En un juicio amañado, fiscales de AD y COPEI piden dos mil años de presidio para guerrilleros prisioneros
16 de noviembre de 1962, fiscales de Acción Democrática (AD) y el Comité de organización Partidista Electoral Independiente (COPEI) solicitaron al Tribunal de Guerra Permanente, condenas por un total de dos mil años de presidio para los jóvenes guerrilleros que se encontraban prisioneros en los calabozos del cuartel San Carlos (Caracas).
El juicio, amañado por abogados al servicio de los partidos gobernantes, se llevó a cabo en el gimnasio cubierto de la Escuela Militar de El Valle, en Caracas. En respuesta a los fiscales asumieron sus propias defensas Fabricio Ojeda, Luis Felipe Ojeda, Lubén Petkoff, Gregorio Lunar Márquez, Rafael Figueroa, Eduardo Ortiz Bucarán, José Manuel “Chema” Saher, Ángel Suzarini y Clodosbaldo Russián, quienes denunciaron los vicios del proceso, la violación de los derechos constitucionales de los procesados, el carácter político de los fiscales y el tribunal militar, y asumieron sus responsabilidades en la lucha contra un gobierno que servía a los intereses extranjeros y daba la espalda a los intereses populares.
16 de noviembre de 1962, fiscales de Acción Democrática (AD) y el Comité de organización Partidista Electoral Independiente (COPEI) solicitaron al Tribunal de Guerra Permanente, condenas por un total de dos mil años de presidio para los jóvenes guerrilleros que se encontraban prisioneros en los calabozos del cuartel San Carlos (Caracas).
El juicio, amañado por abogados al servicio de los partidos gobernantes, se llevó a cabo en el gimnasio cubierto de la Escuela Militar de El Valle, en Caracas. En respuesta a los fiscales asumieron sus propias defensas Fabricio Ojeda, Luis Felipe Ojeda, Lubén Petkoff, Gregorio Lunar Márquez, Rafael Figueroa, Eduardo Ortiz Bucarán, José Manuel “Chema” Saher, Ángel Suzarini y Clodosbaldo Russián, quienes denunciaron los vicios del proceso, la violación de los derechos constitucionales de los procesados, el carácter político de los fiscales y el tribunal militar, y asumieron sus responsabilidades en la lucha contra un gobierno que servía a los intereses extranjeros y daba la espalda a los intereses populares.
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