domingo, 24 de agosto de 2008

Hace 45 años un comando revolucionario secuestra a la Saeta Rubia

Se recuerda el secuestro de Alfredo Di Stéfano el 24 de agosto de 1963, en Caracas por un comando guerrillero que encabezaba Máximo Canales o Paul del Río.

En aquella ocasión, el secuestro de Di Stéfano en el desaparecido Hotel Potomac de San Bernardino, fue ejecutado por este comando guerrillero de izquierda que luchaba contra el gobierno del presidente venezolano Rómulo Betancourt, que mantuvo cautivo a la "Saeta Rubia" durante 70 horas, durante las cuales fue bien tratado, antes de ser liberado.
En una nota a la prensa, las FALN afirmaron que se trataba de una operación titulada “Julián Grimau”, en homenaje a este luchador de la resistencia antifascista española, fusilado por Franco En protesta por el fusilamiento en España del héroe de la resistencia antifascista, Julián Grimau, (Julián Grimau García: político comunista español, nacido en Madrid en 1911 y fusilado en la misma ciudad en 1963) la guerrilla de las FALN tomó prisionero en Caracas a Di Stéfano, el astro del Club de Fútbol Real Madrid
Esta noticia recorrió el mundo: el astro del fútbol internacional, del equipo Real Madrid, Alfredo Di Stéfano había sido tomado prisionero por una UTC de las guerrillas venezolanas. Di Stéfano, llamado la “Saeta Rubia”, se encontraba en Caracas para participar en un encuentro amistoso entre el Real Madrid de España y el Sao Paulo de Brasil.
Di Stéfano, quien igual que todos los futbolistas, se encontraba hospedado en el Hotel Potomac.
Alfredo Di Stéfano hace dos revelaciones que muchos ignoraban: el secuestrado no iba a ser él, sino el gran compositor Igor Stravinski, el del Pájaro de Fuego.
Pero Máximo Canales y el grupo que lo capturó en el Hotel Potomac, en San Bernardino, pensaron que el músico ruso era un hombre delicado de salud, lo cual significaba un riesgo enorme. Pensaron que podría morírseles. Y optaron por Di Stéfano, celebridad ideal.
Lo más sorprendente le ocurrió en la Rueda de Prensa que dio en la Embajada de España, donde se refugió al dejarlo sus captores en la Avenida Libertador. ¡En la Rueda de Prensa en la sede diplomática española identificó a DOS periodistas, integrantes del equipo que lo tuvo 3 días secuestrado y con los cuales compartió! Confiesa que eso lo asustó más.
Hizo historia al convertirse en el secuestrador de Alfredo Di Stéfano, Paul del Río (
P: ¿Cómo recuerda todo lo que ocurrió?
R: La magia de la vida provoca la casualidad de que hoy se cumplen años de un secuestro que nos llevó a la popularidad. Alfredo Di Stéfano era en ese momento la figura más grande del mundo y para nosotros era una operación propagandística, para que la opinión pública mundial conociese nuestra lucha y los problemas del pueblo venezolano que vivía en una aparente democracia pero de un gobierno corrupto que nos estaba asesinando.
P: Y ustedes representaban el brazo ejecutor.
R: Eramos parte de un movimiento guerrillero en el que participaba una gran parte de la juventud venezolana que rompió el hielo ante el silencio de la prensa mundial.
P: ¿Cómo diseñaron la acción del secuestro?
R: El secuestro duró 72 horas. Fue un homenaje a Julián Grimau, dirigente español comunista que fue capturado y fusilado en España por el régimen franquista, cuatro meses antes. Lanzamos una operación guerrillera con su nombre.
P: ¿Y la ejecución del plan?
R: Una operación muy sencilla. El equipo llegó a Caracas y teníamos todo planificado. Fuimos cuatro hombres a las seis de la mañana a su hotel, subí con dos compañeros, curiosamente uno de ellos es ahora un alto cargo del gobierno de Venezuela, nos hicimos pasar por autoridades de la policía, llamamos a su habitación y nos lo llevamos.
P: Di Stéfano, ¿no puso resistencia?
R: Ninguna. Le dijimos "venga con nosotros, le vamos a tratar bien". Hace meses que su amigo Fangio, piloto de Fórmula Uno, había sufrido un secuestro similar en La Habana y le había contado todos los detalles. Más nervioso se puso Santamaría, su compañero de habitación, al que prometimos que en un rato estaba de vuelta.
P: ¿Cómo trataron a Di Stéfano en los tres días que lo tuvieron retenido?
R: Le tratamos muy bien dentro de que fueron momentos de angustia. Nunca sintió que su vida estuviese en peligro y siempre supo que era cuestión de tres días. Lo pasamos bien hablando de todo, jugando al domino y al ajedrez, contábamos chistes, vio televisión. El mismo diseñaba su menú de comida y le comprábamos lo que quería. Hasta apostamos en las carreras de caballos. Alfredo eligió tres caballos y yo otros tres.
P: Imagínese que hubiesen acertado
R: Ya le dije a Alfredo que si nos tocaba dinero nos quedábamos con todo. No le íbamos a dar ni una peseta (risas).
P: ¿Cuál fue el momento más triste?
R: El día que coincidió con el cumpleaños de su hijo Alfredito que cumplía siete años. Fue duro.
P: ¿No está arrepentido de lo que ocurrió?
R: No, ¿cómo me voy a arrepentir de hacer cosas buenas? Me sigo sintiendo muy orgulloso de todo y no tengo nada de lo que arrepentirme. De hecho han incluido el hecho como una anécdota importante en la historia del Real Madrid. Es una demostración de que nuestro comportamiento fue correcto y humano. Es una anécdota de la lucha del pueblo y de los países. Me siento orgulloso.
Entiendo que don Alfredo no guarda un mal recuerdo de mi. Le tengo una gran admiración y respeto. Sigo pensando igual que en aquella época. En Venezuela seguimos luchando por mantener la soberanía ante un enemigo distinto, como es el peligro que representa la avaricia del gobierno de los Estados Unidos de Bush.
P: ¿Recibió un castigo penal por el secuestro?
R: No, porque me capturaron diez años después y estaba prescrito por la ley. En aquella época en la ley venezolana las penas por secuestro eran muy bajas y el secuestro político ni estaba contemplado en el código penal. Luego caí prisionero durante tres años y medio. Hoy en día sigo luchando en Venezuela.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hace 45 años, no 62

Anónimo dijo...

O.K.

Anónimo dijo...

Don Alfredo, muy buena persona