Por Carlos Rivera Lugo* en Barometro Internacional
Diversos gobernantes de Nuestra América ven la elección de Barack Obama como un signo esperanzador. Mientras la esperanza en el cambio arropa contagiosamente al pueblo estadounidense luego de la elección del primer afro norteamericano a la presidencia de su país, desde esta otra orilla de América, la nuestra, anida un extraño y contradictorio sentimiento. Éste oscila entre una esperanza renovada en relación al futuro de una relación históricamente problemática, a una suspicacia fundada en un pasado marcado por un perverso "destino manifiesto" bajo el cual se nos ha pretendido reducir a "patio trasero" del Norte.
Diversos gobernantes de Nuestra América ven la elección de Barack Obama como un signo esperanzador. El mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva calificó el triunfo como un "hecho extraordinario" que alimenta la esperanza de que Estados Unidos se embarque en una nueva y más fuerte relación con la América Latina basada en el "respeto e igualdad".
Asimismo, el presidente paraguayo, Fernando Lugo señaló en relación al nuevo presidente estadounidense: "Puntualmente genera esperanzas para América Latina, atendiendo la posibilidad de de un diálogo más fluido y constructivo sobre los temas de desarrollo, derechos humanos, migración".
Por su parte, la mandataria argentina Cristina Fernández destacó como la elección de Obama marca "un gran hito de una de las epopeyas más apasionantes de la historia en la lucha conntra la discriminación y por la igualdad de oportunidades".
Tanto el presidente de Bolivia, Evo Morales como el mandatario venezolano, Hugo Chávez Frías, calificaron la victoria de Obama de "histórica". Morales situó el logro de Obama en el marco de las luchas de los sectores discriminados y esclavizados. Entretanto, Chávez le recabó al presidente estadounidense electo que, conforme a su discurso de compromiso con el cambio, ojala esté a la altura de los retos planteados en la actual coyuntura histórica.
Ahora bien, en el caso del presidente de Ecuador, Rafael Correa, éste advirtió que no creía que la elección de Obama fuese a representar un "cambio radical" de la política exterior de Washington frente a la América nuestra, y señaló que "aspiro, sueño, con el día en que Latinoamérica realmente no tenga que preocuparse por quien llegó o dejó de llegar a la presidencia de Estados Unidos".
La opinión de Correa sobre Obama tendió a coincidir con la expresada un día antes de los comicios presidenciales estadounidenses por el líder cubano Fidel Castro Ruz: "Apoya su sistema y se apoyará en él. La preocupación por los agobiantes problemas del mundo no ocupan realmente un lugar importante en la mente de Obama". La economía de Estados Unidos será el centro de atención del nuevo presidente, puntualizó el ex presidente cubano.
Precisamente, si en algo puede Obama demostrar que representa una diferencia refrescante en su acercamiento a la América nuestra, sería precisamente su política hacia Cuba. Tanto Lula da Silva como Evo Morales han abogado por que Obama ponga fin al criminal bloqueo contra la isla antillana. Incluso, el presidente del gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, le ha pedido al próximo presidente estadounidense un cambio de política hacia Cuba. A esta demanda se han unido, entre otros, el Premio Nóbel de Literatura, el portugués José Saramago y el líder pakistaní altermundista Tariq Alí, quien además le han reclamado a Obama cerrar el campo de concentración que mantiene Washington en su base de Guantánamo en Cuba.
Otros reclamos que se han hecho desde el sur del Río Bravo en estos días son el respeto a los procesos democráticos de cambio que se dan en países como Venezuela, Bolivia y Ecuador, así como el fin de la política militarista promovida por el gobierno estadounidense saliente, particularmente en relación al Plan Colombia, el Plan Mérida y la activación de la IV Flota con su agenda intervencionista.Los analistas en la capital estadounidense tienden a coincidir en que, amarrado como estará por la crisis económica en su país, los asuntos latinoamericanos no serán prioridad para Obama. Sin embargo, "no hay un tema más simbólico que Cuba" para mejorar las relaciones de Estados Unidos con la América Latina, aseguró Michael Shifter, vicepresidente del centro de estudios washingtoniano Diálogo Latinoamericano. Éste ha sido "el problema más irritante" y el tema que "más ha dividido a Estados Unidos de América Latina". Sin embargo, según Schifter, no parece que Obama vaya a levantar el embargo, pero sí podría "eliminar restricciones de remesas y viajes de cubano-americanos (a la isla caribeña)".
"Hay temas de fondo –como Venezuela y Bolivia- que no van a desaparecer aún con un gobierno de Obama", sobre todo si afectan "los intereses de Estados Unidos", aseguró Shifter.
De lo que hasta hoy se conoce acerca del pensamiento de Obama sobre la América nuestra, prevalece el convencimiento de que buscará revivir, a su modo, algunas doctrinas imperiales del pasado, una extraña mezcla del panamericanismo de Monroe, junto a la política del "garrote y zanahoria" de Teddy Roosevelt y la política del "buen vecino" de Franklin Delano Roosevelt.
"Mi política hacia las Américas estará guiada por un simple principio: Creo que hay posibilidades tanto para zanahorias como para el garrote de forma que puedan fortalecerse los intereses estadounidenses en la región", expresó este año en una reunión de la notoria Fundación Cubana-Americana en Miami. Asimismo, Obama se pronunció a favor de "una nueva alianza de las Américas".
Al respecto abundó: "Después de décadas de presión para reformas por parte de las altas esferas hacia la base, necesitamos una agenda que avance la democracia, la seguridad y la oportunidad desde abajo hacia arriba. Así es que mi política hacia las Américas estará guiada por el principio sencillo de que lo que es bueno para los pueblos de las Américas es bueno para los Estados Unidos".
Un estudioso de la América Latina, Forrest Hylton opina lo siguiente acerca de la política exterior de Obama hacia la América Latina: "Para decir la verdad, el mejor momento para reconsiderar la política de EEUU hacia la América Latina antes de que sea demasiado tarde es ahora mismo. Esta es la hora de introducir algo como una versión renovada de la política del buen vecino. Sin embargo, cuando Obama plantea casi explícitamente la interrogante de quién perdió a América Latina, él contesta su propia pregunta con una serie de posiciones derechistas que son, vamos a decir, más conservadoras que las del Consejo sobre las Relaciones Exteriores, el cual representa el consenso con respecto a la política exterior estadounidense establecida".
Ejemplo de esas posiciones derechistas es su descalificación del presidente de Venezuela Hugo Chávez, el mandatario más democráticamente revalidado por su pueblo, como un dictador de facto: "No sólo Cuba tiene unas elecciones falsas, en Venezuela Hugo Chávez es un líder que ha sido elegido democráticamente en teoría, pero se sabe que no gobierna de forma democrática".
En ese sentido, bien harían los pueblos de la América nuestra en tomar nota de la advertencia que en repetidas ocasiones el propio Obama le ha hecho a la red de movimientos y organizaciones que desde la base de la sociedad estadounidense le apuntalaron, en la esperanza de potenciar el cambio: El cambio no se limita a un éxito electoral, y menos puede ser, en el fondo, representado por un hombre, aunque sea presidente de Estados Unidos. Su elección representa tan sólo una oportunidad para emprender el cambio y si el cambio es verdaderamente deseado por el pueblo, es el pueblo el que tiene que producirlo tanto en Washington como en cada rincón del país desde donde ejerce su poder democrático. En ese sentido, el soberano, en la manifestación e implantación de su voluntad de cambio, no puede ser representado. Tiene que hacerse él mismo el protagonista central del cambio.
En fin, si con Obama se facilitan los acercamientos entre una y otra de las Américas, sobre la base del respeto a la autodeterminación y la igualdad soberana de los pueblos, bienvenido sea. Ojalá que así sea. Sin embargo, es Obama el que tiene que venir al encuentro nuestro por medio de sus acciones afirmativas de esa nueva asociación que alega desear establecer. Las condiciones en la América nuestra hoy ya no son las propias de los tiempos de Monroe o de los Roosevelt. El nuevo siglo ha visto renacer, con una potencia extraordinaria, una identidad propia, diferenciada y comprometida con realizar un destino propio, el legado por Bolívar, Zapata y Allende, entre otros.
Diversos gobernantes de Nuestra América ven la elección de Barack Obama como un signo esperanzador. Mientras la esperanza en el cambio arropa contagiosamente al pueblo estadounidense luego de la elección del primer afro norteamericano a la presidencia de su país, desde esta otra orilla de América, la nuestra, anida un extraño y contradictorio sentimiento. Éste oscila entre una esperanza renovada en relación al futuro de una relación históricamente problemática, a una suspicacia fundada en un pasado marcado por un perverso "destino manifiesto" bajo el cual se nos ha pretendido reducir a "patio trasero" del Norte.
Diversos gobernantes de Nuestra América ven la elección de Barack Obama como un signo esperanzador. El mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva calificó el triunfo como un "hecho extraordinario" que alimenta la esperanza de que Estados Unidos se embarque en una nueva y más fuerte relación con la América Latina basada en el "respeto e igualdad".
Asimismo, el presidente paraguayo, Fernando Lugo señaló en relación al nuevo presidente estadounidense: "Puntualmente genera esperanzas para América Latina, atendiendo la posibilidad de de un diálogo más fluido y constructivo sobre los temas de desarrollo, derechos humanos, migración".
Por su parte, la mandataria argentina Cristina Fernández destacó como la elección de Obama marca "un gran hito de una de las epopeyas más apasionantes de la historia en la lucha conntra la discriminación y por la igualdad de oportunidades".
Tanto el presidente de Bolivia, Evo Morales como el mandatario venezolano, Hugo Chávez Frías, calificaron la victoria de Obama de "histórica". Morales situó el logro de Obama en el marco de las luchas de los sectores discriminados y esclavizados. Entretanto, Chávez le recabó al presidente estadounidense electo que, conforme a su discurso de compromiso con el cambio, ojala esté a la altura de los retos planteados en la actual coyuntura histórica.
Ahora bien, en el caso del presidente de Ecuador, Rafael Correa, éste advirtió que no creía que la elección de Obama fuese a representar un "cambio radical" de la política exterior de Washington frente a la América nuestra, y señaló que "aspiro, sueño, con el día en que Latinoamérica realmente no tenga que preocuparse por quien llegó o dejó de llegar a la presidencia de Estados Unidos".
La opinión de Correa sobre Obama tendió a coincidir con la expresada un día antes de los comicios presidenciales estadounidenses por el líder cubano Fidel Castro Ruz: "Apoya su sistema y se apoyará en él. La preocupación por los agobiantes problemas del mundo no ocupan realmente un lugar importante en la mente de Obama". La economía de Estados Unidos será el centro de atención del nuevo presidente, puntualizó el ex presidente cubano.
Precisamente, si en algo puede Obama demostrar que representa una diferencia refrescante en su acercamiento a la América nuestra, sería precisamente su política hacia Cuba. Tanto Lula da Silva como Evo Morales han abogado por que Obama ponga fin al criminal bloqueo contra la isla antillana. Incluso, el presidente del gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, le ha pedido al próximo presidente estadounidense un cambio de política hacia Cuba. A esta demanda se han unido, entre otros, el Premio Nóbel de Literatura, el portugués José Saramago y el líder pakistaní altermundista Tariq Alí, quien además le han reclamado a Obama cerrar el campo de concentración que mantiene Washington en su base de Guantánamo en Cuba.
Otros reclamos que se han hecho desde el sur del Río Bravo en estos días son el respeto a los procesos democráticos de cambio que se dan en países como Venezuela, Bolivia y Ecuador, así como el fin de la política militarista promovida por el gobierno estadounidense saliente, particularmente en relación al Plan Colombia, el Plan Mérida y la activación de la IV Flota con su agenda intervencionista.Los analistas en la capital estadounidense tienden a coincidir en que, amarrado como estará por la crisis económica en su país, los asuntos latinoamericanos no serán prioridad para Obama. Sin embargo, "no hay un tema más simbólico que Cuba" para mejorar las relaciones de Estados Unidos con la América Latina, aseguró Michael Shifter, vicepresidente del centro de estudios washingtoniano Diálogo Latinoamericano. Éste ha sido "el problema más irritante" y el tema que "más ha dividido a Estados Unidos de América Latina". Sin embargo, según Schifter, no parece que Obama vaya a levantar el embargo, pero sí podría "eliminar restricciones de remesas y viajes de cubano-americanos (a la isla caribeña)".
"Hay temas de fondo –como Venezuela y Bolivia- que no van a desaparecer aún con un gobierno de Obama", sobre todo si afectan "los intereses de Estados Unidos", aseguró Shifter.
De lo que hasta hoy se conoce acerca del pensamiento de Obama sobre la América nuestra, prevalece el convencimiento de que buscará revivir, a su modo, algunas doctrinas imperiales del pasado, una extraña mezcla del panamericanismo de Monroe, junto a la política del "garrote y zanahoria" de Teddy Roosevelt y la política del "buen vecino" de Franklin Delano Roosevelt.
"Mi política hacia las Américas estará guiada por un simple principio: Creo que hay posibilidades tanto para zanahorias como para el garrote de forma que puedan fortalecerse los intereses estadounidenses en la región", expresó este año en una reunión de la notoria Fundación Cubana-Americana en Miami. Asimismo, Obama se pronunció a favor de "una nueva alianza de las Américas".
Al respecto abundó: "Después de décadas de presión para reformas por parte de las altas esferas hacia la base, necesitamos una agenda que avance la democracia, la seguridad y la oportunidad desde abajo hacia arriba. Así es que mi política hacia las Américas estará guiada por el principio sencillo de que lo que es bueno para los pueblos de las Américas es bueno para los Estados Unidos".
Un estudioso de la América Latina, Forrest Hylton opina lo siguiente acerca de la política exterior de Obama hacia la América Latina: "Para decir la verdad, el mejor momento para reconsiderar la política de EEUU hacia la América Latina antes de que sea demasiado tarde es ahora mismo. Esta es la hora de introducir algo como una versión renovada de la política del buen vecino. Sin embargo, cuando Obama plantea casi explícitamente la interrogante de quién perdió a América Latina, él contesta su propia pregunta con una serie de posiciones derechistas que son, vamos a decir, más conservadoras que las del Consejo sobre las Relaciones Exteriores, el cual representa el consenso con respecto a la política exterior estadounidense establecida".
Ejemplo de esas posiciones derechistas es su descalificación del presidente de Venezuela Hugo Chávez, el mandatario más democráticamente revalidado por su pueblo, como un dictador de facto: "No sólo Cuba tiene unas elecciones falsas, en Venezuela Hugo Chávez es un líder que ha sido elegido democráticamente en teoría, pero se sabe que no gobierna de forma democrática".
En ese sentido, bien harían los pueblos de la América nuestra en tomar nota de la advertencia que en repetidas ocasiones el propio Obama le ha hecho a la red de movimientos y organizaciones que desde la base de la sociedad estadounidense le apuntalaron, en la esperanza de potenciar el cambio: El cambio no se limita a un éxito electoral, y menos puede ser, en el fondo, representado por un hombre, aunque sea presidente de Estados Unidos. Su elección representa tan sólo una oportunidad para emprender el cambio y si el cambio es verdaderamente deseado por el pueblo, es el pueblo el que tiene que producirlo tanto en Washington como en cada rincón del país desde donde ejerce su poder democrático. En ese sentido, el soberano, en la manifestación e implantación de su voluntad de cambio, no puede ser representado. Tiene que hacerse él mismo el protagonista central del cambio.
En fin, si con Obama se facilitan los acercamientos entre una y otra de las Américas, sobre la base del respeto a la autodeterminación y la igualdad soberana de los pueblos, bienvenido sea. Ojalá que así sea. Sin embargo, es Obama el que tiene que venir al encuentro nuestro por medio de sus acciones afirmativas de esa nueva asociación que alega desear establecer. Las condiciones en la América nuestra hoy ya no son las propias de los tiempos de Monroe o de los Roosevelt. El nuevo siglo ha visto renacer, con una potencia extraordinaria, una identidad propia, diferenciada y comprometida con realizar un destino propio, el legado por Bolívar, Zapata y Allende, entre otros.
Y ese futuro emancipado de todo designio imperial nos toca seguir construyéndolo a partir de nosotros mismos.
*Catedrático de Filosofía y Teoría del Derecho y del Estado en la Facultad de Derecho Eugenio María de Hostos, en Mayagüez, Puerto Rico
*Catedrático de Filosofía y Teoría del Derecho y del Estado en la Facultad de Derecho Eugenio María de Hostos, en Mayagüez, Puerto Rico
1 comentario:
IZQUIERDA INSTALADA POR LA CIA:
Todo el andamiaje de la CIA y sus extensiones y derivados, como USAID, la National Endowment for Democracy y la prensa adicta al imperio, se jugó por el obispo Fernando Lugo el 20 de abril.
En Paraguay, llamó la atención que las ONGs recibieran fuertes donaciones a partir de la llegada al país del embajador James Cason, un conocido desestabilizador apadrinado por Otto Reich. El objetivo de la operación encubierta era sufragar la alternancia en el poder, ubicando al obispo Fernando Lugo en la presidencia de Paraguay.
Entre las numerosas organizaciones beneficiarias de estos dólares distribuidos por la administración de George W. Bush que apoyaron a la campaña del obispo, sobresalieron Gestión Local y la Casa de la Juventud, que financiaron con fondos de USAID e IAF a los movimientos Tekojoja y Pmas, como en Nicaragua la NED y otros organismos alternativos de la CIA propiciaron la elección de Violeta Chamorro en 1989.
Las organizaciones no gubernamentales y voluntarias –lo que hoy conocemos por sociedad civil— son conocidas como una extensión de las políticas neoliberales de EE UU en todo el mundo.
La CIA y la US Agency for International Development (USAID ó AID) tienen un protagonismo central en el esquema de promover las ideas y hechos políticos favorables al imperio, y a ellas se añadió un nuevo organismo, creado en 1983, bautizado como The National Endowment for Democracy (NED).
En Paraguay, la NED ejerce un control total sobre la prensa mediática, a la que presenta listas indicando cuáles son los referentes políticos que puede promocionar. Son los principales referentes de la NED los propietarios de ABC color y radio Ñandutí, Aldo Zucolillo y Humberto Rubín, dueños de gran parte de lo que en el país se puede decir. En Brasil, a comienzos de los 60, se utilizaron idénticas operaciones de la CIA junto a las de la sociedad civil opuesta al gobierno, con el resultado de provocar el golpe militar de 1964 contra el presidente Joâo Goulart, que dio comienzo a 20 años de una represión política indescriptiblemente brutal.
En fechas más recientes coordinaron un golpe mediático contra el gobierno de Raúl Cubas en Paraguay (marzo de 1999) y aceitaron a la sociedad civil de oposición al gobierno venezolano de Hugo Chávez, donde el papel de organismos gubernamentales estadounidenses, la CIA y otros como la AID y la NED detrás del fallido golpe de estado de abril de 2002 fue evidente.
El embajador norteamericano James Cason, como un flautista de Hamelín dedicado a cantar folklore paraguayo, fue determinante para alinear a todas las ONGs y fundaciones que reciben dólares americanos detrás del clérigo-presidente, sobrino del agente de la CIA Epifanio Méndez (delatado por Agee) y que perpetúa hoy la tradición familiar.
Entre las organizaciones aparecieron incluso grupos de feministas, que se vieron obligadas a impulsar una candidatura de un obispo católico, a pesar del clásico antagonismo con el Vaticano.
Entre estas supuestas organizaciones civiles estuvieron las feministas de convicciones subsidiadas por USAID como las Mujeres Políticas en Red, Parlamento Mujer, Red de Mujeres Políticas, Red de Mujeres Munícipes del Paraguay (RMMP), Coordinadora Interpartidaria de Mujeres del Paraguay (CIMPAR),), Mujeres Políticas por la Democracia y el Desarrollo,etc.
Son sufragadas desde la embajada norteamericana además de las redes de mujeres, Ideco (Roberto Ferreira), el Partido Demócrata Cristiano, Partido Encuentro Nacional, Patria Querida, el grupo de adherentes del Partido Unace que lidera Emma Rolón, la Red de Contralorías ciudadanas del Paraguay, la Contraloría Ciudadana de Ypané, Afosci, CIDSEP, CISNI, Fedem, Transparencia Paraguay, Semillas para la Democracia, radio Los Angeles, Radio Comunitaria de Villa Elisa, Fundación Tierra Nueva y GEAM, todos estos grupos aglutinados en el Grupo impulsor para la Regulación del Financiamiento Político en Paraguay.
La nómina sigue con Sakã (transparencia, en guaraní), integrada por cinco organizaciones no gubernamentales, Gestión Local, vinculada al Moviendo Tekojoja. Los "proyectistas" son Raúl Monte Domecq y Guillermina Kanonnikoff).
Otros grupos paraguayos financiados por extensiones de la CIA son Decidamos, Instituto de Geopolítica y Estudios Internacionales (IPEGEI), Radio CARITAS, Mujeres Por la Democracia, Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos Fundación Paraguaya para la Cooperación y Desarrollo, Centro de Estudios Democráticos (CED), Centro de Información y Recursos para el Desarrollo, Instituto de derecho y Economía Ambiental, Centro de Estudios y Formación para el Ecodesarrollo, Asociación de Empresarios, Comité Paraguay-Kansas, Asociación Afro Paraguaya Kamba Cua, Centro Interdisciplinario de Derecho Social y Economía Política, Fundación Arlequín Teatro", Casa de la Juventud – Paraguay, cuna del Pmas de Camilo Soares, Cooperativa La Norteña y la Escuela Agrícola de Carumbey, Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales.
En el marco de la campaña pro-obispo, maletines de George W. Bush ingresaron en forma encubierta en Paraguay, yendo a parar a los bolsillos de los partidarios del obispo de los pobres y teólogo de la liberación, el marxista clérigo-presidente Fernando Lugo.
Por ejemplo, los 45,226.96 dólares que en nombre del Plan Umbral recibió recientemente la guevarista Casa de la Juventud (ONG que recauda para el PMas) de mano de organismos imperialistas bajo control de George W. Bush, supuestamente para enseñar a estudiantes secundarios algo fundamental: "identificar la corrupción" en Paraguay. Se suma el dinero a los 127.000 con que anteriormente les benefició la IAF. Se añaden en el mismo contexto las fuertes sumas que recibe Gestión Local, ONG cuyos responsables son a la vez financistas de Tekojoja, o los 132.700 dólares que en el 2006 recibió la Fundación Arlequín Tetro (refugio de organizadores de manifestaciones contra la actual administración municipal) para objetivos tan relacionados con el arte escénico como "ayudar a adolescentes de centros educativos a identificar, estudiar, discutir y atender las prioridades de la comunidad". Debemos agregar los 116.300 dólares de George W. Bush recibidos en el 2006 por el CIDSEP, los 95.000 dólares recibidos por la Fundación paraguaya para la Cooperación y Desarrollo del ex intendente Martín Burt, los 94.000 depositados a nombre de la ADEC, los 27.500 donados a la CPES de Domingo Rivarola, los 164.404 aportados a la CED, o las importantes donaciones que reciben el CIRD de Agustín Carrizosa para "apoyar a las organizaciones de la sociedad civil", la IDEA de Patricia Abed, o los sensibles ecologistas de Alter Vida como Jorge Lara Castro.
Como puede advertirse, la lista es bastante extensa y garantiza un amplio control sobre la "sociedad civil" paraguaya. No es la victoria electoral del Obispo Fernando Lugo la primera operación exitosa de la NED, USAID y la CIA en Paraguay, que ya actuó en Paraguay con eficacia varias veces. Por ejemplo, cuando en 1989 se derrumbaba la Unión Soviética, y con ella la propaganda con que el dictador Alfredo Stroessner justificaba sus abusos, se aseguró de promover un cambio a la medida de los intereses imperialistas, limpiando expedientes y ubicando en la presidencia a un célebre narcotraficante.
El mismo año el gobierno norteamericano invirtió mil millones de dólares en el triunfo de Violeta Chamorro en Nicaragua, imponiendo así una jefa de estado con los billetes provenientes de la National Endowment for Democracy, un inofensivo organismo llamado a tomar la posta de la CIA desde 1983.
Considerando inminente el fin de Stroessner, el imperio norteamericano se movilizó en ese entonces para impedir que sus adversarios tomen las riendas a su caída, para lo cual se apresuró a ganar para su causa a los disidentes con una muy buena remuneración.
El encargado de distribuír los dólares para "el cambio" fue el Dr. Carl Gershman, presidente de la NED. La Freedom House funcionó como un embudo por donde pasaron los fondos que concedía la NED, y gran parte de ellos fueron a parar a los bolsillos de los comunicadores destacados.
Radio Ñandutí, a través de la Casa de la Libertad, recibió importantes sumas de dinero de la National Endowment for Democracy (NED). Leonard Sussman, agente de la CIA y Director Ejecutivo de la Casa de la Libertad, realizó una visita a Paraguay a fines de 1987, guiado por Humberto Rubín, estableciendo contactos con varias organizaciones que luego recibirían fondos de la NED. El objetivo era "madurar" la idea del cambio.
A partir de entonces, estos organismos promovieron la estructuración de un andamiaje que hoy controla todo lo que en Paraguay se puede decir, paradójicamente con la coartada de que defienden la libertad de expresión.
Un organismo es la Cámara de Anunciantes del Paraguay (CAP), a la que acompaña Cerneco. Reciben con frecuencia los auspicios de USAID. Por ejemplo, el "Foro por la libertad de expresión", organizado por la Cámara de Anunciantes del Paraguay (CAP) y CERNECO en noviembre de 2004, fue auspiciada por la USAID (Agencia Internacional de desarrollo de los Estados Unidos). A este "Foro" asistió el señor Kevin Goldberg, "experto norteamericano en Libertad de Expresión y Derecho a la Información". Otro apéndice de la embajada norteamericana es el Centro de Regulación, Normas y Estudios de la Comunicación (CERNECO), fundado en 1990. Humberto Rubin, vinculado con la Nacional Endowment for Democracy (NED), fue presidente de CERNECO entre 1992-2002.
CERNECO proclama que "Surgió como un medio para canalizar inquietudes, ideales y el espíritu de servicio y progreso de un grupo de personas vinculadas al campo de la comunicación masiva".
Se formó una línea de acción que enfocaba el tema del Código de Ética, que regulaba la conducta de los propios medios de comunicación, de las empresas anunciantes y de las agencias de publicidad. Integraron la comisión pro-Código de Ética: Carlos Jorge Biedermann, Rufo Medina e Ilde Silvero. Rufo Medina e Ilde Silvero son empleados de Aldo Zuccolillo, dueño del diario ABC Color. En cuanto a Carlos Jorge Biedermann, basta con señalar que es yerno del general de la "Operación Cóndor", Guillermo Federico Clebsch, egresado de la Escuela de las Américas, detalle que alcanza para conocer cuál es la tendencia de su "ética"
Otra organización vinculada a este grupo es CONAR: Consejo de Autorregulación Publicitaria de CERNECO, un ente privado cuyo objetivo es la autorregulación de la publicidad, proponiendo a través de sus recomendaciones, que los mensajes publicitarios se encuadren dentro de los principios de la legalidad, honestidad, decencia y veracidad".
Toda esa estructura estuvo al servicio del Obispo Fernando Lugo, en una operación magistralmente coordinada por el desestabilizador estrella de George W. Bush, James Cason, y presentada ante la prensa mediática y los incautos como "un gran triunfo de la izquierda". Lo que se dice una perfecta operación encubierta de la CIA en Paraguay.
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