"La Noche de los Lápices"
Una página negra en la historia argentina de la segunda mitad del siglo XX, se recuerda cada 16 de septiembre, desde los hechos ocurridos en 1976 en la ciudad de La Plata (Capital de la provincia de Buenos Aires y ciudad eminentemente estudiantil).
Es conocido con el nombre de "La Noche de los Lápices", el episodio de dolor de los sucesos de esa noche cruenta en que siete jóvenes dejaron sus vidas en la defensa de los reclamos por sus derechos de estudiantes secundarios (el reclamo de un boleto estudiantil que dio la excusa a quienes - haciendo abuso de poder- olvidaron los derechos del ser humano y cercenaron la vida de un grupo de jóvenes que luchaban por la reivindicación de sus derechos).
En ciertas etapas nefastas de la vida nacional, el contexto histórico y político aniquila a quienes alzan su voz, y hay hechos que no se deben olvidar para evitar que se repitan.
Aunque los avatares de nuestras democracias conlleven grandes problemas económico-sociales, no debemos dejar de valorar y recordar nuestros derechos y garantías constitucionales, defender la educación pública y gratuita; pues a un pueblo educado y culto es más difícil dominarlo, quitarle su dignidad.
A la par de los Derechos y Garantías Constitucionales existen Deberes y Obligaciones que se deben respetar y cumplir, valorando la libertad que permite gozarlos a unos y cumplir con los otros.
Para que la muerte de vidas jóvenes caídas en la defensa de sus derechos, tenga un significado, es importante que se continúe siempre con la defensa de la formación de ciudadanos cultos, instruídos; es fundamental la capacidad de pensar, de discernir críticamente sobre sus propias razones, de escuchar otras posiciones y la de buscar formas de consenso que permitan la convivencia con justicia, con tolerancia, con solidaridad y con respeto.
"Son Deberes de un Pueblo defender sus Derechos".
"Cada generación debe llegar como ola vigorosa a romperse contra la mole del pasado, para hermosear la historia con el iris de nuevos ideales.Juventud que no embiste, es peso muerto para el progreso de su pueblo".
José Ingenieros
Bajo la dictadura de Videla, hubo en Argentina 30.000 detenidos-desaparecidos. En esta cifra hay edades que van desde los 12 a los 76 años. Aunque el grueso de la misma se conforma entre los 20 y los 35 años.
El dictador Videla, dos meses antes del golpe, en una reunión de Comandantes en Jefes realizada en Uruguay, dijo: ”En Argentina correrá toda la sangre que tenga que correr para salvar las instituciones”.
Ya en el país, agregó: ”Nosotros no cometeremos la torpeza de Pinochet, en Chile, que mató mucha gente, ni la de Bordaberry en Uruguay, que encarceló a medio país. No, aquí en Argentina, no habrá ni muertos ni presos, aquí habrá desaparecidos”.
Bajo el régimen de Videla, el gobernador de la ciudad de La Plata, el Gral. Saint Jean, en una entrevista al diario inglés The Guardian, en una frase que dio vuelta al mundo, explicando los alcances de la represión ilegal, dijo: ”primero eliminaremos a los subversivos, después a sus cómplices, luego a sus simpatizantes, por último a los indiferentes y a los tibios”1.
Desde que se implantó la dictadura, el objetivo fue el aniquilamiento del opositor; para ello se instalaron en todo el país centros de detención ilegales, dado que el destino final era el exterminio, los cuales tomaron características de verdaderos campos de concentración, en donde se llegó a comprobar la existencia de hornos crematorios.
Una página negra en la historia argentina de la segunda mitad del siglo XX, se recuerda cada 16 de septiembre, desde los hechos ocurridos en 1976 en la ciudad de La Plata (Capital de la provincia de Buenos Aires y ciudad eminentemente estudiantil).
Es conocido con el nombre de "La Noche de los Lápices", el episodio de dolor de los sucesos de esa noche cruenta en que siete jóvenes dejaron sus vidas en la defensa de los reclamos por sus derechos de estudiantes secundarios (el reclamo de un boleto estudiantil que dio la excusa a quienes - haciendo abuso de poder- olvidaron los derechos del ser humano y cercenaron la vida de un grupo de jóvenes que luchaban por la reivindicación de sus derechos).
En ciertas etapas nefastas de la vida nacional, el contexto histórico y político aniquila a quienes alzan su voz, y hay hechos que no se deben olvidar para evitar que se repitan.
Aunque los avatares de nuestras democracias conlleven grandes problemas económico-sociales, no debemos dejar de valorar y recordar nuestros derechos y garantías constitucionales, defender la educación pública y gratuita; pues a un pueblo educado y culto es más difícil dominarlo, quitarle su dignidad.
A la par de los Derechos y Garantías Constitucionales existen Deberes y Obligaciones que se deben respetar y cumplir, valorando la libertad que permite gozarlos a unos y cumplir con los otros.
Para que la muerte de vidas jóvenes caídas en la defensa de sus derechos, tenga un significado, es importante que se continúe siempre con la defensa de la formación de ciudadanos cultos, instruídos; es fundamental la capacidad de pensar, de discernir críticamente sobre sus propias razones, de escuchar otras posiciones y la de buscar formas de consenso que permitan la convivencia con justicia, con tolerancia, con solidaridad y con respeto.
"Son Deberes de un Pueblo defender sus Derechos".
"Cada generación debe llegar como ola vigorosa a romperse contra la mole del pasado, para hermosear la historia con el iris de nuevos ideales.Juventud que no embiste, es peso muerto para el progreso de su pueblo".
José Ingenieros
Bajo la dictadura de Videla, hubo en Argentina 30.000 detenidos-desaparecidos. En esta cifra hay edades que van desde los 12 a los 76 años. Aunque el grueso de la misma se conforma entre los 20 y los 35 años.
El dictador Videla, dos meses antes del golpe, en una reunión de Comandantes en Jefes realizada en Uruguay, dijo: ”En Argentina correrá toda la sangre que tenga que correr para salvar las instituciones”.
Ya en el país, agregó: ”Nosotros no cometeremos la torpeza de Pinochet, en Chile, que mató mucha gente, ni la de Bordaberry en Uruguay, que encarceló a medio país. No, aquí en Argentina, no habrá ni muertos ni presos, aquí habrá desaparecidos”.
Bajo el régimen de Videla, el gobernador de la ciudad de La Plata, el Gral. Saint Jean, en una entrevista al diario inglés The Guardian, en una frase que dio vuelta al mundo, explicando los alcances de la represión ilegal, dijo: ”primero eliminaremos a los subversivos, después a sus cómplices, luego a sus simpatizantes, por último a los indiferentes y a los tibios”1.
Desde que se implantó la dictadura, el objetivo fue el aniquilamiento del opositor; para ello se instalaron en todo el país centros de detención ilegales, dado que el destino final era el exterminio, los cuales tomaron características de verdaderos campos de concentración, en donde se llegó a comprobar la existencia de hornos crematorios.
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