El eslabón de la cadena
Un viejo dirigente revolucionario solía decir que una de las claves para la victoria era saber cuál es el eslabón que debe asirse a fin de arrastrar toda la cadena.
La revolución venezolana está en ese momento. Debe tener precisión para apuntar la tarea principal en la dirección correcta.
El proceso venezolano avanza por un terreno aún inexplorado. La construcción del Socialismo del Siglo XXI, en el marco de las peculiaridades de nuestro país, es un hecho nuevo. Se trata de cambiar viejas estructuras que servían a clases sociales en decadencia y representaban intereses contrarios al bien colectivo por un sistema nuevo, hasta ahora desconocido.
Este cambio histórico debe vencer la furiosa resistencia del viejo régimen. No sólo en el orden de las luchas políticas, de las instituciones creadas bajo la égida de un establecimiento conservador, sino también debe enfrentar la resistencia de la vieja cultura, de los viejos hábitos y costumbres, de las viejas ideas que se niegan a desaparecer.
Es relativamente fácil eliminar un latifundio y distribuir sus tierras entre los campesinos. Lo difícil es cambiar la mentalidad de los hombres y mujeres que recibirán esas tierras. Es decir, elevar su conciencia para que asuman el dominio de las tierras con una concepción distinta a la vieja mentalidad feudal o capitalista.
Igual puede decirse de otros escenarios. Cuando se expropia una fábrica y se convierte en propiedad social es suficiente un decreto ejecutivo. Lo nuevo y difícil es que los trabajadores tengan conciencia de las obligaciones y deberes de la propiedad social.
Para impulsar el proceso de la Revolución Bolivariana hacia el socialismo, el eslabón decisivo es elevar la conciencia socialista, ganar la batalla por el socialismo en el campo de las ideas.
Un viejo dirigente revolucionario solía decir que una de las claves para la victoria era saber cuál es el eslabón que debe asirse a fin de arrastrar toda la cadena.
La revolución venezolana está en ese momento. Debe tener precisión para apuntar la tarea principal en la dirección correcta.
El proceso venezolano avanza por un terreno aún inexplorado. La construcción del Socialismo del Siglo XXI, en el marco de las peculiaridades de nuestro país, es un hecho nuevo. Se trata de cambiar viejas estructuras que servían a clases sociales en decadencia y representaban intereses contrarios al bien colectivo por un sistema nuevo, hasta ahora desconocido.
Este cambio histórico debe vencer la furiosa resistencia del viejo régimen. No sólo en el orden de las luchas políticas, de las instituciones creadas bajo la égida de un establecimiento conservador, sino también debe enfrentar la resistencia de la vieja cultura, de los viejos hábitos y costumbres, de las viejas ideas que se niegan a desaparecer.
Es relativamente fácil eliminar un latifundio y distribuir sus tierras entre los campesinos. Lo difícil es cambiar la mentalidad de los hombres y mujeres que recibirán esas tierras. Es decir, elevar su conciencia para que asuman el dominio de las tierras con una concepción distinta a la vieja mentalidad feudal o capitalista.
Igual puede decirse de otros escenarios. Cuando se expropia una fábrica y se convierte en propiedad social es suficiente un decreto ejecutivo. Lo nuevo y difícil es que los trabajadores tengan conciencia de las obligaciones y deberes de la propiedad social.
Para impulsar el proceso de la Revolución Bolivariana hacia el socialismo, el eslabón decisivo es elevar la conciencia socialista, ganar la batalla por el socialismo en el campo de las ideas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario