Por: Ildefonso Finol
El socialismo es el sistema que coloca lo humano por encima del capital; es, según el Amauta peruano José Carlos Mariategui, “la realización de un inmenso ideal humano”.
El cacareado humanismo de los teóricos reformistas y burgueses no trasciende al sistema de la ganancia donde predomina la acumulación de capital por la apropiación del trabajo de los otros, que es lo normal en el capitalismo.
El humanismo socialista plantea una ruptura epistemológica con toda expresión de las sociedades basadas en la explotación y promueve la instauración de un sistema libre de toda forma de alienación y desigualdad social.
Como dice el propio Marx en el primer libro de El Capital, la diferencia fundamental entre capitalismo y socialismo es que en aquél caso se trataba de la expropiación de la masa del pueblo por unos pocos usurpadores; aquí se trata de la expropiación de unos pocos por la masa del pueblo.
En un magnífico libro de Armando Hart, titulado Marx, Engels y la condición humana, el autor señala: “Lo ético debemos colocarlo en el centro del debate entre explotados y explotadores…La primera y gran injusticia dentro del sistema capitalista está en arrebatarles a los trabajadores el nuevo valor creado por su trabajo”.
El filósofo español Adolfo Sánchez Vázquez, nos legó este resumen sobre la visión marxista del ser humano: “El hombre real, para Marx es, en unidad indisoluble, un ser espiritual y sensible, natural y propiamente humano, teórico y práctico, objetivo y subjetivo. El hombre es, ante todo, praxis”.
La famosa Introducción a la Crítica de la Economía Política de Marx, nos propone en poética prosa que, “en la producción social de su existencia, los hombres entran en relaciones determinadas, necesarias, independientes de su voluntad; estas relaciones de producción corresponden a un determinado desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción constituye la estructura económica de la sociedad, la base real, sobre la cual se eleva una superestructura jurídica y política y a la que corresponden formas sociales determinadas de conciencia”.
Volviendo a Sánchez Vázquez, éste refuerza la idea del hombre como ser histórico. “Las relaciones diversas que contrae en una época dada constituyen una unidad o formación económico-social que cambia históricamente bajo el impulso de sus contradicciones internas y, particularmente, cuando llega a su madurez la contradicción entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción. Al cambiar la base económica, cambia también la superestructura ideológica, y con ella, la moral”.
Por último, oigamos la palabra esclarecedora que canta desde su asmático pecho de bandoneón El Che: “No hay otra definición del socialismo que la abolición de la explotación del hombre por el hombre. Mientras esto no se produzca, se está en el período de construcción de la sociedad socialista y, si en vez de producirse este fenómeno, la tarea de la supresión de la explotación se estanca o, aún, retrocede en ella, no es válido hablar siquiera de la construcción del socialismo”.
Ildefonso Finol
"... los Estados Unidos que parecen destinados por la providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad..."Simón Bolívar, El Libertador.
El cacareado humanismo de los teóricos reformistas y burgueses no trasciende al sistema de la ganancia donde predomina la acumulación de capital por la apropiación del trabajo de los otros, que es lo normal en el capitalismo.
El humanismo socialista plantea una ruptura epistemológica con toda expresión de las sociedades basadas en la explotación y promueve la instauración de un sistema libre de toda forma de alienación y desigualdad social.
Como dice el propio Marx en el primer libro de El Capital, la diferencia fundamental entre capitalismo y socialismo es que en aquél caso se trataba de la expropiación de la masa del pueblo por unos pocos usurpadores; aquí se trata de la expropiación de unos pocos por la masa del pueblo.
En un magnífico libro de Armando Hart, titulado Marx, Engels y la condición humana, el autor señala: “Lo ético debemos colocarlo en el centro del debate entre explotados y explotadores…La primera y gran injusticia dentro del sistema capitalista está en arrebatarles a los trabajadores el nuevo valor creado por su trabajo”.
El filósofo español Adolfo Sánchez Vázquez, nos legó este resumen sobre la visión marxista del ser humano: “El hombre real, para Marx es, en unidad indisoluble, un ser espiritual y sensible, natural y propiamente humano, teórico y práctico, objetivo y subjetivo. El hombre es, ante todo, praxis”.
La famosa Introducción a la Crítica de la Economía Política de Marx, nos propone en poética prosa que, “en la producción social de su existencia, los hombres entran en relaciones determinadas, necesarias, independientes de su voluntad; estas relaciones de producción corresponden a un determinado desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción constituye la estructura económica de la sociedad, la base real, sobre la cual se eleva una superestructura jurídica y política y a la que corresponden formas sociales determinadas de conciencia”.
Volviendo a Sánchez Vázquez, éste refuerza la idea del hombre como ser histórico. “Las relaciones diversas que contrae en una época dada constituyen una unidad o formación económico-social que cambia históricamente bajo el impulso de sus contradicciones internas y, particularmente, cuando llega a su madurez la contradicción entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción. Al cambiar la base económica, cambia también la superestructura ideológica, y con ella, la moral”.
Por último, oigamos la palabra esclarecedora que canta desde su asmático pecho de bandoneón El Che: “No hay otra definición del socialismo que la abolición de la explotación del hombre por el hombre. Mientras esto no se produzca, se está en el período de construcción de la sociedad socialista y, si en vez de producirse este fenómeno, la tarea de la supresión de la explotación se estanca o, aún, retrocede en ella, no es válido hablar siquiera de la construcción del socialismo”.
Ildefonso Finol
"... los Estados Unidos que parecen destinados por la providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad..."Simón Bolívar, El Libertador.
1 comentario:
Esta muy buenO este articulo me ayuda hacer unas tareas.. gracias
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