sábado, 15 de noviembre de 2008

Una herramienta para entender que la CIA quiere matar a Chávez

Hernando Calvo Ospina, autor del libro "Los Bush y el equipo estrella de la CIA", dijo que la CIA tuvo un equipo muy bien constituido "que dejó experiencias en lo militar, en lo psicológico, en la información, en la contrainformación, y eso se aplicó y se sigue aplicando en Venezuela"
"Los Bush y el equipo estrella de la CIA", es el producto de un largo período de investigación que le permitió a Hernando Calvo Ospina, autor del libro, descubrir que dentro de Venezuela operó un fuerte equipo de la CIA que actuó con base en las instrucciones de la familia Bush y del partido republicano.
Explica Calvo Ospina que Orlando Bosch, Posada Carriles y otros se instalaron en Venezuela "como parte de ese equipo especial de la CIA (...) gente que vino aquí como Posada Carriles lo dice, lo dijo él mismo y eso está recogido en el libro, que la CIA lo mandó para acá para ayudar a la democracia, y la democracia fue torturar y asesinar a mucha gente, no solamente a guerrilleros, sino gente que no tenía nada que ver con la guerrilla".
Se trató de una época donde "se decía que Venezuela era el país donde no se mataba ni a una mosca, pero desde aquí se dirigieron, en un momento dado, muchas operaciones hacia otros países con gente que participaba en la CIA", afirmó Calvo Ospina, al tiempo que explicó que los venezolanos en particular deben leer este libro para no olvidar, pues considera que en nuestra nación se han presentado operaciones, acciones y planes similares.
"La contrainformación que se está haciendo aquí contra la Revolución Bolivariana viene de lo que este equipo hizo en Nicaragua a nivel informativo de contrainformación (...) el golpe de Estado al presidente Chávez en el 2002 fue una copia muy mejorada de lo que pasó en Chile y muchas de las personas que estuvieron en Chile, también estuvieron detrás de ese golpe de Estado contra el presidente Chávez".
En una entrevista concedida al equipo de prensa del MinCI, Calvo Ospina afirmó que esto no se debe olvidar porque en cualquier momento se puede repetir.
Respecto a este especial grupo "estrella" como lo llama el autor, en el texto se explica que, apartando el lado perverso de tantos asesinatos y torturas, "fue un equipo muy bien constituido que dejó experiencias en lo militar, en lo psicológico, en la información, en la contrainformación, y eso se ha aplicado aquí en Venezuela, se sigue aplicando y creo que se va a seguir aplicando".
Los venezolanos deben abrir los ojos:
Calvo Ospina considera que "es bueno conocer cómo por aquí pasaron muchas personas que están en la total impunidad, no solamente porque el gobierno venezolano lo permitió en su época, sino porque el gobierno norteamericano los ha tapado y los sigue tapando" y cita aquí el caso de Posada Carriles, quien está solicitado por la justicia venezolana, pero está protegido por el gobierno norteamericano.
El autor reafirma la tan debatida tesis de que al presidente Chávez quieren asesinarlo y al respecto asegura que si logran ese objetivo se desataría una guerra civil en Venezuela y además "se va a desestabilizar la región y mi temor es que los norteamericanos son ciegos, ellos primero golpean y después dicen ‘qué fue lo que hicimos' como les pasó en Irak".
Finalmente, el autor recomienda la lectura de este texto: "creo que a un venezolano le puede explicar el papel que ha jugado la CIA en este país".
Calvo Ospina recomienda al lector no olvidar que ese equipo funcionó porque aunque ya "muchos han muerto, hay algunos que todavía están vivos, Jhon Negroponte, por ejemplo, que es el Segundo en el Departamento de Estado norteamericano, hizo parte de este equipo (...) él fue el dirigente político de la Operación Félix en Vietnam, que fue una operación genocida".
Por todo esto, ya como un aspecto personal, Calvo Ospina, felicita a Chávez por su postura frente a esta organización norteamericana, pues a su juicio, se trata de "una cuestión de dignidad, que la CIA y el gobierno norteamericano entiendan que tienen que respetar los países y sus soberanías, que no tienen que meterse en los asuntos internos".

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