El ejemplo de Fabricio contra el reformismo
Por: Luis Alberto Toro Ojeda - 22/06/09
Poco se sabe del planteamiento político de Fabricio Ojeda, salvo un puñado de revolucionarios que difunden sus ideas, sus semillas, su ejemplo...No es sino hasta ayer cuando el comandante Chávez escribió y habló sobre este revolucionario auténtico llamado Fabricio Ojeda.
Por: Luis Alberto Toro Ojeda - 22/06/09
Poco se sabe del planteamiento político de Fabricio Ojeda, salvo un puñado de revolucionarios que difunden sus ideas, sus semillas, su ejemplo...No es sino hasta ayer cuando el comandante Chávez escribió y habló sobre este revolucionario auténtico llamado Fabricio Ojeda.
Esta mora no significa que no existiera la gran presencia revolucionaria de este luchador durante todos estos años, a pesar de la represión, del cerco mediático y la desinformación, siempre hubo una luz que diseminó la famosa carta de renuncia al congreso, en ella, además de las ideas que plasma, es el golpe más noble propinado al reformismo, se trató nada más y nada menos de desafiar de la manera más contundente las tendencias reformistas muy en boga para ese momento.
El año pasado tuve la oportunidad de toparme con Rómulo, uno de los campesinos integrantes de la columna guerrillera de Fabricio, en sus palabras se mezcla la nostalgia con la admiración...cuesta describirlo en unas líneas, aunque a pesar de la edad sostiene la esperanza que esta revolución retome la esencia combativa e ideológica de quien fue y siempre será su comandante, Fabricio.
No obstante, no es nuestra intención hablar de esa vida llena del ejemplo vivo de un revolucionario entregado, desprendido de toda ambición. Su propia vida, su predicar con el ejemplo es la forma más genuina de explayar sus ideas. Hay cierta similitud con hombres como El Che; apartarse de ser Presidente del Banco Nacional de Cuba, Ministro, alto dirigente del gobierno cubano para responder al "cosquilleo", al llamado de la conciencia, es similar a lo que hizo Fabricio Ojeda al rechazar todas las dádivas que le ofrecía el poder. Renunciar a convertirse en "la elite" que con tanto esfuerzo muchos buscan para en contraste tomar el fusil con la firme convicción de sus ideas es la forma más clara de demostrar que las revoluciones se hacen o no se hacen, si se hacen triunfa el pueblo, triunfan los pobres, triunfan los humildes, si no se hacen y nos atrapa el reformismo y las desviaciones pierde el pueblo, pierden los pobres y los humildes. Para expresarlo mejor podemos decir que no hay medias tintas cuando una revolución es verdadera; o la revolución es radical abandonando el reformismo o no es revolución; seguramente la alegría de Rómulo, ese viejo guerrillero de la columna de Fabricio, ese combatiente de toda la vida, con su humildad de campesino, ayer debió recibir su mejor regalo, seguramente debió decir “ahora si Chávez habla de mi comandante, esto es verdad” y podemos decir que revolución que no rescate de lo más recóndito su esencia pierde la emoción que le inspira un hombre de la estatura moral de Fabricio Ojeda
Asumir la lucha como parte del apostolado en donde la vida depende de las circunstancias, donde la gloria solo forma parte de la convicción de hacer lo que exige el deber, es la forma en que debemos interpretar a Fabricio...Su ejemplo y su obra está más viva que nunca. En estos momentos en donde el ataque imperial es constante, en donde la derecha internacional dispara todos sus "cañones" ideológicos contra la revolución bolivariana, contra el socialismo, contra las ideas cuyo ejemplo Fabricio sembró cuando dijo: "Si muero no importa, otros vendrán detrás que recogerán nuestro fusil y nuestra bandera"...El mejor homenaje a Fabricio es lograr hacer la revolución Bolivariana, lograr consolidarla, lograr que esos pobres, los humildes por los que Fabricio Luchó tengan patria. Es importante que salgan a la luz las ideas de Fabricio, que se hagan pueblo, eso demuestra que la revolución se está profundizando, pero también es importante valorar su ejemplo. Toda revolución requiere de cuadros desprendidos como Fabricio, que prediquen con el ejemplo, que sean capaces de desprenderse de comodidades, de fama, de toda esa vanidad absurda que el capitalismo acostumbra llenar los estantes de la historia de sus falsos héroes para rescatar la esencia y el valor de quienes se entregaron por entero a la revolución, sacudirse ese mal del reformismo que llevamos todos encima y comprometernos a construir el socialismo.
Un hombre con la determinación de Fabricio era demasiado incomodo para que permaneciera vivo, la orden vino de la casa blanca y vino a parar al palacio blanco, con el cuento de suicidio intentaron liquidar la moral de un hombre que desde hace rato sabía que su vida pendía de un hilo, pero que a pesar de la traición había que dejar una huela en la historia y allí las dejó Fabricio con pasos de gigante...con la muerte de Fabricio la derecha adeca pensó sepultar las ideas, por otra parte, los reformistas siempre ven con ojeriza que se hable de Fabricio Ojeda, más aún que se estudie sus ideas, ¡claro!, jamás quisieron una revolución verdadera, sin embargo, ese nivel de apostolado, de compromiso y verticalidad revolucionaria jamás morirán y él, Fabricio, lo tenía claro, como seguramente tuvo claro que era demasiado peligroso para la oligarquía y el imperialismo y que tarde o temprano procurarían asesinarlo, como en efecto lo hicieron.
Asumir la lucha como parte del apostolado en donde la vida depende de las circunstancias, donde la gloria solo forma parte de la convicción de hacer lo que exige el deber, es la forma en que debemos interpretar a Fabricio...Su ejemplo y su obra está más viva que nunca. En estos momentos en donde el ataque imperial es constante, en donde la derecha internacional dispara todos sus "cañones" ideológicos contra la revolución bolivariana, contra el socialismo, contra las ideas cuyo ejemplo Fabricio sembró cuando dijo: "Si muero no importa, otros vendrán detrás que recogerán nuestro fusil y nuestra bandera"...El mejor homenaje a Fabricio es lograr hacer la revolución Bolivariana, lograr consolidarla, lograr que esos pobres, los humildes por los que Fabricio Luchó tengan patria. Es importante que salgan a la luz las ideas de Fabricio, que se hagan pueblo, eso demuestra que la revolución se está profundizando, pero también es importante valorar su ejemplo. Toda revolución requiere de cuadros desprendidos como Fabricio, que prediquen con el ejemplo, que sean capaces de desprenderse de comodidades, de fama, de toda esa vanidad absurda que el capitalismo acostumbra llenar los estantes de la historia de sus falsos héroes para rescatar la esencia y el valor de quienes se entregaron por entero a la revolución, sacudirse ese mal del reformismo que llevamos todos encima y comprometernos a construir el socialismo.
Un hombre con la determinación de Fabricio era demasiado incomodo para que permaneciera vivo, la orden vino de la casa blanca y vino a parar al palacio blanco, con el cuento de suicidio intentaron liquidar la moral de un hombre que desde hace rato sabía que su vida pendía de un hilo, pero que a pesar de la traición había que dejar una huela en la historia y allí las dejó Fabricio con pasos de gigante...con la muerte de Fabricio la derecha adeca pensó sepultar las ideas, por otra parte, los reformistas siempre ven con ojeriza que se hable de Fabricio Ojeda, más aún que se estudie sus ideas, ¡claro!, jamás quisieron una revolución verdadera, sin embargo, ese nivel de apostolado, de compromiso y verticalidad revolucionaria jamás morirán y él, Fabricio, lo tenía claro, como seguramente tuvo claro que era demasiado peligroso para la oligarquía y el imperialismo y que tarde o temprano procurarían asesinarlo, como en efecto lo hicieron.
Lo detienen producto de una delación, por lo que hemos leído, ya en una oportunidad había logrado escaparse de la cárcel de Trujillo, pero esta vez la orden ya estaba dada, sin embargo Fabricio tuvo claro todo y conciencia de la necesidad histórica, de su compromiso y así lo asumió “Ahora a mí me queda, como decía un insigne pensador latinoamericano: cambiar la comodidad por el miasma fétido del campamento, y los goces suavísimos de la familia por los azares de la guerra, y el calor del hogar por el frío del bosque y el cieno del pantano, y la vida muelle y segura por la vida nómada y perseguida y hambrienta y llagada y enferma y desnuda”, esta es la más clara demostración que Fabricio Ojeda representó y representa siempre una amenaza al reformismo, a la desviación producto de la inconsistencia de las ideas revolucionarias.
Es bien importante que el presidente Chávez como líder de este proceso revolucionario se haya detenido a estudiar estos planteamientos, ya en una oportunidad Fidel Castro, en conversación telefónica pública, si mal no recuerdo, le hizo la sugerencia, le habló de Fabricio, a quien conoció y seguramente compartió el intercambio de ideas entre dos gigantes, dispuestos a dar la vida por la revolución; uno logró consolidar en las narices del imperio una revolución asediada, el otro, Fabricio, ofrendó su sangre, desafió al imperio y dejó un legado para todos nosotros y muy especialmente para esta revolución bolivariana amenazada como la que más por todo tipo de enemigo y en donde el reformismo no deja de estar presente...
Hoy cuando la revolución bolivariana se dibuja a si misma con color y olor de pueblo, cuando las circunstancias nos lleva inexorablemente a la radicalización porque lo contrario sería la traición, la imagen, las ideas de Fabricio se erigen con fuerza en el horizonte, su voz retumba nuevamente en nuestros oídos y nos damos cuenta que hoy más que nunca Fabricio está vivo, viene a comandar también junto a Chávez este hermoso ensayo que es la revolución bolivariana.
Es bien importante que el presidente Chávez como líder de este proceso revolucionario se haya detenido a estudiar estos planteamientos, ya en una oportunidad Fidel Castro, en conversación telefónica pública, si mal no recuerdo, le hizo la sugerencia, le habló de Fabricio, a quien conoció y seguramente compartió el intercambio de ideas entre dos gigantes, dispuestos a dar la vida por la revolución; uno logró consolidar en las narices del imperio una revolución asediada, el otro, Fabricio, ofrendó su sangre, desafió al imperio y dejó un legado para todos nosotros y muy especialmente para esta revolución bolivariana amenazada como la que más por todo tipo de enemigo y en donde el reformismo no deja de estar presente...
Hoy cuando la revolución bolivariana se dibuja a si misma con color y olor de pueblo, cuando las circunstancias nos lleva inexorablemente a la radicalización porque lo contrario sería la traición, la imagen, las ideas de Fabricio se erigen con fuerza en el horizonte, su voz retumba nuevamente en nuestros oídos y nos damos cuenta que hoy más que nunca Fabricio está vivo, viene a comandar también junto a Chávez este hermoso ensayo que es la revolución bolivariana.
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