Corría el año 1965, y Venezuela padecía el rigor del régimen de Raúl Leoni...El profesor Carmelo Mendoza osó cometer el pecado de rebelarse y denunciar aquel estado de atropellos y violaciones que para entonces fueron algo común en nuestra maltratada historia...Y tan justo proceder, le costó a la vida y un largo calvario de pesar y sufrimiento para familiares, amigos y revolucionarios por igual...
Honor y gloria a todos...Honor y gloria a todas.,..
Muchacho noble, poeta, de una gran sensibilidad humana rodeado de romanticismos se fue a la montaña y murió como mueren los grandes hombres.
Valiente y decidido. Cómplices de armas y anhelos fue Carmelo Mendoza.
Tristemente fusilado en Barquisimeto. Mendoza fue uno de los únicos que usó con orgullo las armas fabricadas en Venezuela. Un hombre que creyó en lo que hacíamos y por eso el enemigo lo fusiló. No lo metieron en la cárcel, nada de: ‘Pórtate bien'. ¡No! ¡Lo fusilaron!
En las montañas, Carmelo fue uno de lo pocos presos asesinados, porque realmente era un peligro. Su lucha era muy consciente y definida”.
Sus restos fueron escondidos en la Quebrada Los Curdabares en el Caserío El Cujizal de Barbacoas, Municipio Moran Edo. Lara
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