Tal día como hoy, el 23 de agosto de 1965, una banda policial de AD detuvo y desapareció al periodista radial y luchador social, César Burguillos.
La banda policial desaparece a César Burguillos, quien después sería fusilado junto a Donato Carmona en uno de los más infames crímenes del gobierno de Acción Democrática
Posteriormente, el 17 de noviembre de ese mismo año, César Burguillos fue sacado de un calabozo en el campo de concentración de Cachito y junto con Donato Carmona, fue fusilado en un lugar conocido como Caño Cruz en la carretera de Caripito a Cumaná, en uno de los más infames crímenes cometidos por el gobierno de Acción Democrática.
La banda policial desaparece a César Burguillos, quien después sería fusilado junto a Donato Carmona en uno de los más infames crímenes del gobierno de Acción Democrática
Posteriormente, el 17 de noviembre de ese mismo año, César Burguillos fue sacado de un calabozo en el campo de concentración de Cachito y junto con Donato Carmona, fue fusilado en un lugar conocido como Caño Cruz en la carretera de Caripito a Cumaná, en uno de los más infames crímenes cometidos por el gobierno de Acción Democrática.
Al mando del pelotón de fusilamiento estaba el Teniente Aldemaro Sarmiento y el Sifa, Roberto Valdés, alias Velutine.
Pensión de Sobreviviente se le otorgo a su Viuda
Pensión de Sobreviviente se le otorgo a su Viuda
César Burguillos, aparte de maestro, fue un luchador social y político detenido en 1965 y víctima de desaparición forzada por parte de organismos de represión del Estado venezolano, durante el gobierno del Presidente Raúl Leoni, lo cual condujo a que fuera declarado ausente por el Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil de la Circunscripción Judicial del Distrito Federal y estado Miranda, según sentencia de fecha 23 de febrero de 1979.
La resolución del Ministerio de Educación y Deportes, de fecha 5 de los corrientes, fundamenta su decisión en lo establecido por la Constitución Bolivariana de Venezuela, que prohíbe la práctica y tolerancia de la desaparición forzada de personas a cualquier autoridad, sea civil o militar.
Considero como histórico este reconocimiento por parte del Estado venezolano, porque tiende a reparar una terrible injusticia e implica la condena a la abominable práctica de la desaparición forzada de personas, que se inició precisamente en Venezuela en la década del 60 y se extendió posteriormente a otros países del continente.
Espero que este primer acto de reivindicación de la memoria de un desaparecido, en su viuda, constituya el paso inicial del Estado venezolano para el rescate de la memoria del cabal ejercicio de la justicia.
Más de mil ciudadanos fueron víctimas de semejante práctica represiva, con el agravante de que ésta se ejerció en el marco democrático y del Estado de Derecho, a diferencia de lo ocurrido en otros países gobernados por regímenes dictatoriales.
Con esta acción se debe iniciar a través de los órganos competentes, una gestión por parte de los familiares de las víctimas para el establecimiento de responsabilidades, habida cuenta de que los delitos de lesa humanidad son imprescriptibles y que la impunidad pervierte a las instituciones del Estado de Derecho”.
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