La última encuesta sobre las elecciones presidenciales que se llevarán a cabo en El Salvador el próximo 15 de marzo, volvieron a mostrar una amplia ventaja del candidato del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Mauricio Funes.
Poco más de 4,2 millones de salvadoreños y salvadoreñas decidirán con su voto el futuro mandatario, además de elegir el 18 de enero a diputados y concejos municipales.
En un estudio realizado entre los días 15 y 23 de noviembre por la firma privada CID-Gallup, los datos arrojaron que el movimiento de izquierda aventaja al aspirante de la gobernante Alianza Republicana Nacionalista (Arena) Rodrigo Ávila, en un 13% en la intención de voto.
Según lo difundido por el propio FMLN, este sondeo contrasta “con los presentados por algunas firmas contratadas por medios de comunicación, que muestran un supuesto emparejamiento de la contienda”.
Ante la pregunta de ¿por qué candidato a la presidencia hubiese votado usted si las elecciones fuesen hoy?, el 44% dijo que por Funes y el 31% por Ávila.
En un estudio realizado en agosto por la misma firma, la ventaja del FMLN sobre Arena era del 10%.
Estos datos no son aislados ni caprichosos, ya que desde mediados de este año se vinieron conociendo encuestas donde se observó el crecimiento del FMLN en la carrera presidencial.
En septiembre un sondeo de la firma LPG Datos reveló que el frente de izquierda tenía 31,1% y Arena un 24,8% en intención de votos.
Durante octubre dos encuestas mostraron la supremacía del FMLN: la Universidad Centroamericana (UCA) de El Salvador reveló datos donde Funes lograría un 44,9%, seguido por Avila, con un 30%, mientras que la Universidad Tecnológica (Utec) comprobó que la intención para el candidato de izquierda sería del 45,8% frente aun 30,9% de su contrincante.
En la actualidad de El Salvador, el costo de la vida, el desempleo, la pobreza que llega a un 40% y la inseguridad son los principales temas que deberá abordar el nuevo gobierno después de cuatro mandatos de Arena desde 1989.
Historia y presente
El Salvador se debate entre la pobreza y la desocupación, razón por la cual no es extraño que el pueblo decida por un cambio urgente luego de casi veinte años gobernados por un partido de derecha.
El país ahora desemboca en esta nueva realidad luego de mantener un conflicto bélico interno entre 1980 y 1992 donde el FMLN combatió contra el Ejército y la Fuerza Armada, y que tuvo un saldo de casi 70 mil muertos y desaparecidos.
Este enfrentamiento no nació de la nada, sino que se correspondió a la creciente lucha social salvadoreña, las grandes desigualdades de clases y la intervención creciente de Estados Unidos en el territorio, situación que movilizó a diferentes organizaciones políticas revolucionarias a crear una alternativa que en ese momento se materializó a través de la lucha armada.
Luego de un proceso de diálogo y de la firma de acuerdos de paz, la guerrilla ya hace 16 años que se constituyó en partido político legal.
Poco más de 4,2 millones de salvadoreños y salvadoreñas decidirán con su voto el futuro mandatario, además de elegir el 18 de enero a diputados y concejos municipales.
En un estudio realizado entre los días 15 y 23 de noviembre por la firma privada CID-Gallup, los datos arrojaron que el movimiento de izquierda aventaja al aspirante de la gobernante Alianza Republicana Nacionalista (Arena) Rodrigo Ávila, en un 13% en la intención de voto.
Según lo difundido por el propio FMLN, este sondeo contrasta “con los presentados por algunas firmas contratadas por medios de comunicación, que muestran un supuesto emparejamiento de la contienda”.
Ante la pregunta de ¿por qué candidato a la presidencia hubiese votado usted si las elecciones fuesen hoy?, el 44% dijo que por Funes y el 31% por Ávila.
En un estudio realizado en agosto por la misma firma, la ventaja del FMLN sobre Arena era del 10%.
Estos datos no son aislados ni caprichosos, ya que desde mediados de este año se vinieron conociendo encuestas donde se observó el crecimiento del FMLN en la carrera presidencial.
En septiembre un sondeo de la firma LPG Datos reveló que el frente de izquierda tenía 31,1% y Arena un 24,8% en intención de votos.
Durante octubre dos encuestas mostraron la supremacía del FMLN: la Universidad Centroamericana (UCA) de El Salvador reveló datos donde Funes lograría un 44,9%, seguido por Avila, con un 30%, mientras que la Universidad Tecnológica (Utec) comprobó que la intención para el candidato de izquierda sería del 45,8% frente aun 30,9% de su contrincante.
En la actualidad de El Salvador, el costo de la vida, el desempleo, la pobreza que llega a un 40% y la inseguridad son los principales temas que deberá abordar el nuevo gobierno después de cuatro mandatos de Arena desde 1989.
Historia y presente
El Salvador se debate entre la pobreza y la desocupación, razón por la cual no es extraño que el pueblo decida por un cambio urgente luego de casi veinte años gobernados por un partido de derecha.
El país ahora desemboca en esta nueva realidad luego de mantener un conflicto bélico interno entre 1980 y 1992 donde el FMLN combatió contra el Ejército y la Fuerza Armada, y que tuvo un saldo de casi 70 mil muertos y desaparecidos.
Este enfrentamiento no nació de la nada, sino que se correspondió a la creciente lucha social salvadoreña, las grandes desigualdades de clases y la intervención creciente de Estados Unidos en el territorio, situación que movilizó a diferentes organizaciones políticas revolucionarias a crear una alternativa que en ese momento se materializó a través de la lucha armada.
Luego de un proceso de diálogo y de la firma de acuerdos de paz, la guerrilla ya hace 16 años que se constituyó en partido político legal.
Con presencia en 14 departamentos, el FMLN mantuvo un crecimiento progresivo hasta el grado de tener bajo su administración casi todas las ciudades del país en donde se concentra más del 50% de la población.
En 1994 obtuvo 21 diputados y 15 alcaldías, en 1997 alcanzó 27 diputados, 7 diputados al Parlamento Centroamericano y 54 alcaldías, y en 2000 logró 80 alcaldías, mientras que en 2004 ese número bajó a 34 pero ganó 31 diputados de los 84 que conforman la Asamblea Legislativa.
Entre los puntos más destacados del FMLN en su programa de gobierno se encuentra consolidar firmemente el sistema democrático, atacar de forma concreta la corrupción, darle una orientación social a la forma de gestión, reducir la pobreza y la inseguridad, e impulsar una política exterior latinoamericanista.
A su vez, durante la campaña se remarcó la necesidad imperiosa de propuestas para rescatar al sector agricultor, razón por la izquierda salvadoreña recibió el respaldo de diversas organizaciones.
En estas propuestas sobresalen la creación de una banca de desarrollo, la reactivación de las estructuras estatales de comercialización de productos agrícolas, así como la revisión del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos y de los mecanismos de importación que impactan la producción interna.
Durante esta campaña, el FMLN tampoco estuvo ajeno a los ataques de Estados Unidos, y por eso a principios de año rechazó las acusaciones de Washington sobre una supuesta ayuda de la República Bolivariana de Venezuela para su triunfo en las elecciones.
El diputado del Frente, Sigfrido Reyes, advirtió que estos ataques buscaban desprestigiar a la organización política y a su fórmula presidencial.
“El FMLN trabaja con sus propios fondos, con recaudaciones que hacemos en el país, no buscamos el financiamiento en gobiernos extranjeros. El FMLN no hace gastos exagerados en la campaña, no hay fondos para tirarlos”, aseguró el legislador.
Cuando se inicie 2009, América Latina tal vez tenga una nueva sorpresa que se desprenderá de la historia de las luchas del pueblo: una organización de izquierda, que intentó diferentes vías para llegar al poder, se encontrará en el umbral de un triunfo que podría inaugurar en El Salvador un nuevo tiempo político.
“Abandonamos las armas, entramos al sistema para cambiar al sistema, no para que el sistema nos cambie a nosotros”, escribió el máximo dirigente del FMLN, Schafik Hándal, fallecido en 2006.
Frente a este nuevo desafío, Hándal dejó una enseñanza para tener siempre muy en cuenta: “El contacto directo y permanente con la población, no sólo para presentar una plataforma electoral o apoyar candidatos, ese deberá ser nuestro método preferido”.
En 1994 obtuvo 21 diputados y 15 alcaldías, en 1997 alcanzó 27 diputados, 7 diputados al Parlamento Centroamericano y 54 alcaldías, y en 2000 logró 80 alcaldías, mientras que en 2004 ese número bajó a 34 pero ganó 31 diputados de los 84 que conforman la Asamblea Legislativa.
Entre los puntos más destacados del FMLN en su programa de gobierno se encuentra consolidar firmemente el sistema democrático, atacar de forma concreta la corrupción, darle una orientación social a la forma de gestión, reducir la pobreza y la inseguridad, e impulsar una política exterior latinoamericanista.
A su vez, durante la campaña se remarcó la necesidad imperiosa de propuestas para rescatar al sector agricultor, razón por la izquierda salvadoreña recibió el respaldo de diversas organizaciones.
En estas propuestas sobresalen la creación de una banca de desarrollo, la reactivación de las estructuras estatales de comercialización de productos agrícolas, así como la revisión del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos y de los mecanismos de importación que impactan la producción interna.
Durante esta campaña, el FMLN tampoco estuvo ajeno a los ataques de Estados Unidos, y por eso a principios de año rechazó las acusaciones de Washington sobre una supuesta ayuda de la República Bolivariana de Venezuela para su triunfo en las elecciones.
El diputado del Frente, Sigfrido Reyes, advirtió que estos ataques buscaban desprestigiar a la organización política y a su fórmula presidencial.
“El FMLN trabaja con sus propios fondos, con recaudaciones que hacemos en el país, no buscamos el financiamiento en gobiernos extranjeros. El FMLN no hace gastos exagerados en la campaña, no hay fondos para tirarlos”, aseguró el legislador.
Cuando se inicie 2009, América Latina tal vez tenga una nueva sorpresa que se desprenderá de la historia de las luchas del pueblo: una organización de izquierda, que intentó diferentes vías para llegar al poder, se encontrará en el umbral de un triunfo que podría inaugurar en El Salvador un nuevo tiempo político.
“Abandonamos las armas, entramos al sistema para cambiar al sistema, no para que el sistema nos cambie a nosotros”, escribió el máximo dirigente del FMLN, Schafik Hándal, fallecido en 2006.
Frente a este nuevo desafío, Hándal dejó una enseñanza para tener siempre muy en cuenta: “El contacto directo y permanente con la población, no sólo para presentar una plataforma electoral o apoyar candidatos, ese deberá ser nuestro método preferido”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario