A pesar que el 9 de Agosto es el Día Internacional de los Pueblos Indigenas declarado por la Organización de las Naciones Unidas
Esta revolución no ha alcanzado al pueblo yukpa
Por: Agustín Delmoral*
Desde hace más de 50 años el pueblo Yukpa ha sido robado, expoliado y asesinado para que una casta de venezolanos (esos mismos que son capaces de botar a los ríos la leche para producir desabastecimientos artificiales), pudieran levantar extensas haciendas ganaderas.
Los yukpas fueron desplazados desde las tierras planas hasta las estribaciones de la Sierra de Perijá, porque los ganaderos necesitaban esas tierras para el pastizaje o sencillamente para mantenerlas “en engorde” y muchas veces improductivas dentro de la más rancia tradición latifundista. Unas cuantas familias ganaderas se enorgullecen que entre sus ascendentes existieron prohombres que persiguieron a sangre y fuego a los “despreciables motilones”, a punta de escopeta, envenenándoles alimentos y agua. O sencillamente “cambiándoles espejitos por tierras”
La realidad de hoy:
Para llegar a las estribaciones de la sierra, donde están los pueblos yukpas debe atravesarse portones y cercados de las haciendas emblemáticas de la Sierra de Perijá (a veces más de 10 portones deben franquearse), portones que se erigen en las ancestrales tierras yukpas y que son celosamente vigilados por los sicarios armados y pagados por los hacendados.
La causa yukpa se ha contaminado con la burocracia vetusta y cuarta republicana del Ministerio del poder popular de asuntos indígenas, que ha mediatizado y dejado sin efecto a la voceria natural del pueblo yukpa, de sus caciques, de sus dirigentes naturales que les toca cruzar todos los días “los portones de la indignidad” en las tierras que pertenecieron a sus bisabuelos.
Detrás del protagonismo y agresiones de los “Tirzo Vargas”, de las agresiones a las Comunidades de Chaktapa y Guamo. Detrás de las actitudes complacientes de autoridades civiles y militares de la región, está la amenaza a la reserva de vida de la Sierra de Perijá, para que las compañías que ya conocemos procedan a explotar el carbón y los otros minerales reconocidos en este espacio de vida.
Urge que la revolución llegue al pueblo yukpa….
Esta revolución no ha alcanzado al pueblo yukpa
Por: Agustín Delmoral*
Desde hace más de 50 años el pueblo Yukpa ha sido robado, expoliado y asesinado para que una casta de venezolanos (esos mismos que son capaces de botar a los ríos la leche para producir desabastecimientos artificiales), pudieran levantar extensas haciendas ganaderas.
Los yukpas fueron desplazados desde las tierras planas hasta las estribaciones de la Sierra de Perijá, porque los ganaderos necesitaban esas tierras para el pastizaje o sencillamente para mantenerlas “en engorde” y muchas veces improductivas dentro de la más rancia tradición latifundista. Unas cuantas familias ganaderas se enorgullecen que entre sus ascendentes existieron prohombres que persiguieron a sangre y fuego a los “despreciables motilones”, a punta de escopeta, envenenándoles alimentos y agua. O sencillamente “cambiándoles espejitos por tierras”
La realidad de hoy:
Para llegar a las estribaciones de la sierra, donde están los pueblos yukpas debe atravesarse portones y cercados de las haciendas emblemáticas de la Sierra de Perijá (a veces más de 10 portones deben franquearse), portones que se erigen en las ancestrales tierras yukpas y que son celosamente vigilados por los sicarios armados y pagados por los hacendados.
La causa yukpa se ha contaminado con la burocracia vetusta y cuarta republicana del Ministerio del poder popular de asuntos indígenas, que ha mediatizado y dejado sin efecto a la voceria natural del pueblo yukpa, de sus caciques, de sus dirigentes naturales que les toca cruzar todos los días “los portones de la indignidad” en las tierras que pertenecieron a sus bisabuelos.
Detrás del protagonismo y agresiones de los “Tirzo Vargas”, de las agresiones a las Comunidades de Chaktapa y Guamo. Detrás de las actitudes complacientes de autoridades civiles y militares de la región, está la amenaza a la reserva de vida de la Sierra de Perijá, para que las compañías que ya conocemos procedan a explotar el carbón y los otros minerales reconocidos en este espacio de vida.
Urge que la revolución llegue al pueblo yukpa….
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