EE UU culmina una gestión digna de olvido: dinamitó la economía, sembró guerra y sumó un rechazo del 71% mayor que el de Nixon.
Con vientos turbulentos superiores a los 230 kilómetros por hora, el meteoro afectó gravemente la médula espinal socioeconómica del país, que dejó a millones de ciudadanos norteamericanos sin techo.
Cuando el presidente George W. Bush llegó al despacho Oval, su oficina desde el 2001, encontró un país, aunque no libre de problemas de distinta índole, con cifras azules. Ocho años después al gobierno de Bill Clinton, los números rojos le dieron paso a la formación de un huracán cuyas repercusiones no se conocen del todo, y que ha golpeado también la imagen de EE UU en la comunidad internacional por su política belicista.
“Al principio del 2001, EE UU tenía un exceso financiero de 128 billones de dólares. Este año el déficit ronda los 482 billones. El cambio es el resultado de las guerras de Irak y Afganistán, la reducción de los impuestos y la débil economía”, dijo a PANORAMA, la profesora de política económica y ciencias políticas de la Universidad de Texas, Jennifer Holmes.
“Bush encontró un país con crecimiento económico. Los años 90 todavía son recordados como una época de expansión”, indicó, desde Washington, el coordinador para proyectos de América Latina del Instituto Cato, Juan Carlos Hidalgo.
Cuando en febrero de 2007 se multiplicaron las moratorias sobre los créditos hipotecarios de alto riesgo, ya comenzaban a asomarse las primeras advertencias de lo que vendría después: El 15 de septiembre de 2008, el banco de inversión Lehman Brothers se declaró en bancarrota. El efecto dominó no se hizo esperar y por lo menos otros tres bancos corrieron con la misma suerte.
Expertos calculan que sólo en EE UU unos dos millones de ciudadanos perderán sus viviendas. La Organización Internacional del Trabajo señaló que, al rededor del mundo, se perderán más de 20 millones de empleos, entre enero y diciembre de 2008.
“La crisis financiera es culpa de la política de desregulación”
Los Premio Nobel de economía, Joseph Stiglitz y Edmund Phelps, coinciden en que la crisis es la peor desde los años 30. “En los últimos años, el dólar ha perdido un 30% de su valor respecto con el euro”
A su paso, los vientos y las aguas del huracán corroyeron aún más las bases del sistema de salud norteamericano, un elefante herido que el ex presidente Clinton intentó sanar, pero el mismo sistema político lo impidió.
Cálculos indican que más de 42 millones de ciudadanos que no tienen ningún tipo de seguro médico.
Bush entrega un país políticamente dividido por la estrategia militar y su política institucional”
La guerra de Irak terminó siendo un golpe a la credibilidad e influencia de Washington, que justificó la invasión, de 2003, por la presencia de armas químicas en el país árabe, que nunca existieron.
Antes que estallara la crisis financiera, Irak era el principal tema de discusión en la campaña electoral y uno de los responsables de la impopularidad de Bush, que alcanza un 70% .
“El próximo Presidente heredará un país con una imagen muy deteriorada en el ámbito internacional por la guerra de Irak, además, de Guantánamo (Cuba) y Abu Ghraib (Irak)”, polémicas cárceles epicentro de denuncias de violación de los derechos humanos, señaló el internacionalista Alejandro Tarre.
El próximo presidente de EE UU, ya sea Barack Obama o John McCain, heredará un país en crisis que pondrá a prueba su capacidad para contener los efectos del huarcán Bush.
Con vientos turbulentos superiores a los 230 kilómetros por hora, el meteoro afectó gravemente la médula espinal socioeconómica del país, que dejó a millones de ciudadanos norteamericanos sin techo.
Cuando el presidente George W. Bush llegó al despacho Oval, su oficina desde el 2001, encontró un país, aunque no libre de problemas de distinta índole, con cifras azules. Ocho años después al gobierno de Bill Clinton, los números rojos le dieron paso a la formación de un huracán cuyas repercusiones no se conocen del todo, y que ha golpeado también la imagen de EE UU en la comunidad internacional por su política belicista.
“Al principio del 2001, EE UU tenía un exceso financiero de 128 billones de dólares. Este año el déficit ronda los 482 billones. El cambio es el resultado de las guerras de Irak y Afganistán, la reducción de los impuestos y la débil economía”, dijo a PANORAMA, la profesora de política económica y ciencias políticas de la Universidad de Texas, Jennifer Holmes.
“Bush encontró un país con crecimiento económico. Los años 90 todavía son recordados como una época de expansión”, indicó, desde Washington, el coordinador para proyectos de América Latina del Instituto Cato, Juan Carlos Hidalgo.
Cuando en febrero de 2007 se multiplicaron las moratorias sobre los créditos hipotecarios de alto riesgo, ya comenzaban a asomarse las primeras advertencias de lo que vendría después: El 15 de septiembre de 2008, el banco de inversión Lehman Brothers se declaró en bancarrota. El efecto dominó no se hizo esperar y por lo menos otros tres bancos corrieron con la misma suerte.
Expertos calculan que sólo en EE UU unos dos millones de ciudadanos perderán sus viviendas. La Organización Internacional del Trabajo señaló que, al rededor del mundo, se perderán más de 20 millones de empleos, entre enero y diciembre de 2008.
“La crisis financiera es culpa de la política de desregulación”
Los Premio Nobel de economía, Joseph Stiglitz y Edmund Phelps, coinciden en que la crisis es la peor desde los años 30. “En los últimos años, el dólar ha perdido un 30% de su valor respecto con el euro”
A su paso, los vientos y las aguas del huracán corroyeron aún más las bases del sistema de salud norteamericano, un elefante herido que el ex presidente Clinton intentó sanar, pero el mismo sistema político lo impidió.
Cálculos indican que más de 42 millones de ciudadanos que no tienen ningún tipo de seguro médico.
Bush entrega un país políticamente dividido por la estrategia militar y su política institucional”
La guerra de Irak terminó siendo un golpe a la credibilidad e influencia de Washington, que justificó la invasión, de 2003, por la presencia de armas químicas en el país árabe, que nunca existieron.
Antes que estallara la crisis financiera, Irak era el principal tema de discusión en la campaña electoral y uno de los responsables de la impopularidad de Bush, que alcanza un 70% .
“El próximo Presidente heredará un país con una imagen muy deteriorada en el ámbito internacional por la guerra de Irak, además, de Guantánamo (Cuba) y Abu Ghraib (Irak)”, polémicas cárceles epicentro de denuncias de violación de los derechos humanos, señaló el internacionalista Alejandro Tarre.
El próximo presidente de EE UU, ya sea Barack Obama o John McCain, heredará un país en crisis que pondrá a prueba su capacidad para contener los efectos del huarcán Bush.
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