EL METRO DE AHORA UNA NECESIDAD ESTRATÉGICA DE SIEMPRE
Por Punto 40 Trabajadores Socialistas del Metro de Caracas
El momento histórico producto del quehacer revolucionario de los últimos 10 años, nos permite tener un panorama político nacional e internacional que nos dice mucho de los avances que hemos tenido en todos los frentes además del armonioso índice de desarrollo humano que nos indica que las políticas aplicadas por el gobierno revolucionario han sido las correctas para sentirnos orgullosos del proceso que hemos venido construyendo desde el año 1998 hasta nuestros días.
Pero estos avances no solo se reflejan en lo económico, social, salud etc. también en lo laboral, se han dado gigantescos pasos que están vinculados a la participación de los trabajadores en la conducción de sus propias empresas y en la elaboración de procesos de producción que van más allá del diseño tecnocrático del concepto capitalista, es decir, el pueblo ha asumido el control de la producción para garantizar la soberanía de los venezolanos sobre su economía.
En El Metro de Caracas, tuvimos la afortunada oportunidad de que un trabajador de esta empresa asumiera la conducción de la misma bajo la clara determinación de iniciar un proceso de transformación que nos convirtiera en una empresa socialista acorde con los principios del Proyecto Simón Bolívar y por razones aún no muy claras sale de la empresa y el proceso iniciado se queda congelado sin que nadie explique a los trabajadores las causas de dicho retroceso.
En Bolívar, las empresas básicas, que son entes estratégicos, están siendo asumidas por el protagonismo de sus propios trabajadores como parte de las políticas gubernamentales para darle forma al socialismo que se genere desde las iniciativas del pueblo.
La experiencia iniciada en El Metro de Caracas abrió las puertas a una oportunidad de transformación a una empresa que desde siempre ha tenido una visión capitalista del servicio que presta, pese a tener una tarifa social subvencionada por el estado y muy a pesar del crecimiento casi infinito de su infraestructura, de su personal y sobre todo de sus usuarios.
La llegada de un nuevo Presidente que viene del ejercicio de varias gestiones sin un saldo visible en ninguna de ellas, nos preocupa, ya que ha frenado todo el proceso de socialización que se venía dando de manera exitosa en los espacios más relevantes de la operatividad del sistema y en la desburocratización del cuadro gerencial de una empresa linealmente a merced de los caprichos de tecnócratas (casi siempre paracaidistas traídos de las mechas del presidente de turno) recomendados o panas de “alguien”.
Este Presidente, hasta ahora no ha dado muestras de gustarle la transformación, por el contrario, se ha aislado de los trabajadores y se ha rodeado de una inmaculada e impenetrable actitud de “sobrado” que desprecia las más elementales normas de comunicación con los trabajadores y su cuerpo directivo.
Lo más característico del personal que trajo consigo, es la arrogancia y la falta de humildad, además de las posturas contrarrevolucionarias que ha mostrado con el personal bajo su cargo, irrespetando antigüedad, conocimientos etc.
Nunca pensamos que se fuera a detener el proceso de transformación en este momento donde la historia de América latina se está escribiendo con las palabras del pueblo, con el protagonismo y la participación como la voz de todos y con el socialismo como la única referencia para construir un nuevo modelo de sociedad de justicia social.
El señor Matute aún no han comprendido los lineamientos que emanan desde el ALÓ PRESIDENTE de todos los domingos, no quiere abrir las puertas de su despacho al dialogo con los trabajadores y a la comprensión de la problemática que se ha generado por la incertidumbre que ha dejado la paralización del tan esperado proceso de transformación, mandando incluso a frenar la discusión sobre las nuevas políticas de la empresa, desconociendo la necesidad de acabar con los viejos privilegios que han formado parte de la cultura de los removidos gerentes que hicieron de todo esto un escenario de corrupción propiciado por un modelo burocrático que llevó al sistema a vivir la terrible crisis estructural por la que atraviesa actualmente.
Nada tenemos en contra del señor Matute, creemos que está allí más por su condición de revolucionario, que por la de técnico en la materia, más por enderezador de entuertos que por burócrata, pero pensamos que ha comenzado mal una gestión que ahora tiene como requisito fundamental la participación de los trabajadores en la conducción de la empresa, como lo recomienda la lógica socialista del PROYECTO NACIONAL SIMÓN BOLIVAR.
Nos preocupa el hecho de que el Presidente de la empresa mande a eliminar sospechosamente la frase PATRIA SOCIALISMO O MUERTE de los pié de página de los documentos oficiales, aduciendo que los gerentes deben ocuparse de sus gerencias mientras él es el todopoderoso que rige la política institucional.
Nos resulta una actitud reformista que nada tiene que ver con la unidad revolucionaria dentro de la empresa que él debe propiciar. Nos parece que el señor Matute debe comportarse como un revolucionario más, en vez de apoltronarse en un cargo que debe compartir con los verdaderos conocedores de su gestión como son sus subalternos.
Con una actitud absolutamente desconocedora de la empresa, le ha dado protagonismo en los beneficios del personal de confianza a un sujeto lochero como lo es el señor Reinaldo Rangel quien le arrancó a SITRAMECA la bicoca de 92 millones de bolívares, que son patrimonio de los trabajadores en una demanda llena de intríngulis donde los dirigentes sindicales se tragaron el trago amargo de un juicio sin forma alguna que tuvieron que negociar por negligentes.
En este momento todos estos sinvergüenzas se quieren aprovechar de la coyuntura que les está proporcionando el escenario del reclamo justo que hacen los trabajadores de confianza para que les sean cancelados sus merecidos beneficios producto del convenimiento que con los trabajadores de contratación colectiva acordó la empresa y que a ellos no los afectó.
Todos sabemos que la gestión para obtener esos recursos quedaron encaminados por Claudio Farías antes de que fuera separado de la presidencia de la empresa y esto no es un secreto para nadie.
Partes interesadas han echado a correr rumores por las diferentes instancias de la empresa culpando a Claudio Farías de cuantas cosas a ellos se les ocurre, pero olvidan que durante su corta gestión afectó a los históricos intereses de las empresas transnacionales que han dominado el panorama político interno del metro de Caracas, rompiendo la relación entre ellos y los corruptos que se beneficiaron de las relaciones incestuosas entre esas partes.
Pero no solo este asunto tiene que ver con las mafias tradicionales internas, también, la oposición tiene sus manos metidas hasta los codos en estas coyunturas políticas, ya que tienen que ver con la campaña de descalificación que desde los medios se viene haciendo de manera sistemática haciéndole ver al publico las causas superficiales de las fallas en el sistema, ocultando las verdaderas razones de estas y de las cuales las mafias son responsables también ya que ellos formaron parte del modelo de privatización a que estaba sometido el Metro.
Ante toda esta situación, nos preocupa que el Frente de Trabajadores Socialista no haga presencia de su fuerza para hacer valer los derechos de los trabajadores de confianza y desmentir toda esa sarta de mentiras que se han venido profiriendo en contra del proceso de transformación de la empresa especialmente lo referente a la gestión de Víctor Matute que hasta ahora no ha dado muestras de estar enmarcado en el proceso revolucionario Bolivariano.
La empresa está paralizada, los trabajadores responsables de recuperar espacios no tienen los insumos para realizar sus tareas, las actividades comunitarias se están realizando a medias y todo aquello que tenga ver con decisiones que normalmente corresponden a los gerentes, tiene obligatoriamente que pasar por sus manos todopoderosas retrasando injustamente los procedimientos internos que benefician a todos. La excusa de lo suntuario ha hecho del funcionamiento de la empresa una tarea titánica de nunca acabar o de no hacer nada a favor de la revolución.
El Frente mientras tanto, sigue incubándose en manifiestos y formas teóricas pasadas de moda dejando a los trabajadores a merced de los caprichos, de los nuevos movimientos de personal del señor Matute y sus “técnicos”. Los trabajadores se encuentran huérfanos de sus sindicatos que solo les interesa sus desgastadas formulas reivindicativas y desmovilizadas de un frente que no termina de nacer… ¡que vaina, carajo!
Es necesario que alguien salga en defensa de la revolución dentro del Metro, se están desmontando hasta las relaciones con los consejos comunales y nadie dice nada para detener estos inconsultos atropellos cometidos contra el pueblo. Se hace necesario apresurar los procesos que impidan que se sigan direccionando estas políticas hacia la desmoralización de los revolucionarios que luchamos dentro de la empresa.
Es hora de hacer la revolución en el Metro, es tiempo de fortalecer la fuerza laboral de la patria Bolivariana. Es el momento de impulsar al lado del pueblo la condición estratégica de la empresa Metro de Caracas con la participación de los Consejos Comunales y las organizaciones sociales que han estado siempre al frente de las luchas populares como la razón de ser de este proceso.
El PSUV no puede estar de espaldas a este proceso interno y se debe abrir una gran discusión que permita a todos ser parte de una institución que es del pueblo. Esto no es un problema meramente institucional, este frenazo tiene que ver con todo aquel que le duela estos casi once años luchando por transformar a Venezuela en un país socialista.
Esperamos que el camarada Víctor Matute se ponga a tono con lo estratégico que es el proceso de transformación del Metro de Caracas y junto con sus trabajadores logremos superar esta crisis que no fue provocada por nuestra revolución Bolivariana. Cambur verde mancha
PATRIA SOCIALISTA O MUERTE ¡VENCEREMOS!
Por Punto 40 Trabajadores Socialistas del Metro de Caracas
El momento histórico producto del quehacer revolucionario de los últimos 10 años, nos permite tener un panorama político nacional e internacional que nos dice mucho de los avances que hemos tenido en todos los frentes además del armonioso índice de desarrollo humano que nos indica que las políticas aplicadas por el gobierno revolucionario han sido las correctas para sentirnos orgullosos del proceso que hemos venido construyendo desde el año 1998 hasta nuestros días.
Pero estos avances no solo se reflejan en lo económico, social, salud etc. también en lo laboral, se han dado gigantescos pasos que están vinculados a la participación de los trabajadores en la conducción de sus propias empresas y en la elaboración de procesos de producción que van más allá del diseño tecnocrático del concepto capitalista, es decir, el pueblo ha asumido el control de la producción para garantizar la soberanía de los venezolanos sobre su economía.
En El Metro de Caracas, tuvimos la afortunada oportunidad de que un trabajador de esta empresa asumiera la conducción de la misma bajo la clara determinación de iniciar un proceso de transformación que nos convirtiera en una empresa socialista acorde con los principios del Proyecto Simón Bolívar y por razones aún no muy claras sale de la empresa y el proceso iniciado se queda congelado sin que nadie explique a los trabajadores las causas de dicho retroceso.
En Bolívar, las empresas básicas, que son entes estratégicos, están siendo asumidas por el protagonismo de sus propios trabajadores como parte de las políticas gubernamentales para darle forma al socialismo que se genere desde las iniciativas del pueblo.
La experiencia iniciada en El Metro de Caracas abrió las puertas a una oportunidad de transformación a una empresa que desde siempre ha tenido una visión capitalista del servicio que presta, pese a tener una tarifa social subvencionada por el estado y muy a pesar del crecimiento casi infinito de su infraestructura, de su personal y sobre todo de sus usuarios.
La llegada de un nuevo Presidente que viene del ejercicio de varias gestiones sin un saldo visible en ninguna de ellas, nos preocupa, ya que ha frenado todo el proceso de socialización que se venía dando de manera exitosa en los espacios más relevantes de la operatividad del sistema y en la desburocratización del cuadro gerencial de una empresa linealmente a merced de los caprichos de tecnócratas (casi siempre paracaidistas traídos de las mechas del presidente de turno) recomendados o panas de “alguien”.
Este Presidente, hasta ahora no ha dado muestras de gustarle la transformación, por el contrario, se ha aislado de los trabajadores y se ha rodeado de una inmaculada e impenetrable actitud de “sobrado” que desprecia las más elementales normas de comunicación con los trabajadores y su cuerpo directivo.
Lo más característico del personal que trajo consigo, es la arrogancia y la falta de humildad, además de las posturas contrarrevolucionarias que ha mostrado con el personal bajo su cargo, irrespetando antigüedad, conocimientos etc.
Nunca pensamos que se fuera a detener el proceso de transformación en este momento donde la historia de América latina se está escribiendo con las palabras del pueblo, con el protagonismo y la participación como la voz de todos y con el socialismo como la única referencia para construir un nuevo modelo de sociedad de justicia social.
El señor Matute aún no han comprendido los lineamientos que emanan desde el ALÓ PRESIDENTE de todos los domingos, no quiere abrir las puertas de su despacho al dialogo con los trabajadores y a la comprensión de la problemática que se ha generado por la incertidumbre que ha dejado la paralización del tan esperado proceso de transformación, mandando incluso a frenar la discusión sobre las nuevas políticas de la empresa, desconociendo la necesidad de acabar con los viejos privilegios que han formado parte de la cultura de los removidos gerentes que hicieron de todo esto un escenario de corrupción propiciado por un modelo burocrático que llevó al sistema a vivir la terrible crisis estructural por la que atraviesa actualmente.
Nada tenemos en contra del señor Matute, creemos que está allí más por su condición de revolucionario, que por la de técnico en la materia, más por enderezador de entuertos que por burócrata, pero pensamos que ha comenzado mal una gestión que ahora tiene como requisito fundamental la participación de los trabajadores en la conducción de la empresa, como lo recomienda la lógica socialista del PROYECTO NACIONAL SIMÓN BOLIVAR.
Nos preocupa el hecho de que el Presidente de la empresa mande a eliminar sospechosamente la frase PATRIA SOCIALISMO O MUERTE de los pié de página de los documentos oficiales, aduciendo que los gerentes deben ocuparse de sus gerencias mientras él es el todopoderoso que rige la política institucional.
Nos resulta una actitud reformista que nada tiene que ver con la unidad revolucionaria dentro de la empresa que él debe propiciar. Nos parece que el señor Matute debe comportarse como un revolucionario más, en vez de apoltronarse en un cargo que debe compartir con los verdaderos conocedores de su gestión como son sus subalternos.
Con una actitud absolutamente desconocedora de la empresa, le ha dado protagonismo en los beneficios del personal de confianza a un sujeto lochero como lo es el señor Reinaldo Rangel quien le arrancó a SITRAMECA la bicoca de 92 millones de bolívares, que son patrimonio de los trabajadores en una demanda llena de intríngulis donde los dirigentes sindicales se tragaron el trago amargo de un juicio sin forma alguna que tuvieron que negociar por negligentes.
En este momento todos estos sinvergüenzas se quieren aprovechar de la coyuntura que les está proporcionando el escenario del reclamo justo que hacen los trabajadores de confianza para que les sean cancelados sus merecidos beneficios producto del convenimiento que con los trabajadores de contratación colectiva acordó la empresa y que a ellos no los afectó.
Todos sabemos que la gestión para obtener esos recursos quedaron encaminados por Claudio Farías antes de que fuera separado de la presidencia de la empresa y esto no es un secreto para nadie.
Partes interesadas han echado a correr rumores por las diferentes instancias de la empresa culpando a Claudio Farías de cuantas cosas a ellos se les ocurre, pero olvidan que durante su corta gestión afectó a los históricos intereses de las empresas transnacionales que han dominado el panorama político interno del metro de Caracas, rompiendo la relación entre ellos y los corruptos que se beneficiaron de las relaciones incestuosas entre esas partes.
Pero no solo este asunto tiene que ver con las mafias tradicionales internas, también, la oposición tiene sus manos metidas hasta los codos en estas coyunturas políticas, ya que tienen que ver con la campaña de descalificación que desde los medios se viene haciendo de manera sistemática haciéndole ver al publico las causas superficiales de las fallas en el sistema, ocultando las verdaderas razones de estas y de las cuales las mafias son responsables también ya que ellos formaron parte del modelo de privatización a que estaba sometido el Metro.
Ante toda esta situación, nos preocupa que el Frente de Trabajadores Socialista no haga presencia de su fuerza para hacer valer los derechos de los trabajadores de confianza y desmentir toda esa sarta de mentiras que se han venido profiriendo en contra del proceso de transformación de la empresa especialmente lo referente a la gestión de Víctor Matute que hasta ahora no ha dado muestras de estar enmarcado en el proceso revolucionario Bolivariano.
La empresa está paralizada, los trabajadores responsables de recuperar espacios no tienen los insumos para realizar sus tareas, las actividades comunitarias se están realizando a medias y todo aquello que tenga ver con decisiones que normalmente corresponden a los gerentes, tiene obligatoriamente que pasar por sus manos todopoderosas retrasando injustamente los procedimientos internos que benefician a todos. La excusa de lo suntuario ha hecho del funcionamiento de la empresa una tarea titánica de nunca acabar o de no hacer nada a favor de la revolución.
El Frente mientras tanto, sigue incubándose en manifiestos y formas teóricas pasadas de moda dejando a los trabajadores a merced de los caprichos, de los nuevos movimientos de personal del señor Matute y sus “técnicos”. Los trabajadores se encuentran huérfanos de sus sindicatos que solo les interesa sus desgastadas formulas reivindicativas y desmovilizadas de un frente que no termina de nacer… ¡que vaina, carajo!
Es necesario que alguien salga en defensa de la revolución dentro del Metro, se están desmontando hasta las relaciones con los consejos comunales y nadie dice nada para detener estos inconsultos atropellos cometidos contra el pueblo. Se hace necesario apresurar los procesos que impidan que se sigan direccionando estas políticas hacia la desmoralización de los revolucionarios que luchamos dentro de la empresa.
Es hora de hacer la revolución en el Metro, es tiempo de fortalecer la fuerza laboral de la patria Bolivariana. Es el momento de impulsar al lado del pueblo la condición estratégica de la empresa Metro de Caracas con la participación de los Consejos Comunales y las organizaciones sociales que han estado siempre al frente de las luchas populares como la razón de ser de este proceso.
El PSUV no puede estar de espaldas a este proceso interno y se debe abrir una gran discusión que permita a todos ser parte de una institución que es del pueblo. Esto no es un problema meramente institucional, este frenazo tiene que ver con todo aquel que le duela estos casi once años luchando por transformar a Venezuela en un país socialista.
Esperamos que el camarada Víctor Matute se ponga a tono con lo estratégico que es el proceso de transformación del Metro de Caracas y junto con sus trabajadores logremos superar esta crisis que no fue provocada por nuestra revolución Bolivariana. Cambur verde mancha
PATRIA SOCIALISTA O MUERTE ¡VENCEREMOS!
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