El grito fue lanzado por Mountazer al-Zaïdi, corresponsal del canal Al-Baghdadia que emite desde El Cairo, mientras arrojaba dos zapatos al presidente Bush.
El suceso, que ha dado la vuelta al planeta, tuvo lugar tras su reunión con Nuri al Maliki con quien Bush ratificó el acuerdo de seguridad que estipula la retirada del Ejército norteamericano antes de enero de 2012.
“Queremos decir al pueblo iraquí a través de este acuerdo que Estados Unidos es un país que cumple con su palabra”, dijo Bush
Los zapatos pasaron sobre el presidente saliente, sin alcalzarle. Después los agentes de seguridad, iraquíes y americanos, sacaron al autor del zapatazo del despacho de Maliki, donde se celebraba la conferencia de prensa. Mountazer al-Zaïdi fue evacuado por la fuerza mientras gritaba: “Es el responsable de la muerte de miles de iraquíes”.
Quiso sorprender y fue el sorprendido.
“Queremos decir al pueblo iraquí a través de este acuerdo que Estados Unidos es un país que cumple con su palabra”, dijo Bush
Los zapatos pasaron sobre el presidente saliente, sin alcalzarle. Después los agentes de seguridad, iraquíes y americanos, sacaron al autor del zapatazo del despacho de Maliki, donde se celebraba la conferencia de prensa. Mountazer al-Zaïdi fue evacuado por la fuerza mientras gritaba: “Es el responsable de la muerte de miles de iraquíes”.
Quiso sorprender y fue el sorprendido.
George W. Bush no acaba de aprender la lección: en el mundo no lo quieren. A cualquier sitio que llega es ¡fo!, como si apareciera la peste. Pero ya no le queda tiempo. Apenas le resta poco más de un mes para abandonar su puesto en la Oficina Oval.
Deplorable ha sido su paso por la Casa Blanca.
En Irak, como en gran parte del mundo árabe, arrojar un zapato es una de las mayores ofensas que se pueden cometer contra una persona. Bush, no dejó de sonreir, y dijo después no haberse sentido amenazado ni tampoco molesto con el insulto perro, considerado grave insulto igualmente entre los árabes.
En Irak, como en gran parte del mundo árabe, arrojar un zapato es una de las mayores ofensas que se pueden cometer contra una persona. Bush, no dejó de sonreir, y dijo después no haberse sentido amenazado ni tampoco molesto con el insulto perro, considerado grave insulto igualmente entre los árabes.
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