sábado, 1 de noviembre de 2008

LIVIA INCENDIA LA PRADERA

LIVIA MARGARITA GOUVERNEUR, HEROÍNA DEL PUEBLO DE VENEZUELA, MUERTA EN COMBATE CONTRA LOS GUSANOS BATISTEROS
El moscardón de secas soledades, reyezuelo de alma grasienta y sombrío corazón coronado bajo aguaceros de muerte con sotanas y lunas.
Soberbio y los verde social verdugos atendiendo órdenes de la Embajada americana, dijeron que a Cuba había que destruirla: abrieron las puertas a la resaca de todo lo podrido y facturaron el basural del mundo.
Insurgieron contra el hombre. Buscaron poderío en el hambre y la miseria. A la tuberculosis, al suicidio,
fueron entregados 500 mil desempleados (el resto para abonarlos a corto plazo) y mandaron a crecer y multiplicarse.
Se aliaron con los curas, el odio, el silencio. Se aliaron con el ordenamiento de las bayonetas, con la noche de las alambradas y la crueldad de los burgueses. Se aliaron con lo más cercano al deshonor, con la identidad de la podredumbre.
Y así la flor del cundeamor y la cumbre de la colina.
Así el insaciable volcamiento de los bosques y la vastedad sonora y caballar de la llanura.
Así el color del que te digo desde las hondonadas y el heredado caudal de los ríos (el Orinoco es el gran prisionero del imperialismo).
Así las rutas espaciales, los mares fundados, los puntos cardinales, nuestro petróleo, nuestro hierro,
nuestras placentas enterradas: todo fue entregado con dulzura a los mil veces malditos yankis.
Porque no son más Que judas, cancerberos, ratas desplegadas.
Entonces muchacha combatiente, camarada solar, rosa del pueblo, novia y hermana de lo que esperamos:
con tus puños tus uñas tus zapatos tu libreta de apuntes tus canciones el vestido que no estrenaste tu digna bandera tu pistola y tu corazón que no aguantaba más, te despeñaste a rabia y fuego sobre toda su playa de traidores. Ahora fue duro golpe tu caída.
Hoy sonreír es una desvergüenza, Tú lo sabes mejor que nadie, y aceptamos esta vida de cuchillo y de violencia desatada.
Hoy no sabemos si Cristo es mujer o es hombre, solo que el pueblo de nuevo fue crucificado.
Pero tu agonía volcada incendia la pradera, y hay jóvenes y sombras de jóvenes
ardiendo por los montes en la inexorable luz de la guerrilla, para darnos la oportunidad de cumplir las canciones y la venganza más terrible.
Chino Valera Mora
Cabe acotar a este hermoso poema la observación de que fue escrito en 1960 cuando la historia de Cuba y de Venezuela eran de un cantar muy distinto al de hoy, por eso os recomiendo estudiar un poco de lo que fue la guerrilla venezolana en los '60, pues a ésta es que el Chino se refiere. Un abrazo

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