Hace unos años, uno de los gobiernos de la partidocracia AD-Copei expulsó del país al sacerdote Wuytach, de origen belga.
No se dieron razones, por el contrario, se ocultaron los motivos para aquella decisión ejecutada arbitriamente con procedimientos policiales y de fuerza. Sin embargo, se supo que la expulsión se debía a que el sacerdote compartía su labor pastoral con los obreros de la Fábrica de Cemento La Vega y otras comunidades de la populosa parroquia caraqueña y lugares vecinos.
Se supo también que el sacerdote simpatizaba con el movimiento bautizado en Europa como “los curas obreros” que, según se decía, tenían una visión renovadora de la Iglesia y habían asumido un compromiso con los pobres. Debido a esas características, de las cuales era acusado Wuytach, el Vaticano exigió al gobierno de turno fuera expulsado del país; demanda que obedecieron los jerarcas de AD-Copei.
El recuerdo de aquella represiva y absurda expulsión, viene al caso hoy cuando la representación del Vaticano en Caracas concede asilo en su sede a un delincuente y solicita del Gobierno de Venezuela se le conceda salvoconducto para salir del país.
Insólita la comparación entre el sacerdote Wuytach y el delincuente Nixon Moreno.
Wuytach era un humilde cura dedicado a la labor misionera cristiana entre los obreros de la Fábrica de Cemento La Vega y la gente pobre de los barrios caraqueños. A nadie amenazaba y nadie le temía. Sin embargo, por presiones vergonzosas del Vaticano y seguramente también de la Alta Jerarquía de la Iglesia Católica Romana, fue forzado a abandonar Venezuela. Nixon Moreno es un delincuente, acusado de intento de asesinato y de violación, prófugo de la justicia venezolana. Sin embargo, el Vaticano lo protegió defendiéndolo ante la requisitoria de los tribunales venezolanos y le concedió asilo, además de facilitar su sede diplomática en Caracas para que el prófugo celebre reuniones con sus cómplices.
¿Qué vínculos puede tener el Vaticano que solicita la expulsión del sacerdote Wuytach y el Vaticano que protege al delincuente Nixon Moreno?
Existen muchas analogías y coincidencias, pero sin duda alguna la conducta asumida con respecto al violador de Mérida tiene una connotación política que el pueblo venezolano no dejará de percibir con absoluta claridad.
No se dieron razones, por el contrario, se ocultaron los motivos para aquella decisión ejecutada arbitriamente con procedimientos policiales y de fuerza. Sin embargo, se supo que la expulsión se debía a que el sacerdote compartía su labor pastoral con los obreros de la Fábrica de Cemento La Vega y otras comunidades de la populosa parroquia caraqueña y lugares vecinos.
Se supo también que el sacerdote simpatizaba con el movimiento bautizado en Europa como “los curas obreros” que, según se decía, tenían una visión renovadora de la Iglesia y habían asumido un compromiso con los pobres. Debido a esas características, de las cuales era acusado Wuytach, el Vaticano exigió al gobierno de turno fuera expulsado del país; demanda que obedecieron los jerarcas de AD-Copei.
El recuerdo de aquella represiva y absurda expulsión, viene al caso hoy cuando la representación del Vaticano en Caracas concede asilo en su sede a un delincuente y solicita del Gobierno de Venezuela se le conceda salvoconducto para salir del país.
Insólita la comparación entre el sacerdote Wuytach y el delincuente Nixon Moreno.
Wuytach era un humilde cura dedicado a la labor misionera cristiana entre los obreros de la Fábrica de Cemento La Vega y la gente pobre de los barrios caraqueños. A nadie amenazaba y nadie le temía. Sin embargo, por presiones vergonzosas del Vaticano y seguramente también de la Alta Jerarquía de la Iglesia Católica Romana, fue forzado a abandonar Venezuela. Nixon Moreno es un delincuente, acusado de intento de asesinato y de violación, prófugo de la justicia venezolana. Sin embargo, el Vaticano lo protegió defendiéndolo ante la requisitoria de los tribunales venezolanos y le concedió asilo, además de facilitar su sede diplomática en Caracas para que el prófugo celebre reuniones con sus cómplices.
¿Qué vínculos puede tener el Vaticano que solicita la expulsión del sacerdote Wuytach y el Vaticano que protege al delincuente Nixon Moreno?
Existen muchas analogías y coincidencias, pero sin duda alguna la conducta asumida con respecto al violador de Mérida tiene una connotación política que el pueblo venezolano no dejará de percibir con absoluta claridad.
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