El capitán Molina Villegas, “Chuchu”: “El Carupanazo” podría resumirse en esta frase: Era un grupo de oficiales democráticos, patriotas y nacionalistas, que queríamos darle al país una fisonomía verdaderamente democrática. Pero hay que ubicarse en aquella época para poder entender la necesidad de apurar los cambios estructurales, en beneficio del país nacional, que buscaba a gritos un desarrollo armónico y en paz.”.
EL CARUPANAZO fue un camino que tomó “Chuchu” en una hora determinada, porque el país pedía gritos un nuevo rumbo en la conducción del Estado y que volvería al mismo camino si las circunstancias lo exigiera y la Patria lo necesitara.
El recuerdo vive de forma permanente en cada recodo de la nación y de la Patria Chica. Aquí en Carúpano, confluencia de todos los caminos de las dos penínsulas, donde el revolucionario oriental levantó su voz de protesta contra la ignominia y la injusticia social; aquí donde lanzó su manifiesto del Movimiento de Recuperación Democrática.
Aquí cuestionó el gobierno arbitrario, corrupto y sectario del presidente Rómulo Betancourt, que gobernaba en representación del partido Acción Democrática, Gobierno que además comprometía la Soberanía Nacional; desdibujaba el concepto de Patria, lo que es un régimen de Democrático y un Estado de Derecho; donde se atropellaba a los humildes y se ensalzaba a los poderosos, donde la oficialidad joven se formó en conceptos y criterios de obediencia sin racionalidad, tratando de opacar las más destacas figuras de la Patria, para crear valores desteñidos, que ofendían la nacionalidad.
Arenga del Capitán Molina: “Es necesario reconquistar la verdadera democracia, retornar al orden, que significa el polo opuesto, de la crítica situación política, económica y social que sufre el país, y ponerle fin a la persecución, a los encarcelamientos, a las muertes, los desaparecidos , a la tortura, que ha impuesto el régimen autoritario de Betancourt, que viene conduciendo a la nación al quebrantamiento de la paz y a la anarquía, entre todos los venezolanos.”
Hablar, escribir este pasado que es, al mismo tiempo nuestro presente, nuestra vida, hace más compleja aún la situación: nadie puede alterar lo que ya ocurrió y queda entonces la interpretación, el recuerdo que no es capaz de abarcar todo, pero que nos lleva a la fantasía unida a la realidad.
Estalla el heróico movimiento revolucionario del 4 de mayo de 1962, bajo el mando del capitán de corbeta Jesús Teodoro Molina Villegas, con el fin de formar un gobierno democrático y sustituir la política pro-estadounidense de Rómulo Betancourt
Tal día como hoy, el 4 de mayo de 1962, tuvo lugar la rebelión cívico-militar bajo el mando del capitán de corbeta Jesús Teodoro Molina Villegas, con la participación del batallón de infantería de marina Antonio José de Sucre y el destacamento 77 de la Guardia Nacional.
Con el propósito de poner fin al Gobierno represivo y antinacional presidido por Rómulo Betancourt, jóvenes oficiales de las Fuerzas Armadas y personalidades civiles independientes y de izquierda se comprometieron con el movimiento cívico-militar que estalló el 4 de mayo de 1962 y tuvo como epicentro el batallón de infantería de marina Antonio José de Sucre, con sede en Carúpano, y como jefe militar al capitán de corbeta Jesús Teodoro Molina Villegas.
Al frente de la rebelión estuvieron, además de su comandante en jefe, capitán Jesús Teodoro Molina Villegas, el mayor Pedro Vegas Castejón, los capitanes Julio Bonet Salas y Omar Echeverría, los tenientes Héctor Fleming Mendoza, Octavio Acosta Bello, José Farías Abreu, Jesús Silva Mata, Luis Delgado Delgado, Epifanio Requena, el alférez Osorio Jordán, el sargento mayor Segundo Urdaneta, los sargentos José Todulfo Jiménez y Douglas Chirinos, los maestres Pastor Sarmiento, José Uzcátegui, Daniel Pérez Martínez, Ángel Armando Arcila, Alfredo Silva Pérez, Luis José Acuña, Ramón Antonio Rincones, José Salazar y Hugo Simón Acosta y los civiles Eloy Torres, Simón Sáez Mérida, José Vicente Abreu y Pedro Duno. El destacamento 77 de la Guardia Nacional se sumó al movimiento y combatió al lado de los infantes de marina.
Debido a complicaciones en el plan elaborado por los oficiales revolucionarios, la rebelión quedó aislada en Carúpano y pudo ser derrotada. Durante tres días, los rebeldes resistieron el ataque de fuerzas militares superiores hasta verse obligadas a rendirse.
La rebelión del 4 de mayo de 1962 fue una demostración del grado de descontento del país ante el fracaso de la gestión política y económica del gobierno de Rómulo Betancourt. La indignación por su carácter represivo y antinacional había desbordado los marcos civiles y populares para extenderse al seno de la Fuerza Armada. Por otra parte, la rebelión fue una clara señal de la existencia en el seno de la Fuerza Armada de un grueso contingente de jóvenes oficiales identificados con la causa revolucionaria y patriótica
Las asonadas, la violencia, las guerrillas, conforman un período de turbulencia, que echa las bases para varios alzamientos militares, en los cuales se inscribe el “Movimiento de Recuperación Democrática”, o “El Carupanazo”, que liderizó el Capitán Jesús Teodoro Molina Villegas, el día 4 de mayo de 1962.
A las diez de la mañana, los rebeldes con su Jefe a la cabeza, transmitieron a través de las emisoras locales, el Manifiesto de las Fuerzas Armadas al Pueblo y a la Nación, que dice así:
“El Comando de la Guarnición de Carúpano, informa a los compañeros de armas y al pueblo de Venezuela, que en la madrugada de hoy 4 de mayo ha decidido, conjuntamente con las fuerzas populares, asumir una actitud responsable y patriótica ante la trágica situación que vive el país, depauperado, dividido y desangrado por los desmanes de un grupo minoritario, que hoy usufructúan directamente del heroico esfuerzo librado por el pueblo y los sectores democráticos de las Fuerzas Armadas el 23 de enero.
La democracia ganada en esa batalla, memorable ha sido escamoteada a nuestro heroico pueblo. Parciales como somos del cumplimiento de las leyes de la República y socios como somos de la vida de los venezolanos, no podemos permanecer, por más tiempo ignorantes a los atropellos, a los vejámenes, a los asesinatos, a las torturas sin números al pueblo que ha conducido al quebrantamiento de la paz y de la armonía entre los venezolanos.
Otra vez Venezuela vive, bajo el régimen de terror de Betancourt, la vieja división de los venezolanos en dos sectores: Los que tienen todas las garantías y los que no la poseen, la de perseguidos y perseguidores, de presos y carceleros. Se ha instaurado en el país el ventajismo político más descarado, que reduce los derechos inherentes a cada ciudadano, en un régimen democrático. Las Garantías Constitucionales, no funcionan en la realidad, funcionan para los grupos que son incondicionales en la desviación anti-democrática de este Gobierno.
El Congreso Nacional es burlado en sus decisiones y no funciona el régimen democrático que el pueblo se diera en libre expresión popular. Este hecho ya lo divulga todo el pueblo y ha sido denunciado muchas veces por todos los sectores.
La crisis económica, el despilfarro de los dineros públicos, la hipoteca irresponsable del país, el peculado y la ineficacia del Gobierno, han conducido al país a la peor situación de su historia y golpea por igual a pobres y ricos.
Para silenciar la protesta y el descontento popular, para implantar una política contraria a los intereses de la Nación, Betancourt y su grupo minoritario pretenden utilizar a las Fuerzas Armadas Nacionales, como dócil instrumento represivo, aspirando volver a crear la separación entre el pueblo y Fuerzas Armadas, que fue característica de regímenes anteriores.
Nuestro Movimiento, tiene entre sus finalidades esenciales el restaurar la vigencia plena del sistema democrático, el que rija auténticamente la Constitución, que sean respetados los derechos de todos los venezolanos y las decisiones del Congreso Nacional, para que dentro de ese marco de verdaderas libertades democráticas, pueda el país reconstruir su economía, dar empleo a los cientos de miles de desocupados, mejorar el nivel de ingreso del venezolano, realizar una verdadera Reforma Agraria y desarrollar nuestra economía, teniendo como norte los supremos intereses Nacionales.
En esta decisión inquebrantable, de restauración democrática, nos acompañan los oficiales , sub-oficiales y tropa del Batallón de Infantería de Marina y del Destacamento de las Fuerzas Armadas de Cooperación, acantonadas en esta Plaza. Al dar este paso, sabemos nuestra responsabilidad ante la historia y nos sabemos asistidos por el respaldo de los mejores y más generosos hijos de Venezuela.
A los oficiales y al pueblo de Venezuela, les invitamos a combatir por todos los medios, para lograr esta vitalísima tarea de restauración democrática, a luchar por la reconstrucción democrática del país.”
Firman: Capitán de Corbeta, Jesús Teodoro Molina Villegas. Mayor Pedro Vegas Castejón. Capitán Omar Echeverría Sierra. Teniente de Fragata José Farías Abreu Teniente Octavio Acosta Bello Teniente de Fragata Luis Delgado Delgado. Teniente Enrique Montero Montiel. Sub-Teniente Héctor Fleming Mendoza. Sub-Teniente Eufrasio de Jesús Silva Mata. Alférez de Navío Alberto Osorio Jordán. Sub-Teniente Rafael Márquez.
Carúpano, 04 de mayo de 1962.
EL CARUPANAZO fue un camino que tomó “Chuchu” en una hora determinada, porque el país pedía gritos un nuevo rumbo en la conducción del Estado y que volvería al mismo camino si las circunstancias lo exigiera y la Patria lo necesitara.
El recuerdo vive de forma permanente en cada recodo de la nación y de la Patria Chica. Aquí en Carúpano, confluencia de todos los caminos de las dos penínsulas, donde el revolucionario oriental levantó su voz de protesta contra la ignominia y la injusticia social; aquí donde lanzó su manifiesto del Movimiento de Recuperación Democrática.
Aquí cuestionó el gobierno arbitrario, corrupto y sectario del presidente Rómulo Betancourt, que gobernaba en representación del partido Acción Democrática, Gobierno que además comprometía la Soberanía Nacional; desdibujaba el concepto de Patria, lo que es un régimen de Democrático y un Estado de Derecho; donde se atropellaba a los humildes y se ensalzaba a los poderosos, donde la oficialidad joven se formó en conceptos y criterios de obediencia sin racionalidad, tratando de opacar las más destacas figuras de la Patria, para crear valores desteñidos, que ofendían la nacionalidad.
Arenga del Capitán Molina: “Es necesario reconquistar la verdadera democracia, retornar al orden, que significa el polo opuesto, de la crítica situación política, económica y social que sufre el país, y ponerle fin a la persecución, a los encarcelamientos, a las muertes, los desaparecidos , a la tortura, que ha impuesto el régimen autoritario de Betancourt, que viene conduciendo a la nación al quebrantamiento de la paz y a la anarquía, entre todos los venezolanos.”
Hablar, escribir este pasado que es, al mismo tiempo nuestro presente, nuestra vida, hace más compleja aún la situación: nadie puede alterar lo que ya ocurrió y queda entonces la interpretación, el recuerdo que no es capaz de abarcar todo, pero que nos lleva a la fantasía unida a la realidad.
Estalla el heróico movimiento revolucionario del 4 de mayo de 1962, bajo el mando del capitán de corbeta Jesús Teodoro Molina Villegas, con el fin de formar un gobierno democrático y sustituir la política pro-estadounidense de Rómulo Betancourt
Tal día como hoy, el 4 de mayo de 1962, tuvo lugar la rebelión cívico-militar bajo el mando del capitán de corbeta Jesús Teodoro Molina Villegas, con la participación del batallón de infantería de marina Antonio José de Sucre y el destacamento 77 de la Guardia Nacional.
Con el propósito de poner fin al Gobierno represivo y antinacional presidido por Rómulo Betancourt, jóvenes oficiales de las Fuerzas Armadas y personalidades civiles independientes y de izquierda se comprometieron con el movimiento cívico-militar que estalló el 4 de mayo de 1962 y tuvo como epicentro el batallón de infantería de marina Antonio José de Sucre, con sede en Carúpano, y como jefe militar al capitán de corbeta Jesús Teodoro Molina Villegas.
Al frente de la rebelión estuvieron, además de su comandante en jefe, capitán Jesús Teodoro Molina Villegas, el mayor Pedro Vegas Castejón, los capitanes Julio Bonet Salas y Omar Echeverría, los tenientes Héctor Fleming Mendoza, Octavio Acosta Bello, José Farías Abreu, Jesús Silva Mata, Luis Delgado Delgado, Epifanio Requena, el alférez Osorio Jordán, el sargento mayor Segundo Urdaneta, los sargentos José Todulfo Jiménez y Douglas Chirinos, los maestres Pastor Sarmiento, José Uzcátegui, Daniel Pérez Martínez, Ángel Armando Arcila, Alfredo Silva Pérez, Luis José Acuña, Ramón Antonio Rincones, José Salazar y Hugo Simón Acosta y los civiles Eloy Torres, Simón Sáez Mérida, José Vicente Abreu y Pedro Duno. El destacamento 77 de la Guardia Nacional se sumó al movimiento y combatió al lado de los infantes de marina.
Debido a complicaciones en el plan elaborado por los oficiales revolucionarios, la rebelión quedó aislada en Carúpano y pudo ser derrotada. Durante tres días, los rebeldes resistieron el ataque de fuerzas militares superiores hasta verse obligadas a rendirse.
La rebelión del 4 de mayo de 1962 fue una demostración del grado de descontento del país ante el fracaso de la gestión política y económica del gobierno de Rómulo Betancourt. La indignación por su carácter represivo y antinacional había desbordado los marcos civiles y populares para extenderse al seno de la Fuerza Armada. Por otra parte, la rebelión fue una clara señal de la existencia en el seno de la Fuerza Armada de un grueso contingente de jóvenes oficiales identificados con la causa revolucionaria y patriótica
Las asonadas, la violencia, las guerrillas, conforman un período de turbulencia, que echa las bases para varios alzamientos militares, en los cuales se inscribe el “Movimiento de Recuperación Democrática”, o “El Carupanazo”, que liderizó el Capitán Jesús Teodoro Molina Villegas, el día 4 de mayo de 1962.
A las diez de la mañana, los rebeldes con su Jefe a la cabeza, transmitieron a través de las emisoras locales, el Manifiesto de las Fuerzas Armadas al Pueblo y a la Nación, que dice así:
“El Comando de la Guarnición de Carúpano, informa a los compañeros de armas y al pueblo de Venezuela, que en la madrugada de hoy 4 de mayo ha decidido, conjuntamente con las fuerzas populares, asumir una actitud responsable y patriótica ante la trágica situación que vive el país, depauperado, dividido y desangrado por los desmanes de un grupo minoritario, que hoy usufructúan directamente del heroico esfuerzo librado por el pueblo y los sectores democráticos de las Fuerzas Armadas el 23 de enero.
La democracia ganada en esa batalla, memorable ha sido escamoteada a nuestro heroico pueblo. Parciales como somos del cumplimiento de las leyes de la República y socios como somos de la vida de los venezolanos, no podemos permanecer, por más tiempo ignorantes a los atropellos, a los vejámenes, a los asesinatos, a las torturas sin números al pueblo que ha conducido al quebrantamiento de la paz y de la armonía entre los venezolanos.
Otra vez Venezuela vive, bajo el régimen de terror de Betancourt, la vieja división de los venezolanos en dos sectores: Los que tienen todas las garantías y los que no la poseen, la de perseguidos y perseguidores, de presos y carceleros. Se ha instaurado en el país el ventajismo político más descarado, que reduce los derechos inherentes a cada ciudadano, en un régimen democrático. Las Garantías Constitucionales, no funcionan en la realidad, funcionan para los grupos que son incondicionales en la desviación anti-democrática de este Gobierno.
El Congreso Nacional es burlado en sus decisiones y no funciona el régimen democrático que el pueblo se diera en libre expresión popular. Este hecho ya lo divulga todo el pueblo y ha sido denunciado muchas veces por todos los sectores.
La crisis económica, el despilfarro de los dineros públicos, la hipoteca irresponsable del país, el peculado y la ineficacia del Gobierno, han conducido al país a la peor situación de su historia y golpea por igual a pobres y ricos.
Para silenciar la protesta y el descontento popular, para implantar una política contraria a los intereses de la Nación, Betancourt y su grupo minoritario pretenden utilizar a las Fuerzas Armadas Nacionales, como dócil instrumento represivo, aspirando volver a crear la separación entre el pueblo y Fuerzas Armadas, que fue característica de regímenes anteriores.
Nuestro Movimiento, tiene entre sus finalidades esenciales el restaurar la vigencia plena del sistema democrático, el que rija auténticamente la Constitución, que sean respetados los derechos de todos los venezolanos y las decisiones del Congreso Nacional, para que dentro de ese marco de verdaderas libertades democráticas, pueda el país reconstruir su economía, dar empleo a los cientos de miles de desocupados, mejorar el nivel de ingreso del venezolano, realizar una verdadera Reforma Agraria y desarrollar nuestra economía, teniendo como norte los supremos intereses Nacionales.
En esta decisión inquebrantable, de restauración democrática, nos acompañan los oficiales , sub-oficiales y tropa del Batallón de Infantería de Marina y del Destacamento de las Fuerzas Armadas de Cooperación, acantonadas en esta Plaza. Al dar este paso, sabemos nuestra responsabilidad ante la historia y nos sabemos asistidos por el respaldo de los mejores y más generosos hijos de Venezuela.
A los oficiales y al pueblo de Venezuela, les invitamos a combatir por todos los medios, para lograr esta vitalísima tarea de restauración democrática, a luchar por la reconstrucción democrática del país.”
Firman: Capitán de Corbeta, Jesús Teodoro Molina Villegas. Mayor Pedro Vegas Castejón. Capitán Omar Echeverría Sierra. Teniente de Fragata José Farías Abreu Teniente Octavio Acosta Bello Teniente de Fragata Luis Delgado Delgado. Teniente Enrique Montero Montiel. Sub-Teniente Héctor Fleming Mendoza. Sub-Teniente Eufrasio de Jesús Silva Mata. Alférez de Navío Alberto Osorio Jordán. Sub-Teniente Rafael Márquez.
Carúpano, 04 de mayo de 1962.
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