Exhumación: Viejo reclamo
Sacerdote Matías Camuñas llamó a no politizar el acto
El sacerdote Matías Camuñas rogó para que ningún sector del país se aproveche de las exhumaciones del llamado "Caracazo" y politice esa actividad impulsada por el Ministerio Público. Ese acto, iniciado el lunes pasado, fue protestado por la ONG Cofavic aduciendo que no los tomaron en cuenta. Camuñas recordó que las exhumaciones era un viejo reclamo que se le hacía a este Gobierno con el propósito de que se identificaran los cuerpos depositados en nichos y que fueron desenterrados entre 1990 y 1991. "Ese reclamo fue realizado en el pasado por gente que ahora es Gobierno, pero por eso no tenemos derecho a desautorizarlos. No podemos darle tal o cual cariz político", señaló Camuñas quien motorizó las primeras exhumaciones de 1990.
De aquellas primeras excavaciones Camuñas reivindica dos acontecimientos. El primero referido a José Luis Martínez, quien por meterse a defender a una señora en el barrio San José de Petare, fue herido por un militar los días del Caracazo. "A él lo dieron por muerto, pero en la morgue se movió y llamó a su hermano. La Fiscalía no le ha parado a ese caso".
Lo segundo que el sacerdote reivindica es "el protagonismo de servicio de la iglesia católica venezolana". Recordó que el entonces cardenal José Alí Lebrún celebró una misa (febrero de 1991) en La Peste para entregar el primer cadáver desenterrado e identificado. Era el de José del Carmen Pirela. "En esa ocasión el padre Pedro Trigo dijo que esa misa era la mayor bofetada que la iglesia le había dado al Gobierno de entonces", evocó Matías Camuñas.
El segundo cadáver desenterrado de La Peste fue el de Rubén Rojas (27). "Este joven vivía cerca de la iglesia Las Vegas de Petare", refirió Camuñas aludiendo a la iglesia donde fue párroco para cuando sucedió el Caracazo. "Rojas salió a llamar para decir que no podía ir a trabajar y lo mataron bajando las escaleras de Mesuca, a ese yo le di la extremaunción en el sitio donde moría, allí debajo de las escaleras; me manché el alba con su sangre", recordó Matías. Adolberto Salas fue la tercera víctima identificada de aquellas exhumaciones, recordó Camuñas.
De aquellas primeras excavaciones Camuñas reivindica dos acontecimientos. El primero referido a José Luis Martínez, quien por meterse a defender a una señora en el barrio San José de Petare, fue herido por un militar los días del Caracazo. "A él lo dieron por muerto, pero en la morgue se movió y llamó a su hermano. La Fiscalía no le ha parado a ese caso".
Lo segundo que el sacerdote reivindica es "el protagonismo de servicio de la iglesia católica venezolana". Recordó que el entonces cardenal José Alí Lebrún celebró una misa (febrero de 1991) en La Peste para entregar el primer cadáver desenterrado e identificado. Era el de José del Carmen Pirela. "En esa ocasión el padre Pedro Trigo dijo que esa misa era la mayor bofetada que la iglesia le había dado al Gobierno de entonces", evocó Matías Camuñas.
El segundo cadáver desenterrado de La Peste fue el de Rubén Rojas (27). "Este joven vivía cerca de la iglesia Las Vegas de Petare", refirió Camuñas aludiendo a la iglesia donde fue párroco para cuando sucedió el Caracazo. "Rojas salió a llamar para decir que no podía ir a trabajar y lo mataron bajando las escaleras de Mesuca, a ese yo le di la extremaunción en el sitio donde moría, allí debajo de las escaleras; me manché el alba con su sangre", recordó Matías. Adolberto Salas fue la tercera víctima identificada de aquellas exhumaciones, recordó Camuñas.
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