no pueden escuchar la sóla voz de Chávez en TV o en radio, porque inmediatamente cambian de canal o de dial. A menos que sea la voz de lo que escoge Globovisión deliberadamente para revolverles el estómago.
· 5.3 millones que ni a balazos verán nada donde esté la cara de Chávez.
· 5.3 millones que no leerán ninguna promoción, noticia, o información que tenga algo de Chávez o que huela a chavismo.
· 5.3 millones que no ven el canal 8, ni Telesur, ni escuchan Radio Nacional, ni YVKE, ni leen Diario Vea, ni Aporrea, ni nada, absolutamente nada que tenga el menor aroma a Chávez.
· 5.3 millones que cuando hay cadena nacional de radio y TV, buscan compulsivamente el control remoto para cambiar a algún canal por cable. O si están en su automóvil, cambian de la radio al reproductor del CD, o si no, lo apagan de un manotazo. Lo he visto con mis propios ojos.
· 5.3 millones que a la menor mención de Chávez, o de algún tema de actualidad política, pasarán de una agradable o normal compostura a los más retorcidos rictus faciales y corporales de incomodidad, desagrado o simple odio campante y sonante, mientras profieren las infamias más increíbles contra el proceso, o si son algunas verdades sobre fallas, o errores ciertos, pues peor aún.
Por tanto, los medios masivos y sus promotores han logrado crear una refractaria masa Chavezfóbica prácticamente impenetrable e inexpugnable.
¿Quiere decir que están 'perdidos' estos 5.3 millones de compatriotas, entre los cuales se encuentran muchos de nuestros familiares, amigos y relaciones más queridas, y mucha, pero mucha gente, en términos generales, tan buena como cualquiera, tan buena gente, amable, bienintencionada, amorosa y hasta solidaria como cualquier hijo de vecino?
Pensamos que no. Quizá exageramos.
En estos 5.3 millones seguramente hay un 'núcleo duro' que ni que baje Jesucristo a hacerles ver razones lo harán. Pero creo que son los menos. Seguramente no llegan al 20% de personas ya totalmente cooptadas por la guerra psicológica y mediática y por los temores al 'comunismo' y demás yerbas. Pero en esos 5 millones y pico seguramente hay muchos trabajadores, muchos obreros, campesinos, gente de las zonas populares y humildes del país, etc., que por razones de gestión ineficiente, afán de castigo, falta de claridad, y por ser víctimas de las campañas disociadoras, etc., probablemente no están definitivamente inmersos en el odio, la rabia, o la sinrazón, ni mucho menos disociados de sus auténticos intereses.
Pero cualquier intento de 'recuperación' de tantos hermanos y hermanas pasa por comprender que serán inefectivos todos los métodos o abordajes que estén basados sólo en la información o la argumentación, es decir, que apelen sólo al aspecto lógico, racional, o ideológico del asunto. Tampoco sólo en el aspecto de la gestión pública o los logros concretos. Porque como hemos dicho, el nudo no es racional sino emocional. Mucho usuario de Barrio Adentro, de PDVAL, de Mercal, muchos beneficiarios de becas, pensiones, o programas, seguramente han votado por el oposicionismo, o no votan. No es cuestión sólo de gestión o logros. Por tanto, emocionales han de ser en gran medida los medios para intentar revertir la Chavezfobia al menos en los compatriotas no definitivamente 'irrecuperables'.
Es un tema difícil y complejo, y no pretendo tener 'soluciones', pero como en tantos artículos que he leído al respecto no he observado que alguien se refiera este aspecto que me parece fundamental, pues propongo este tema para el debate.
¿Cómo revertir la Chavezfobia si su origen y métodos de implantación no son meramente racionales, sino fundamentalmente emocionales?
Creo que es perfectamente posible, porque he visto cantidad de amigos y hasta familiares que pasaron de ser furibundos antichavistas a conscientes simpatizantes, e incluso, revolucionarios de convicción, luego de un evento emocional de profunda significación. Sobre todo, después del paro-sabotaje petrolero, las guarimbas, o más recientemente, en casos de tratamiento médico-psicológico debido a stress, en los cuales algún amigo se ha tenido que someter a profundas revisiones personales.
No tengo soluciones, sin embargo, para proponer algunas vías de inicio hacia alguna reflexión podría enumerar algunas cosas:
1. El Presidente Chávez puede conocer esta situación y reflexionar personalmente al respecto o con sus amigos y asesores. Personalmente he visto el efecto que causan sus palabras suaves y amables que dirige a sectores de la oposición comprendiendo de alguna manera su posición. “Esta revolución es de todos, no es sólo para los revolucionarios...”, “yo no odio a los que me odian, por el contrario, los quiero, así como quiero también a los venezolanos que me adversan... la revolución es también para ellos...” Etc. El que no está terriblemente disociado puede ser receptivo a este tipo de cosas.
2. Todas las piezas propagandísticas, informativas, o promocionales del gobierno deben tener en cuenta esta situación y actuar muy cuidadosamente en consecuencia.
3. Tener en cuenta que la emoción fundamental que moviliza a quienes votan por el oposicionismo es el miedo. Miedo a que el gobierno 'les quite algo', miedo a perder el trabajo, miedo a que te quiten los hijos, miedo al 'comunismo' y miedo hasta al gato. Un miedo que han logrado muy efectivamente sembrar los medios propagandísticos nacionales y transnacionales y que en ocasiones no se desactivan o preveen a tiempo, o mucho menos a posteriori. El proceso bolivariano debe desactivar el miedo.
4. Hay que clarificar de manera contundente, categórica, amplificada y consistente, por todos los modos y medios que el 'enemigo' o el adversario de la Revolución no es la clase media, ni siquiera aquélla de más altos ingresos o nivel de vida, al fin y al cabo, todos son de alguna forma, asalariados dependientes de su trabajo. Insistir en que burguesía u oligarquía no es la clase media, sino un sector muy pequeño, ínfimo de la nación que concentra en sí el poder real económico, financiero y son intermediarios y agentes de los poderes transnacionales globales. Y a veces podría ser posible que algunos sectores de la llamada burquesía u oligarquía tampoco sean adversarios. Casos se han visto. El adversario es el Capitalismo acendrado y sus muy pocos verdaderos agentes.
5. La Revolución Bolivariana no debe dejarse arrebatar el importantísimo contenido simbólico y concreto del concepto de la Unidad y/o la Unidad Nacional. Así como el oposicionismo ha intentado despojar al proceso de los referentes simbólicos de la Constitución, el Himno Nacional, la Paz, la Democracia y ¡hasta de referencias como Alí Primera! y han más o menos fracasado o tenido cierto éxito según el caso, la Unidad del país es patrimonio fundamental de cualquier proceso de integración nacional orientado por una visión socialista. Es el Capitalismo el que produce división, exclusión, brecha social, polarización falsa, e intenta por todos los medios dividir al país en distintos sectores que rechacen un proceso unificador como la Democracia Participativa y Protagónica. El Socialismo es Unidad, Unidad, y más Unidad; ésa es nuestra divisa, como decía el Libertador. En ello es muy importante reforzar los lemas “Venezuela ahora es de Todos”, “La mayor suma de felicidad posible para todos y todas”, y crear muchos más. Por supuesto, no se trata de lemas o slogans, sino de inspiración que se visibilice además en praxis y acciones constantes que ilustren esta visión.
6. La humildad es un contenido emocional y un valor ético-social fundamental que debe encarnar en todos los niveles y ámbitos del proceso revolucionario, desde el Presidente de la República -quien lo encarna efectivamente, pero es invisibilizado por la falsimedia y anulado por el énfasis en sus expresiones emocionales fuertes, más agresivas o aversivas-, pasando por todos los Gobernadores, Alcaldes, Diputados, Ministros, dirigentes y líderes de los partidos y organizaciones, funcionarios públicos, y en fin, en todos los que de una u otra manera, participamos del proceso. No hay nada más terrible, incoherente con el Socialismo y “mata-votos” -como dice Luis Britto- que la arrogancia, la prepotencia, la soberbia y actitud sobrada, despreciativa y displicente de quien se cree con poder.
7. Reivindicar, promover y aplicar a todo nivel y hacia todos los niveles, la máxima del Che cuando pronunció: “Déjeme decirle, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor......es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esa cualidad.”. No como discurso sino como realidad tangible en incontables hechos tanto del Presidente, de muchos revolucionarios y sobre todo, del pueblo. Eso hay que visibilizarlo, difundirlo, destacarlo y magnificarlo a la N potencia. Como quizá ya ha empezado a hacerse con los lemas “Hecho en Socialismo” (con el corazón) -quizá resulte cursi para algunos, pero tiene su efecto- o “por Amor a Venezuela”, etc.
En fin, sólo algunas ideas preliminares. No se trata de campañas publicitarias, o de meros aspectos formales o éticos, ni 'decorativos', sino de destacar y proyectar con los hechos, el discurso y sobre todo en la actitud, y con una coherente estrategia de medios a nivel nacional e internacional, el verdadero espíritu que anima un proyecto de carácter humanista, socialista, democrático e incluyente, que impacte en los niveles emocionales de la psique venezolana.
Por supuesto, reiteramos, lo emocional no es el único aspecto ni lo más relevante, debe estar en coherencia con una función pública eficiente, eficaz y efectivamente comunicada, una formación de conciencia, basada en el conocimiento, la información, la ciencia y una formación humana integral e integrada, y otros aspectos que quizá en este momento pase por alto.
Sin embargo, el aspecto emocional es crucial. Recordemos que la ciencia actual demuestra que no es la razón ni la lógica lo que mueve al ser humano, sino sus motivaciones, deseos, preferencias, gustos, reacciones, estados de ánimo, amores y desamores; todos ellos realidades pertenecientes al ámbito emocional.
Que demasiadas veces pasamos por alto.
Urgente la Misión Consciencia, como plantean muchos, entre otros, Martín Guédez.
* Promotor Cultural, Comunicador Social.
La Clave principal del odio a Chávez
por Víctor A. López Rossi*
Es necesario comprender que la base fundamental del odio, o más bien, del desprecio, oposición, fastidio, o fobia contra Chávez -porque pocos aceptarán que lo odian, aunque lo odien...- es una operación muy efectiva de siembra de rechazo visceral al Presidente y a todo lo que suene o huela a chavismo, bolivarianismo, proceso, revolución, y ni se diga, al socialismo.
Es algo visceral, emocional, emotivo, reactivo, automático, que las operaciones de guerra psicológica y mediática han logrado instalar en el aparato perceptivo y sensitivo de miles, cientos de miles y si tomamos en cuenta los recientes resultados electorales del 26-S, millones de venezolanos. 5.3 millones para ser más o menos exactos.
Cifra que pareciera ir paulatinamente creciendo, lo cual es una situación de mucho cuidado no sólo por el futuro del socialismo bolivariano venezolano, sino también por la salud psíquica del colectivo nacional. Una revolución humanista que se respete no puede permitir que tantos millones de compatriotas sufran de alguna forma de disociación, de alguna forma de odio, de alguna forma de fobia visceral e irracional. No es posible -sí lo es, de hecho, pero no es aceptable- que esta irracionalidad esté instalada de tal forma en tantos compatriotas, que les impida en muchas ocasiones advertir la más elemental conveniencia social e individual, y que sean más bien proclives a las corrientes de opinión de quienes podrían ser sus peores verdugos y que en el presente representan la encarnación de todo lo contrario a sus verdaderos intereses.
Pero exactamente ésa es la situación en la que estamos. Millones de venezolanos en su odio visceral, en su 'Chavezfobia' automática e irredenta, no prestan la más mínima atención a los muchos aspectos en los que el proceso venezolano les beneficia y les ha beneficiado y mucho menos pueden advertir las ventajas, aún las más evidentes, que les reportaría el avance de un proceso hacia una sociedad más solidaria, democrática y humanista.
Se ha reiterado mucho la acertada observación de Fidel Castro cuando apuntó luego del referéndum por la enmienda constitucional del 2007 que en Venezuela no existían 4 millones de oligarcas. Ya hay que corregir la cifra. Ciertamente, en Venezuela no existen más de 5 millones trescientos mil oligarcas. Pero lo que sí existe muy probablemente son 5.3 millones con alguna forma de Chavezfobia.
· 5.3 millones que no pueden escuchar la sóla voz de Chávez en TV o en radio, porque inmediatamente cambian de canal o de dial. A menos que sea la voz de lo que escoge Globovisión deliberadamente para revolverles el estómago.
· 5.3 millones que ni a balazos verán nada donde esté la cara de Chávez.
· 5.3 millones que no leerán ninguna promoción, noticia, o información que tenga algo de Chávez o que huela a chavismo.
· 5.3 millones que no ven el canal 8, ni Telesur, ni escuchan Radio Nacional, ni YVKE, ni leen Diario Vea, ni Aporrea, ni nada, absolutamente nada que tenga el menor aroma a Chávez.
· 5.3 millones que cuando hay cadena nacional de radio y TV, buscan compulsivamente el control remoto para cambiar a algún canal por cable. O si están en su automóvil, cambian de la radio al reproductor del CD, o si no, lo apagan de un manotazo. Lo he visto con mis propios ojos.
· 5.3 millones que a la menor mención de Chávez, o de algún tema de actualidad política, pasarán de una agradable o normal compostura a los más retorcidos rictus faciales y corporales de incomodidad, desagrado o simple odio campante y sonante, mientras profieren las infamias más increíbles contra el proceso, o si son algunas verdades sobre fallas, o errores ciertos, pues peor aún.
Por tanto, los medios masivos y sus promotores han logrado crear una refractaria masa Chavezfóbica prácticamente impenetrable e inexpugnable.
¿Quiere decir que están 'perdidos' estos 5.3 millones de compatriotas, entre los cuales se encuentran muchos de nuestros familiares, amigos y relaciones más queridas, y mucha, pero mucha gente, en términos generales, tan buena como cualquiera, tan buena gente, amable, bienintencionada, amorosa y hasta solidaria como cualquier hijo de vecino?
Pensamos que no. Quizá exageramos.
En estos 5.3 millones seguramente hay un 'núcleo duro' que ni que baje Jesucristo a hacerles ver razones lo harán. Pero creo que son los menos. Seguramente no llegan al 20% de personas ya totalmente cooptadas por la guerra psicológica y mediática y por los temores al 'comunismo' y demás yerbas. Pero en esos 5 millones y pico seguramente hay muchos trabajadores, muchos obreros, campesinos, gente de las zonas populares y humildes del país, etc., que por razones de gestión ineficiente, afán de castigo, falta de claridad, y por ser víctimas de las campañas disociadoras, etc., probablemente no están definitivamente inmersos en el odio, la rabia, o la sinrazón, ni mucho menos disociados de sus auténticos intereses.
Pero cualquier intento de 'recuperación' de tantos hermanos y hermanas pasa por comprender que serán inefectivos todos los métodos o abordajes que estén basados sólo en la información o la argumentación, es decir, que apelen sólo al aspecto lógico, racional, o ideológico del asunto. Tampoco sólo en el aspecto de la gestión pública o los logros concretos. Porque como hemos dicho, el nudo no es racional sino emocional. Mucho usuario de Barrio Adentro, de PDVAL, de Mercal, muchos beneficiarios de becas, pensiones, o programas, seguramente han votado por el oposicionismo, o no votan. No es cuestión sólo de gestión o logros. Por tanto, emocionales han de ser en gran medida los medios para intentar revertir la Chavezfobia al menos en los compatriotas no definitivamente 'irrecuperables'.
Es un tema difícil y complejo, y no pretendo tener 'soluciones', pero como en tantos artículos que he leído al respecto no he observado que alguien se refiera este aspecto que me parece fundamental, pues propongo este tema para el debate.
¿Cómo revertir la Chavezfobia si su origen y métodos de implantación no son meramente racionales, sino fundamentalmente emocionales?
Creo que es perfectamente posible, porque he visto cantidad de amigos y hasta familiares que pasaron de ser furibundos antichavistas a conscientes simpatizantes, e incluso, revolucionarios de convicción, luego de un evento emocional de profunda significación. Sobre todo, después del paro-sabotaje petrolero, las guarimbas, o más recientemente, en casos de tratamiento médico-psicológico debido a stress, en los cuales algún amigo se ha tenido que someter a profundas revisiones personales.
No tengo soluciones, sin embargo, para proponer algunas vías de inicio hacia alguna reflexión podría enumerar algunas cosas:
1. El Presidente Chávez puede conocer esta situación y reflexionar personalmente al respecto o con sus amigos y asesores. Personalmente he visto el efecto que causan sus palabras suaves y amables que dirige a sectores de la oposición comprendiendo de alguna manera su posición. “Esta revolución es de todos, no es sólo para los revolucionarios...”, “yo no odio a los que me odian, por el contrario, los quiero, así como quiero también a los venezolanos que me adversan... la revolución es también para ellos...” Etc. El que no está terriblemente disociado puede ser receptivo a este tipo de cosas.
2. Todas las piezas propagandísticas, informativas, o promocionales del gobierno deben tener en cuenta esta situación y actuar muy cuidadosamente en consecuencia.
3. Tener en cuenta que la emoción fundamental que moviliza a quienes votan por el oposicionismo es el miedo. Miedo a que el gobierno 'les quite algo', miedo a perder el trabajo, miedo a que te quiten los hijos, miedo al 'comunismo' y miedo hasta al gato. Un miedo que han logrado muy efectivamente sembrar los medios propagandísticos nacionales y transnacionales y que en ocasiones no se desactivan o preveen a tiempo, o mucho menos a posteriori. El proceso bolivariano debe desactivar el miedo.
4. Hay que clarificar de manera contundente, categórica, amplificada y consistente, por todos los modos y medios que el 'enemigo' o el adversario de la Revolución no es la clase media, ni siquiera aquélla de más altos ingresos o nivel de vida, al fin y al cabo, todos son de alguna forma, asalariados dependientes de su trabajo. Insistir en que burguesía u oligarquía no es la clase media, sino un sector muy pequeño, ínfimo de la nación que concentra en sí el poder real económico, financiero y son intermediarios y agentes de los poderes transnacionales globales. Y a veces podría ser posible que algunos sectores de la llamada burquesía u oligarquía tampoco sean adversarios. Casos se han visto. El adversario es el Capitalismo acendrado y sus muy pocos verdaderos agentes.
5. La Revolución Bolivariana no debe dejarse arrebatar el importantísimo contenido simbólico y concreto del concepto de la Unidad y/o la Unidad Nacional. Así como el oposicionismo ha intentado despojar al proceso de los referentes simbólicos de la Constitución, el Himno Nacional, la Paz, la Democracia y ¡hasta de referencias como Alí Primera! y han más o menos fracasado o tenido cierto éxito según el caso, la Unidad del país es patrimonio fundamental de cualquier proceso de integración nacional orientado por una visión socialista. Es el Capitalismo el que produce división, exclusión, brecha social, polarización falsa, e intenta por todos los medios dividir al país en distintos sectores que rechacen un proceso unificador como la Democracia Participativa y Protagónica. El Socialismo es Unidad, Unidad, y más Unidad; ésa es nuestra divisa, como decía el Libertador. En ello es muy importante reforzar los lemas “Venezuela ahora es de Todos”, “La mayor suma de felicidad posible para todos y todas”, y crear muchos más. Por supuesto, no se trata de lemas o slogans, sino de inspiración que se visibilice además en praxis y acciones constantes que ilustren esta visión.
6. La humildad es un contenido emocional y un valor ético-social fundamental que debe encarnar en todos los niveles y ámbitos del proceso revolucionario, desde el Presidente de la República -quien lo encarna efectivamente, pero es invisibilizado por la falsimedia y anulado por el énfasis en sus expresiones emocionales fuertes, más agresivas o aversivas-, pasando por todos los Gobernadores, Alcaldes, Diputados, Ministros, dirigentes y líderes de los partidos y organizaciones, funcionarios públicos, y en fin, en todos los que de una u otra manera, participamos del proceso. No hay nada más terrible, incoherente con el Socialismo y “mata-votos” -como dice Luis Britto- que la arrogancia, la prepotencia, la soberbia y actitud sobrada, despreciativa y displicente de quien se cree con poder.
7. Reivindicar, promover y aplicar a todo nivel y hacia todos los niveles, la máxima del Che cuando pronunció: “Déjeme decirle, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor......es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esa cualidad.”. No como discurso sino como realidad tangible en incontables hechos tanto del Presidente, de muchos revolucionarios y sobre todo, del pueblo. Eso hay que visibilizarlo, difundirlo, destacarlo y magnificarlo a la N potencia. Como quizá ya ha empezado a hacerse con los lemas “Hecho en Socialismo” (con el corazón) -quizá resulte cursi para algunos, pero tiene su efecto- o “por Amor a Venezuela”, etc.
En fin, sólo algunas ideas preliminares. No se trata de campañas publicitarias, o de meros aspectos formales o éticos, ni 'decorativos', sino de destacar y proyectar con los hechos, el discurso y sobre todo en la actitud, y con una coherente estrategia de medios a nivel nacional e internacional, el verdadero espíritu que anima un proyecto de carácter humanista, socialista, democrático e incluyente, que impacte en los niveles emocionales de la psique venezolana.
Por supuesto, reiteramos, lo emocional no es el único aspecto ni lo más relevante, debe estar en coherencia con una función pública eficiente, eficaz y efectivamente comunicada, una formación de conciencia, basada en el conocimiento, la información, la ciencia y una formación humana integral e integrada, y otros aspectos que quizá en este momento pase por alto.
Sin embargo, el aspecto emocional es crucial. Recordemos que la ciencia actual demuestra que no es la razón ni la lógica lo que mueve al ser humano, sino sus motivaciones, deseos, preferencias, gustos, reacciones, estados de ánimo, amores y desamores; todos ellos realidades pertenecientes al ámbito emocional.
Que demasiadas veces pasamos por alto.
Urgente la Misión Consciencia, como plantean muchos, entre otros, Martín Guédez.
* Promotor Cultural, Comunicador Social.
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