LOS HALCONES VIENEN DEL NORTE.
Un presidente que una madrugada es arrojado en pijamas en el aeropuerto de un país vecino, nos indica que los halcones levantaron vuelo. Y vienen del Norte.
En Honduras despliegan y justifican la estrategia para la América: ya las elecciones no son suficiente muro para contener los cambios revolucionarios y los pueblos consiguen grietas por donde colar su rebeldía.
El ejemplo de Chávez, la Revolución Pacífica, irrumpe en el letargo, levanta al continente y lo hace andar.
El imperio detectó que debe ir contra los líderes de las Revoluciones Pacíficas, así decapitarán los procesos. Lo harán de cualquier forma, impidiendo las reelecciones, con el magnicidio, o por cualquier otro medio.
En el continente se libra una feroz lucha de clases y el centro está en nuestro país, aquí se decide la suerte del continente y de la humanidad.
La oligarquía nacional ya muestra su juego: se pliega a la estrategia imperial y justifica una arremetida golpista contra la Revolución Bolivariana.
Leamos lo que dice el editorial del periódico “El Nacional”, instrumento descarado del golpe que se fragua:
En suma resulta fácil para los venezolanos entender, más no justificar, la desesperación de los hondureños para actuar y quitarse de encima un futuro socialista del siglo XXI que, como ocurre aquí, nada tiene que ver con más democracia, mas participación social o menos corrupción, sino más restricciones, más decretos dictatoriales y más personalismo.
Otro columnista de menor peso dice:
Avergüenza que haya sido una pequeña nación centroamericana la que haya tenido la lucidez y el coraje de ponerle el cascabel al gato: frenar en seco al neo imperialismo bolivariano (…)
Marianela Salazar, vocera oligarca escribe:
Hugo Chávez pudo meterse con sus hombres armados en los asuntos de Honduras para imponer los cambios revolucionarios que pretende instaurar en todo el continente, gracias a la endeblez e indigencia mental de un presidente como Manuel Zelaya.
Queda claro: lo de Honduras es con la intención de truncar el ejemplo de Chávez, frustrar la ola libertaria que arropa al continente. Aquello no es un golpe aislado, es el vuelo tenebroso de los halcones que vienen del norte.
¿Qué hacer?
El imperio, que como decía el Che tiene buen olfato para detectar a sus enemigos, nos da la clave: en estos procesos de Revolución Pacífica los líderes son indispensables, por eso son objetivo del imperio.
Entonces, el primer componente de la resistencia a la ofensiva del norte es la unidad alrededor del líder, debilitar al líder es ponerse al lado de la estrategia del imperio.
El segundo componente es la organización de combate del pueblo y del Partido. Se deben activar ¡ya! los organismos y las directrices para el combate que se avecina.
El tercero es la Movilización del pueblo. Que el enemigo sienta que si se atreve la rebelión se extenderá como pólvora por el continente.
¡Chávez!
Un presidente que una madrugada es arrojado en pijamas en el aeropuerto de un país vecino, nos indica que los halcones levantaron vuelo. Y vienen del Norte.
En Honduras despliegan y justifican la estrategia para la América: ya las elecciones no son suficiente muro para contener los cambios revolucionarios y los pueblos consiguen grietas por donde colar su rebeldía.
El ejemplo de Chávez, la Revolución Pacífica, irrumpe en el letargo, levanta al continente y lo hace andar.
El imperio detectó que debe ir contra los líderes de las Revoluciones Pacíficas, así decapitarán los procesos. Lo harán de cualquier forma, impidiendo las reelecciones, con el magnicidio, o por cualquier otro medio.
En el continente se libra una feroz lucha de clases y el centro está en nuestro país, aquí se decide la suerte del continente y de la humanidad.
La oligarquía nacional ya muestra su juego: se pliega a la estrategia imperial y justifica una arremetida golpista contra la Revolución Bolivariana.
Leamos lo que dice el editorial del periódico “El Nacional”, instrumento descarado del golpe que se fragua:
En suma resulta fácil para los venezolanos entender, más no justificar, la desesperación de los hondureños para actuar y quitarse de encima un futuro socialista del siglo XXI que, como ocurre aquí, nada tiene que ver con más democracia, mas participación social o menos corrupción, sino más restricciones, más decretos dictatoriales y más personalismo.
Otro columnista de menor peso dice:
Avergüenza que haya sido una pequeña nación centroamericana la que haya tenido la lucidez y el coraje de ponerle el cascabel al gato: frenar en seco al neo imperialismo bolivariano (…)
Marianela Salazar, vocera oligarca escribe:
Hugo Chávez pudo meterse con sus hombres armados en los asuntos de Honduras para imponer los cambios revolucionarios que pretende instaurar en todo el continente, gracias a la endeblez e indigencia mental de un presidente como Manuel Zelaya.
Queda claro: lo de Honduras es con la intención de truncar el ejemplo de Chávez, frustrar la ola libertaria que arropa al continente. Aquello no es un golpe aislado, es el vuelo tenebroso de los halcones que vienen del norte.
¿Qué hacer?
El imperio, que como decía el Che tiene buen olfato para detectar a sus enemigos, nos da la clave: en estos procesos de Revolución Pacífica los líderes son indispensables, por eso son objetivo del imperio.
Entonces, el primer componente de la resistencia a la ofensiva del norte es la unidad alrededor del líder, debilitar al líder es ponerse al lado de la estrategia del imperio.
El segundo componente es la organización de combate del pueblo y del Partido. Se deben activar ¡ya! los organismos y las directrices para el combate que se avecina.
El tercero es la Movilización del pueblo. Que el enemigo sienta que si se atreve la rebelión se extenderá como pólvora por el continente.
¡Chávez!
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