viernes, 12 de septiembre de 2008

LIBERTAD PARA LOS 5 PATRIOTAS CUBANOS

A las cinco y 30 de la mañana del sábado 12 de septiembre de 1998, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) arresta en Miami a cinco cubanos, cuya misión consistía en infiltrarse en organizaciones de extrema derecha para preservar a su país y a la propia población estadounidense de actos terroristas
En sólo cuestión de horas, el FBI informa del operativo a los representantes a la Cámara Ileana Ros-Lehtinen y Lincoln Díaz Balart, alabarderos de la mafia batistiana. Bajo la falsedad de que conspiraban contra la seguridad de los Estados Unidos, estaba claro que con la detención de Antonio Guerrero, Fernando González, Gerardo Hernández, Ramón Labañino y René González, se trataba de sentar a Cuba en el banquillo de los acusados y favorecer al sector más agresivo de quienes han convertido el Sur de la Florida desde 1959 en base principal para su guerra contra la Isla. Desde su apresamiento, Los Cinco pasan a ser víctimas de un trato cruel y de un ilegítimo proceso judicial, mediante el cual fueron condenados a severas y extremas penas de reclusión
Cinco jóvenes cubanos permanecen injustamente prisioneros en cárceles norteamericanas, en humillantes y difíciles condiciones. Fueron condenados, tras juicios manipulados y violatorios hasta de la propia Constitución de los Estados Unidos, exclusivamente por haber luchado, a riesgo de sus vidas, contra los grupos terroristas de la mafia cubano-norteamericana radicada de Miami.
Gerardo Hernández, René González, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Fernando González son absolutamente inocentes.
Fueron condenados por supuesto espionaje contra Estados Unidos sin que fueran presentadas pruebas o testimonios que mostrasen que habían obtenido o buscado informaciones para perjudicar a ese país y declarados culpables en un proceso fraudulento y cínico por cumplir el deber de prevenir a nuestro pueblo de acciones terroristas de la mafia cubana-americana.
La criminal guerra que contra nuestro pueblo se ha ejercido durante más de 40 años desde el territorio de los Estados Unidos ha hecho que estos patriotas cubanos cumplan con el honroso deber de proteger a su país.
Durante el oscuro proceso judicial contra los cinco cubanos se desató una intensa campaña de prensa en Miami con la intención de confundir a la opinión pública estadounidense e internacional y ejercer presión sobre la jueza y el jurado. La supuestas "pruebas" contra ellos no fueron más que falsedades, utilizadas de manera selectiva, arbitraria y clasificadas como "secretas" para complicar aun más de proceso judicial. Sobre varios testigos se ejercieron presiones. El jurado obró de manera inusual y emitió un veredicto de culpabilidad con sospechosa celeridad ante la complejidad del juicio y la ausencia de pruebas para supuestos delitos de significativa gravedad.
Se violó la VI Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos al realizar el juicio en un lugar -Miami- completamente hostil a los acusados. Durante todo el proceso hubo una intensa y permanente campaña en la prensa local para estigmatizar a los acusados y presionar a la jueza y al jurado. Se violó la VIII Enmienda al mantenerlos en confinamiento solitario por dos períodos que obstaculizo gravemente su defensa.
Estos jóvenes fueron confinados a celdas solitarias en dos ocasiones, y han sido víctimas, al igual que sus familiares, de injustificables sufrimientos que constituyen graves violaciones de los derechos humanos.
Los cinco prisioneros políticos a los cuales se le niega su condición y se les mantiene sujetos a un régimen igual y en medio de delincuentes han sido enviados a diferentes cárceles norteamericanas. A pesar de la lejanía, siguen manteniéndose unidos en el honor, la dignidad moral y los principios.
Se trata de un acto de venganza contra el pueblo cubano en la persona de cinco jóvenes que constituyen ejemplo de patriotismo y de generosa consagración a la lucha contra los grupos terroristas que operan impunemente en territorio norteamericano. La jueza no aceptó ninguna de las atenuantes sugeridas por los funcionarios probatorios y acogió las agravaciones solicitadas por la fiscalía. Gerardo fue condenado a dos cadenas perpetuas más de 15 años, Ramón a una cadena perpetua más 18 años, Antonio a cadena perpetua más 10 años, Fernando a 19 años y René a 15 años.
El pueblo cubano lucha por la liberación de estos héroes prisioneros en Estados Unidos y, junto a él, numerosas voces amigas y solidarias se alzan en todo el mundo exigiendo justicia.

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