La transición se acelera, máxima tensión entre las fuerzas en pugna
América XXI
Plan de ataque : una vez más la oposición busca en Venezuela el camino de la confrontación violenta. Chávez desafía a que reúnan las firmas para convocar a un referendo revocatorio. El Presidente sabe que volvería a vencer en tal circunstancia. Y por eso, la derecha recurre a la guarimba, francotiradores y escuálidas movilizaciones, mientras vacila ante la oportunidad de apelar a fuerzas paramilitares colombianas para iniciar una escalada terrorista.
Precipita en Venezuela una situación apuntada hacia nuevas pruebas de fuerzas. De un lado, aceleración sistemática de la transición revolucionaria; del otro, un ala de la oposición resuelta a provocar hechos de violencia de gran magnitud, destinados a invalidar el régimen institucional y dar paso a formas de beligerancia frontal. El gobierno de Estados Unidos está detrás de este plan. El emplazamiento de siete bases militares en Colombia, la reactivación de bases en Panamá, el desembarco de 16 mil soldados en Haití, las maniobras de la IVª Flota y de aviones operando desde Aruba y Curazao son parte del descomunal cerrojo que los guerreristas del imperialismo han montado en torno a Venezuela para amedrentar a franjas blandas de las Fuerzas Armadas y de las propias filas revolucionarias.
El plan consiste en aislar y debilitar a Hugo Chávez, trabar la marcha de la transformación social en curso y avanzar así hacia el objetivo de derrocamiento del gobierno revolucionario. Como siempre desde 1998 en Venezuela, el rasgo original de esta situación es que la defensa del orden institucional favorece la marcha de la revolución, mientras que las fuerzas del capital necesitan quebrarlo para avanzar tras sus objetivos. Burgueses e imperialistas actúan, por tanto, como fuerzas subversivas y deben apelar a formas crecientes de violencia, tanto más cuanto menos sea su capacidad de movilización social. Por este camino están lanzados los jefes de la oposición en este momento, en medio de evidentes signos de fragmentación y desesperación.
La pelea escandalosa entre los dueños de dos canales de televisión –Rctv y Venevisión, ambos rabiosamente antichavistas– acusándose mutuamente de tratar de obtener sobreganancias jugando sucio dentro de la oposición, es apenas un indicio de un cuadro de situación innegable en sus filas: no logran llegar a un acuerdo en la opción de participar de las elecciones legislativas de septiembre próximo o pasar a la beligerancia abierta ya mismo.
América XXI
Plan de ataque : una vez más la oposición busca en Venezuela el camino de la confrontación violenta. Chávez desafía a que reúnan las firmas para convocar a un referendo revocatorio. El Presidente sabe que volvería a vencer en tal circunstancia. Y por eso, la derecha recurre a la guarimba, francotiradores y escuálidas movilizaciones, mientras vacila ante la oportunidad de apelar a fuerzas paramilitares colombianas para iniciar una escalada terrorista.
Precipita en Venezuela una situación apuntada hacia nuevas pruebas de fuerzas. De un lado, aceleración sistemática de la transición revolucionaria; del otro, un ala de la oposición resuelta a provocar hechos de violencia de gran magnitud, destinados a invalidar el régimen institucional y dar paso a formas de beligerancia frontal. El gobierno de Estados Unidos está detrás de este plan. El emplazamiento de siete bases militares en Colombia, la reactivación de bases en Panamá, el desembarco de 16 mil soldados en Haití, las maniobras de la IVª Flota y de aviones operando desde Aruba y Curazao son parte del descomunal cerrojo que los guerreristas del imperialismo han montado en torno a Venezuela para amedrentar a franjas blandas de las Fuerzas Armadas y de las propias filas revolucionarias.
El plan consiste en aislar y debilitar a Hugo Chávez, trabar la marcha de la transformación social en curso y avanzar así hacia el objetivo de derrocamiento del gobierno revolucionario. Como siempre desde 1998 en Venezuela, el rasgo original de esta situación es que la defensa del orden institucional favorece la marcha de la revolución, mientras que las fuerzas del capital necesitan quebrarlo para avanzar tras sus objetivos. Burgueses e imperialistas actúan, por tanto, como fuerzas subversivas y deben apelar a formas crecientes de violencia, tanto más cuanto menos sea su capacidad de movilización social. Por este camino están lanzados los jefes de la oposición en este momento, en medio de evidentes signos de fragmentación y desesperación.
La pelea escandalosa entre los dueños de dos canales de televisión –Rctv y Venevisión, ambos rabiosamente antichavistas– acusándose mutuamente de tratar de obtener sobreganancias jugando sucio dentro de la oposición, es apenas un indicio de un cuadro de situación innegable en sus filas: no logran llegar a un acuerdo en la opción de participar de las elecciones legislativas de septiembre próximo o pasar a la beligerancia abierta ya mismo.
El saldo de esa confrontación interna está a la vista: no logran avanzar en ninguno de estos terrenos.
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