domingo, 2 de mayo de 2010

POLÍTICA Y CANCER

Excelente articulo de Cesar Vargas Medina,que permite ubicar con exactitud la dimensiòn del drama que vivimos hoy,no se puede construir lo nuevo sobre la misma estructura del viejo orden burgues.
Chino Daza
POLITICA Y CANCER

El virus de la corrupción, desnaturaliza y desvirtúa el carácter de toda gestión administrativa, se expande poco a poco por todo el sistema, invadiéndolo totalmente, carcome todos sus mecanismos para lo cual fueron creados, haciéndola totalmente ineficiente y paralítica, volviéndose contra si misma, es un proceso inclemente, anárquico, sin contenido moral e ideológico, no respeta ninguna ley y se multiplica de manera incontrolada y no cesa hasta no acabar con las instituciones donde parasita, es de naturaleza cruel e insaciable y solo para, cuando ya no queda nada que la alimente. Es un fenómeno similar al cáncer que se produce por un crecimiento anormal y exagerado de células embrionarias inmaduras que se vuelven malignas y atacan el propio organismo, destruyendo sus mecanismos de defensa, hasta invadirlo totalmente, paralizándolo hasta matarlo, solo entonces mueren ellas también, pero mientras haya una sola célula sana viva, estará allí la célula asesina (Killer) para aniquilarla. Y como un proceso metastático invade toda la sociedad que se enferma como el organismo invadido de cáncer, con todo su cortejo sintomático de dolor, depresión inmunológica y psíquica, debilidad que la hace impotente ante este gigante mórbido, que carcome todos sus instituciones y las domina, impera el reino de la impunidad, es el caos y la muerte de la Republica, que sucumbe ante esta terrible avalancha de saqueo y despilfarro. Es un estado perverso, morboso, crónicamente anquilosado, con todos sus mecanismos dirigidos hacia el objetivo de saciar sus apetitos de poder mezquinos, individuales, familiares, grupales, en detrimento de toda la sociedad que padece sus . Solo la destrucción de ese estado perverso y totalmente desintonizado con los verdaderos intereses de esa sociedad, puede salvarla, hacerla saludable con capacidad de rehacer los mecanismos de defensa de sus instituciones, para hacerla consecuente con sus objetivos de creación y de servicio a los intereses genuinamente populares. Es un camino largo pero posible, y como en todo proceso crónico, requiere de mucha fortaleza, tiempo y dedicación, reeducación y sobre todo claridad en el diagnostico y en el tratamiento, bajo el principio fundamental hipocrático de sanar sin hacer daño, extirpar el tejido maligno tanto como sea posible respetando el sano, esto se traduce en política, en tratar de agrupar a todos los sectores susceptibles de un cambio verdadero, descontaminado, sano que sea capaz de construir la fuerza necesaria, no solo para dar al traste con ese estado perverso y aniquilador de todo lo que signifique desarrollo democrático constructivo genuino, verdadero, autóctono y participativo, sino de reconstruirlo, mantenerlo, consolidarlo y de hacerlo invulnerable a las amenazas de nuevos virus.

Cesar Vargas. Caracas, 30/04/2010

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