viernes, 13 de junio de 2008

Contra el asesinato de los hijos de revolucionarios

Protestan por 300 ejecuciones policiales
Exigieron la intervención del cuerpo uniformado ante la Fiscalia, Vicepresidencia y el MIJ

Los hermanos Engel Alexander Ernesto (33) y Fabricio Douglas Iván Pérez Heredia (31), asesinados el pasado 19 de abril, son las víctimas más recientes de un total de 300 ultimados presuntamente por policías del estado Lara desde el 2002 hasta el presente y cuyos familiares se vinieron ayer a Caracas a exigirle al Ministerio Público que haga justicia.

Con la finalidad de expresar su repudio a los hechos criminales acaecidos en la ciudad de Barquisimeto, el martes 29 de abril de 2008, que suscitaron la detención, secuestro, torturas y asesinato, por parte de policías del Estado Lara, de los camaradas Engel Alexander Ernesto y Fabricio Douglas Iván Pérez Heredia, organizaciones populares y revolucionarias de varias regiones del país se realizo una marcha contra la impunidad en la ciudad de Caracas, partiendo desde la Plaza Parque Carabobo el día 12 de junio.
Los jóvenes asesinados son los hijos de los compañeros Iván Alexander Pérez Ortiz y Gladis María Heredia de Pérez, revolucionarios reconocidos que han participado durante más de 40 años en las luchas libradas para hacer posible la Revolución Venezolana, Latinoamericana y Continental; baluartes de las movilizaciones populares, organizaciones campesinas y Escuelas de Formación Política y Cultural, la defensa de los Derechos Humanos y toda expresión lucha clasista; dirigentes del Movimiento Político Ruptura, del PRV-FALN, plenamente identificados con los intereses de la Liberación Nacional y el Socialismo.
En un comunicado (http://aporrea.org/ddhh/a58664.html) firmado por varias decenas de organizaciones, denunciaron la práctica cobarde y difamatoria de criminalizar a estos hermanos después de ser asesinados de manera brutal y dejar en la orfandad a sus cuatro menores hijas y dos viudas vinculadas a nuestras luchas.
Hicieron un llamado al Ministerio Público, a los gobiernos Nacional y Regional, a la Asamblea Nacional, a la Defensoría del Pueblo, al Consejo Legislativo Regional, para que adelanten las investigaciones que deben llegar hasta las últimas consecuencias, para identificar y castigar con todo el peso de la ley a los asesinos de estos compatriotas y de todos los que han muerto con montajes similares, calificados oficialmente como “enfrentamientos”, perpetrados por los cuerpos policiales a lo largo de estos últimos años.

La cifra de víctimas fatales ha sido recabada por un comité, informó su vocero Carlos Mellijo, quien agregó que estaban exigiendo la intervención de Polilara.
Con un ramito en sus manos estaba la madre de los Pérez Heredia animando la concentración frente al Ministerio Público coreando "sin justicia no hay revolución". Alguien la jaló por un brazo para que le echara el cuento a los periodistas de cómo mataron a sus hijos. "Ellos salieron a depositar un cheque a un banco de Barquisimeto; al salir se los llevaron en un carro y después aparecieron en Pavia con los testículos destruidos y tiroteados.
Los policías pusieron en el acta que había sido un enfrentamiento", relató Gladis Heredia, mientras su abogado acota: "se descubrió que los policías que hicieron el acta le habían disparado a los muchachos de cerquita; ya están imputados".
Otros marchistas sudorosos y con franelas marrones que decían "sin justicia no hay revolución" repartían papelitos con relatos de otros ajusticiamientos. "Ramón París Piña, asesinado vil y cobardemente el 9-11-07 por funcionarios de la División de Investigaciones Policiales de Lara (DIP)", decía uno de los papelitos. "José David Chávez Piña, joven estudiante de 17 años: la noche del 27 de marzo del año en curso, todos sus sueños y anhelos quedaron truncados, cuando fue sorprendido por un fuerte ruido provocado por una contundente patada efectuada por uno de cinco funcionarios de la Brigada de Operaciones Especiales de Lara.
Entraron a su casa sin una orden y lo obligaron a vestirse mientras le daban patadas frente a su hermanita". Otro: "Juan Carlos Mellizo, todo ocurrió el 1-1-04 en el patio de la casa de William Coscorroza donde llegan los uniformados, sale un guardia y comenta: ¿a cuál quiere que le dé?, dispara y lo mató".
Varios comunicados.
Las canciones de Alí Primera animan la concentración. En el suelo se ven varios comunicados de los grupos organizadores con nombres que hacen presumir su tendencia pro gubernamental. Uno de ellos, firmado por el Frente Nacional Campesino Ezequiel Zamora, el Consejo Comunal Argimiro Gabaldón y otros, repudia el crimen de los hermanos Heredia "hijos de los compañeros entrañables Iván Alexander Pérez Ortíz y Gladis Heredia, revolucionarios reconocidos que han participado durante más de 40 años en las luchas libradas para hacer posible la revolución".
"Y ahora camaradas, vamos a la Vicepresidencia y al Ministerio de Interiores a solicitar la intervención de Polilara", gritaba el del megáfono, mientras el "flaco" Francisco Prada y el "catire" Ramón Morales Rossi, viejos guerrilleros de los 60’, sacaban un pañuelo para secarse el sudor y proseguir en la marcha.

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