Camilo Torres Restrepo: Hace 44 años murió el Cura Revolucionario
Esta foto acompañaba una comunicación en la que Camilo Torres informaba su decisión de colgar los hábitos y vestirlos nuevamente cuando triunfara la revolución. Su muerte provocó manifestaciones y protestas en varias partes de Colombia
Isabel Restrepo de Torres le dijo a su hijo que lo acompañaría “hasta más allá de la muerte”. Para ella, Camilo no nació el 2 de febrero de 1930, sino “el 15 de febrero de 1966, el día que ellos lo mataron”
Nacido en una familia anticlerical y acomodada de Colombia, Camilo Torres Restrepo colgó los hábitos y se incorporó al Ejército de Liberación Nacional. Murió en un enfrentamiento el 15 de febrero de 1966, a los 36 años. Los seguidores de la Teología de la Liberación en Venezuela, Brasil, Colombia, Argentina, Nicaragua y México conmemoran la fecha.
El 8 de enero de 1966, la cúpula de la Iglesia Católica colombiana pegó el grito al cielo. Ese día, los principales periódicos recibieron una comunicación acompañada de una foto de Camilo Torres Restrepo vestido de guerrillero y con un arma en la mano. Para ellos, era la oveja descarriada desde finales del 64, cuando comenzó a criticar abiertamente el sistema político: “El aparato político que se organice debe buscar el apoyo de las masas, debe tener una planeación técnica y debe constituirse alrededor de los principios de acción más que alrededor de un líder para que se evite el peligro de las camarillas, la demagogia y el personalismo”.
El 25 de junio del 65 pidió al Cardenal que lo liberara de sus obligaciones clericales; el 13 de julio se quita la sotana y afirma que volverá a vestir los hábitos “después de que se haga la revolución” :
“Las convulsiones producidas por los acontecimientos políticos, religiosos y sociales de los últimos tiempos posiblemente han llevado a los cristianos de Colombia a mucha confusión. Es necesario que en este momento decisivo para nuestra historia los cristianos estemos firmes alrededor de las bases esenciales de nuestra religión. Lo principal en el catolicismo es el amor al prójimo (...) La revolución, por lo tanto, es la forma de lograr un gobierno que dé de comer al hambriento, que vista al desnudo, que enseñe al que no sabe, que cumpla con las obras de caridad, de amor al prójimo no solamente en forma ocasional y transitoria, no solamente para unos pocos, sino para la mayoría de nuestros prójimos”.
El 24 de agosto del 65, el Cardenal de Bogotá informa que Camilo Torres no puede ejercer el ministerio sacerdotal y que la autoridad eclesiástica reprueba sus procederes “porque están opuestos a la doctrina de la Iglesia Católica”.
Camilo Torres se convierte en un dolor de cabeza para las autoridades por su poder de convocatoria. A finales del 65 “desaparece” de la actividad pública. En privado le anunció a varios periodistas: “Tengo que hacer un viaje largo y penoso.
No sé si volveré a Bogotá. Los revolucionarios tenemos que dar hasta la vida”.
Venezuela, con Raúl Leoni en la Presidencia, parecía ajena a lo que ocurría en la hermana República.
El Mundo anunciaba a Tito Puente, La Lupe y Charlie Palmieri para los carnavales. Arturo Uslar Pietri enfrentaba una rebelión en su partido, Frente Nacional Democrático.
La pregunta de “Todo El Mundo” del 16 de febrero del 66 era “... ¿si con su abulia, su entreguismo y sus contradicciones no son los propios dirigentes quienes ‘conspiran contra los partidos?’”.
El 17 de febrero de 1966, el comandante de la V Brigada del Ejército colombiano informa que el martes 15 “una patrulla fue emboscada por cerca de 25 hombres en el sitio de Patio Cemento del corregimiento de El Carmen, municipio de San Vicente de Chucurí: Cinco sujetos fueron abatidos por la patrulla, entre los que figura Camilo Torres Restrepo. El Partido Comunista expresó su pesar y señaló a Camilo Torres como “un ejemplo para la generaciones jóvenes”. El obispo coadjutor, monseñor Rubén Isaza, se negó a formular comentarios y dijo que “es, naturalmente, un hecho doloroso”. (El Mundo, 18-2-66, pág. 3).
“Para mi no fue el 2 de febrero de 1930 que nació Camilo. Para mí fue el 15 de febrero de 1966, el día que ellos lo mataron. Desde ese día mi corazón y el suyo son un mismo corazón, es más, el corazón que llevo es el suyo. Con ese corazón puedo brindar mi amor a todos los que aman la justicia”. Isabel Restrepo de Torres (Camilo, obras de cura revolucionario. Ediciones Cristianismo y Revolución, Argentina, 1968).
Esta foto acompañaba una comunicación en la que Camilo Torres informaba su decisión de colgar los hábitos y vestirlos nuevamente cuando triunfara la revolución. Su muerte provocó manifestaciones y protestas en varias partes de Colombia
Isabel Restrepo de Torres le dijo a su hijo que lo acompañaría “hasta más allá de la muerte”. Para ella, Camilo no nació el 2 de febrero de 1930, sino “el 15 de febrero de 1966, el día que ellos lo mataron”
Nacido en una familia anticlerical y acomodada de Colombia, Camilo Torres Restrepo colgó los hábitos y se incorporó al Ejército de Liberación Nacional. Murió en un enfrentamiento el 15 de febrero de 1966, a los 36 años. Los seguidores de la Teología de la Liberación en Venezuela, Brasil, Colombia, Argentina, Nicaragua y México conmemoran la fecha.
El 8 de enero de 1966, la cúpula de la Iglesia Católica colombiana pegó el grito al cielo. Ese día, los principales periódicos recibieron una comunicación acompañada de una foto de Camilo Torres Restrepo vestido de guerrillero y con un arma en la mano. Para ellos, era la oveja descarriada desde finales del 64, cuando comenzó a criticar abiertamente el sistema político: “El aparato político que se organice debe buscar el apoyo de las masas, debe tener una planeación técnica y debe constituirse alrededor de los principios de acción más que alrededor de un líder para que se evite el peligro de las camarillas, la demagogia y el personalismo”.
El 25 de junio del 65 pidió al Cardenal que lo liberara de sus obligaciones clericales; el 13 de julio se quita la sotana y afirma que volverá a vestir los hábitos “después de que se haga la revolución” :
“Las convulsiones producidas por los acontecimientos políticos, religiosos y sociales de los últimos tiempos posiblemente han llevado a los cristianos de Colombia a mucha confusión. Es necesario que en este momento decisivo para nuestra historia los cristianos estemos firmes alrededor de las bases esenciales de nuestra religión. Lo principal en el catolicismo es el amor al prójimo (...) La revolución, por lo tanto, es la forma de lograr un gobierno que dé de comer al hambriento, que vista al desnudo, que enseñe al que no sabe, que cumpla con las obras de caridad, de amor al prójimo no solamente en forma ocasional y transitoria, no solamente para unos pocos, sino para la mayoría de nuestros prójimos”.
El 24 de agosto del 65, el Cardenal de Bogotá informa que Camilo Torres no puede ejercer el ministerio sacerdotal y que la autoridad eclesiástica reprueba sus procederes “porque están opuestos a la doctrina de la Iglesia Católica”.
Camilo Torres se convierte en un dolor de cabeza para las autoridades por su poder de convocatoria. A finales del 65 “desaparece” de la actividad pública. En privado le anunció a varios periodistas: “Tengo que hacer un viaje largo y penoso.
No sé si volveré a Bogotá. Los revolucionarios tenemos que dar hasta la vida”.
Venezuela, con Raúl Leoni en la Presidencia, parecía ajena a lo que ocurría en la hermana República.
El Mundo anunciaba a Tito Puente, La Lupe y Charlie Palmieri para los carnavales. Arturo Uslar Pietri enfrentaba una rebelión en su partido, Frente Nacional Democrático.
La pregunta de “Todo El Mundo” del 16 de febrero del 66 era “... ¿si con su abulia, su entreguismo y sus contradicciones no son los propios dirigentes quienes ‘conspiran contra los partidos?’”.
El 17 de febrero de 1966, el comandante de la V Brigada del Ejército colombiano informa que el martes 15 “una patrulla fue emboscada por cerca de 25 hombres en el sitio de Patio Cemento del corregimiento de El Carmen, municipio de San Vicente de Chucurí: Cinco sujetos fueron abatidos por la patrulla, entre los que figura Camilo Torres Restrepo. El Partido Comunista expresó su pesar y señaló a Camilo Torres como “un ejemplo para la generaciones jóvenes”. El obispo coadjutor, monseñor Rubén Isaza, se negó a formular comentarios y dijo que “es, naturalmente, un hecho doloroso”. (El Mundo, 18-2-66, pág. 3).
“Para mi no fue el 2 de febrero de 1930 que nació Camilo. Para mí fue el 15 de febrero de 1966, el día que ellos lo mataron. Desde ese día mi corazón y el suyo son un mismo corazón, es más, el corazón que llevo es el suyo. Con ese corazón puedo brindar mi amor a todos los que aman la justicia”. Isabel Restrepo de Torres (Camilo, obras de cura revolucionario. Ediciones Cristianismo y Revolución, Argentina, 1968).
En febrero de 1966,… al morir baleado en las montañas de Colombia, Camilo Torres irrumpió en escena como un símbolo.
Representaba la quintaesencia del hombre comprometido con los oprimidos de la tierra y dispuesto a sacrificar hasta su propia vida por salvarlos. Sin buscar privilegios ni honores, se había integrado a un pequeño puñado de revolucionarios románticos que seguían el camino trazado por Fidel y sus compañeros barbudos en la Sierra Maestra
El cantautor venezolano Alí Primera compuso las canciones "Dispersos" y "Dios se lo cobre" que hacen referencia a Camilo Torres: Dispersos: "...¿por qué no unirnos?, si porqué si ya se unieron el fusil y el evangelio en las manos de Camilo...". Dios se lo cobre: "y Camilo el sacerdote, el que no engañaba a Dios; en un bolsillo de la sotana, un libro de Santo Tomas de Aquino, y en el otro, en el de la izquierda, un libro de Carlos Marx. Buscaba la semejanza para ofrendársela a Dios. Una nueva sociedad, sin colegios privados, sin hacienda, sin patrón..."
Camilo en sus mensajes expresaba
Camilo en sus mensajes expresaba
“Unido el pueblo es invencible, es capaz de conquistar todo cuanto se proponga por más armas y por más dinero que tenga el enemigo. El día que logremos nosotros que las mayorías se unifiquen, se organicen con objetivos concretos, y produzcan las decisiones, ese día tendremos una auténtica democracia”. Y entendía que para construir esa alianza de la clase popular “debíamos recalcar en las cosas que nos unen y no en las que nos desunen”.
«Después de la Revolución los cristianos tendremos la conciencia de que establecimos un sistema que está orientado por el amor al prójimo.»
Por último consigno una frase en las que este grande de la lucha revolucionaria dejo como herencia del camino a recorrer:
"HASTA LA VICTORIA FINAL PORQUE UN PUEBLO QUE SE ENTREGA HASTA LA MUERTE SIEMPRE LOGRA LA VICTORIA".
Camilo Torres.
"HASTA LA VICTORIA FINAL PORQUE UN PUEBLO QUE SE ENTREGA HASTA LA MUERTE SIEMPRE LOGRA LA VICTORIA".
Camilo Torres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario