¿Donde está nuestra contra-inteligencia? (II) Braulio Martínez Zerpa(*)
El 31 del mes pasado escribí un artículo titulado Donde está nuestra contra-inteligencia, donde en términos generales se dejaba ver la gran pasividad en nuestro accionar para neutralizar las acciones de Guerra de cuarta Generación realizada por los medios de comunicación privados, manejados por la derecha fascista, tanto internos como externos; así como por los centros de inteligencia imperiales.(Publicado en Aporrea y en Abre Brecha, fecha ut supra).
De todos es conocido que aquí en nuestro suelo operan libremente estos centros de inteligencia imperiales; tales como: La Agencia Central de Inteligencia del imperio (CIA), la cual opera a través de ONG, “Organizaciones de Paz”, La Embajada de USA, La National Endowment for Democracy (NED), Súmate, Centro de Divulgación del Conocimiento Económico (CEDICE), La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), etc. Todas no son más que fachadas de la CIA.
También está operando con mucha más frecuencia y libertad La Agencia de Inteligencia del Estado de Israel (El Mossad); que opera en Venezuela a través de Agentes denominados KATZAS, que dirigen el espionaje en nuestro País al más alto nivel; estos cuentan con miles de agentes colaboradores denominados SAYANIN, que son Judíos residentes entre nosotros. Estos agentes están concentrados en Caracas, Maracay, Valencia, Mérida, Sucre, Zulia y Nueva Esparta. Trabajan en conjunción con los agentes de la CIA. Se sospecha seriamente que están infiltrados en el PSUV, UPV y PPT., e instituciones del Estado Venezolano.
Todo esto indica que estamos rodeados e infiltrados por las más connotadas agencias de inteligencia del mundo, y sin embargo, seguimos en una pasividad pasmosa, y no hablemos de que estamos también rodeados de bases militares gringas, porque esto agravaría inmensamente la situación. Vuelvo a preguntarme en este artículo, ¿por qué tenemos que estar siempre a la defensiva?, respondiendo los ardides de esa oposición fascista, que sí sabe lo que está haciendo y tiene planes bien estructurados para no permitirnos tomar la iniciativa.
La respuesta la encontramos en que no tenemos una institución de inteligencia y contra-inteligencia centralizada para todas las actividades del Estado, organizado y preparado para la Guerra de Cuarta Generación, con todos los medios técnicos y presupuestarios a su disposición, y, sobre todo con personal debidamente capacitado y entrenado (lo tenemos en abundancia). Pero, tampoco tenemos una Cancillería que actúe con la debida rapidez como para no dejarse ganar la iniciativa en el planteamiento adecuado y oportuno ante los organismos colectivos internacionales; como es el caso reciente en que la Cancillería colombiana, basándose en una mentira, acusa a Venezuela ante el Consejo de Seguridad de la ONU de amenazarlos con una guerra. Por qué nuestra Cancillería no actuó ofensivamente denunciando al vecino País de su constante interferencia a través de los paramilitares, de la invasión de drogas y lo que es peor de una futura invasión a través de las siete bases militares gringas en Colombia, por qué tenemos que esperar que el contrario proceda para así defendernos. No se trata sólo de acusar a través de medios públicos, con simples palabras, sino de hacerlo ante organismos internacionales de una manera formal, para que vaya quedando constancia internacional de la conducta delictiva del imperio, sus lacayos y sus provincias de ultramar como la provincia de Colombia; y, así poder aducirlos como antecedentes legítimos frente a futuras agresiones.
Como quiera que he introducido términos y actividades que no son del dominio general de la población, sino de un pequeño grupo de especialistas, me veo obligado a presentarles una sucinta explicación de los mismos; en principio mencioné el término Guerra de Cuarta Generación: este vocablo hace referencia a un tipo de guerra creada por los analistas del imperio, con la finalidad de neutralizar las guerras irregulares de liberación de pueblos ocupados o por ser ocupados; en ellas no hay posesión territorial, sino de los cerebros a quienes va dirigida, no hay teatros de operaciones, ni aviones ni tanques de guerra, ni misiles ni buques, tú eres el blanco y el objetivo es tu mente, a fin de conquistarla y ponerla al servicio del imperio. Por eso es importante la creación inmediata de una institución de inteligencia y contra-inteligencia para neutralizar las acciones de la guerra de cuarta generación que estamos viviendo, en este instante, en Venezuela. Y si no lo creen, enciendan la televisión fascista de la oposición y verán a supuestos venezolanos apoyando a Colombia y al Imperio Yankee en contra de Venezuela, eso es producto de la guerra de cuarta generación dirigida desde el Imperio. También se puede neutralizar este tipo de guerra a través de acciones legales. El Ministerio Público está obligado a imputar a los dueños de estos medios que propalan acciones delictivas y a sus locutores, sean periodistas o no, que incitan a cometer delitos contra la independencia y la seguridad de la Nación ( traición a la Patria, contra los Poderes Nacionales, contra el Derecho Internacional); de delitos contra el orden público, sobre todo de la instigación a delinquir; de los delitos contra la fe pública (ya hemos visto hasta la falsificación de una Gaceta Oficial). Todos estos delitos se encuentran tipificados en nuestro Código Penal.
Otros temas tocados en este artículo son: el de inteligencia y el de contra-inteligencia. Los servicios de inteligencia se ocupan de compilar toda la información necesaria a la seguridad del Estado, a través de sus agentes directos y de los servicios diplomáticos y consulares de la Nación; a través de agencias que, en territorio adversario, y con fachada de organismos religiosos, de educación, instituciones bancarias, de asesoramiento, estudiantes, etc.; reúnen toda la información necesaria; y, luego a través de la comprobación de estas informaciones convertirlas en inteligencia, que es la que en definitiva va a servir a la planificación para la defensa del País.
La contra-inteligencia, vendrían a ser todas aquellas acciones o medidas necesarias para impedir que el adversario pueda obtener información nuestra; o sea, acciones o medidas tendientes a neutralizar su inteligencia. Se fundamenta en el engaño y en la confusión, proporcionándoles falsa in formación y negándoselas a través de estrictas medidas de seguridad. Tiene que ver con las medidas dirigidas a contrarrestar el sabotaje, la propaganda, el espionaje, la infiltración y sus actividades de quinta columna (llamadas subterráneas). Esto concluye con la detención de los espías del adversario operando en nuestro suelo y su juzgamiento oportuno.
Ojalá, que estas palabras no se las lleve el viento, porque constituyen realmente una crítica constructiva a nuestra supervivencia; y, como venezolano patriota y socialista comprometido con esta revolución, me veo obligado a hacerlo del conocimiento de nuestro glorioso pueblo y sus Autoridades relacionadas con el tema.
(*)Coronel en retiro de la Aviación Militar y abogado en ejercicio
El 31 del mes pasado escribí un artículo titulado Donde está nuestra contra-inteligencia, donde en términos generales se dejaba ver la gran pasividad en nuestro accionar para neutralizar las acciones de Guerra de cuarta Generación realizada por los medios de comunicación privados, manejados por la derecha fascista, tanto internos como externos; así como por los centros de inteligencia imperiales.(Publicado en Aporrea y en Abre Brecha, fecha ut supra).
De todos es conocido que aquí en nuestro suelo operan libremente estos centros de inteligencia imperiales; tales como: La Agencia Central de Inteligencia del imperio (CIA), la cual opera a través de ONG, “Organizaciones de Paz”, La Embajada de USA, La National Endowment for Democracy (NED), Súmate, Centro de Divulgación del Conocimiento Económico (CEDICE), La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), etc. Todas no son más que fachadas de la CIA.
También está operando con mucha más frecuencia y libertad La Agencia de Inteligencia del Estado de Israel (El Mossad); que opera en Venezuela a través de Agentes denominados KATZAS, que dirigen el espionaje en nuestro País al más alto nivel; estos cuentan con miles de agentes colaboradores denominados SAYANIN, que son Judíos residentes entre nosotros. Estos agentes están concentrados en Caracas, Maracay, Valencia, Mérida, Sucre, Zulia y Nueva Esparta. Trabajan en conjunción con los agentes de la CIA. Se sospecha seriamente que están infiltrados en el PSUV, UPV y PPT., e instituciones del Estado Venezolano.
Todo esto indica que estamos rodeados e infiltrados por las más connotadas agencias de inteligencia del mundo, y sin embargo, seguimos en una pasividad pasmosa, y no hablemos de que estamos también rodeados de bases militares gringas, porque esto agravaría inmensamente la situación. Vuelvo a preguntarme en este artículo, ¿por qué tenemos que estar siempre a la defensiva?, respondiendo los ardides de esa oposición fascista, que sí sabe lo que está haciendo y tiene planes bien estructurados para no permitirnos tomar la iniciativa.
La respuesta la encontramos en que no tenemos una institución de inteligencia y contra-inteligencia centralizada para todas las actividades del Estado, organizado y preparado para la Guerra de Cuarta Generación, con todos los medios técnicos y presupuestarios a su disposición, y, sobre todo con personal debidamente capacitado y entrenado (lo tenemos en abundancia). Pero, tampoco tenemos una Cancillería que actúe con la debida rapidez como para no dejarse ganar la iniciativa en el planteamiento adecuado y oportuno ante los organismos colectivos internacionales; como es el caso reciente en que la Cancillería colombiana, basándose en una mentira, acusa a Venezuela ante el Consejo de Seguridad de la ONU de amenazarlos con una guerra. Por qué nuestra Cancillería no actuó ofensivamente denunciando al vecino País de su constante interferencia a través de los paramilitares, de la invasión de drogas y lo que es peor de una futura invasión a través de las siete bases militares gringas en Colombia, por qué tenemos que esperar que el contrario proceda para así defendernos. No se trata sólo de acusar a través de medios públicos, con simples palabras, sino de hacerlo ante organismos internacionales de una manera formal, para que vaya quedando constancia internacional de la conducta delictiva del imperio, sus lacayos y sus provincias de ultramar como la provincia de Colombia; y, así poder aducirlos como antecedentes legítimos frente a futuras agresiones.
Como quiera que he introducido términos y actividades que no son del dominio general de la población, sino de un pequeño grupo de especialistas, me veo obligado a presentarles una sucinta explicación de los mismos; en principio mencioné el término Guerra de Cuarta Generación: este vocablo hace referencia a un tipo de guerra creada por los analistas del imperio, con la finalidad de neutralizar las guerras irregulares de liberación de pueblos ocupados o por ser ocupados; en ellas no hay posesión territorial, sino de los cerebros a quienes va dirigida, no hay teatros de operaciones, ni aviones ni tanques de guerra, ni misiles ni buques, tú eres el blanco y el objetivo es tu mente, a fin de conquistarla y ponerla al servicio del imperio. Por eso es importante la creación inmediata de una institución de inteligencia y contra-inteligencia para neutralizar las acciones de la guerra de cuarta generación que estamos viviendo, en este instante, en Venezuela. Y si no lo creen, enciendan la televisión fascista de la oposición y verán a supuestos venezolanos apoyando a Colombia y al Imperio Yankee en contra de Venezuela, eso es producto de la guerra de cuarta generación dirigida desde el Imperio. También se puede neutralizar este tipo de guerra a través de acciones legales. El Ministerio Público está obligado a imputar a los dueños de estos medios que propalan acciones delictivas y a sus locutores, sean periodistas o no, que incitan a cometer delitos contra la independencia y la seguridad de la Nación ( traición a la Patria, contra los Poderes Nacionales, contra el Derecho Internacional); de delitos contra el orden público, sobre todo de la instigación a delinquir; de los delitos contra la fe pública (ya hemos visto hasta la falsificación de una Gaceta Oficial). Todos estos delitos se encuentran tipificados en nuestro Código Penal.
Otros temas tocados en este artículo son: el de inteligencia y el de contra-inteligencia. Los servicios de inteligencia se ocupan de compilar toda la información necesaria a la seguridad del Estado, a través de sus agentes directos y de los servicios diplomáticos y consulares de la Nación; a través de agencias que, en territorio adversario, y con fachada de organismos religiosos, de educación, instituciones bancarias, de asesoramiento, estudiantes, etc.; reúnen toda la información necesaria; y, luego a través de la comprobación de estas informaciones convertirlas en inteligencia, que es la que en definitiva va a servir a la planificación para la defensa del País.
La contra-inteligencia, vendrían a ser todas aquellas acciones o medidas necesarias para impedir que el adversario pueda obtener información nuestra; o sea, acciones o medidas tendientes a neutralizar su inteligencia. Se fundamenta en el engaño y en la confusión, proporcionándoles falsa in formación y negándoselas a través de estrictas medidas de seguridad. Tiene que ver con las medidas dirigidas a contrarrestar el sabotaje, la propaganda, el espionaje, la infiltración y sus actividades de quinta columna (llamadas subterráneas). Esto concluye con la detención de los espías del adversario operando en nuestro suelo y su juzgamiento oportuno.
Ojalá, que estas palabras no se las lleve el viento, porque constituyen realmente una crítica constructiva a nuestra supervivencia; y, como venezolano patriota y socialista comprometido con esta revolución, me veo obligado a hacerlo del conocimiento de nuestro glorioso pueblo y sus Autoridades relacionadas con el tema.
(*)Coronel en retiro de la Aviación Militar y abogado en ejercicio
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