Cumbre de las Américas:
Cuba y Venezuela en el Nuevo Orden Mundial G-2
Heinz Dieterich
1. Águila cayendo, Dragón volando
Cuba y Venezuela han entrado en el Nuevo Orden Mundial del G-2 a través de dos dinámicas ascendentes: la expansión de la zona gravitacional económica, política, cultural y militar de China y la recuperación de la zona gravitacional de Estados Unidos por Barack Obama. La futura formación de cuadros políticos del Partido de gobierno de Hugo Chávez (PSUV) aleccionada por la experiencia de la Escuela del Comité Central del Partido Comunista de China (Zhong Yang Dang Xiao), fundada por Mao en 1949, y la gradual disolución del bloqueo estadounidense contra Cuba, visible en las medidas tomadas ante la Cumbre de las Américas, son epicentros de esta tendencia telúrica.
2. Estructura y dinámica del Nuevo Orden Mundial G-2
La estructura del sistema mundial y su probable evolución (dinámica) para las dos décadas entrantes pueden ser descritas con relativa facilidad. Los dos centros de poder (centra gravitatis) que ordenan las órbitas de los trabantes (masas), son Washington y Beijing. Si alguien tenía ilusiones sobre este hecho, la evolución de la crisis capitalista mundial ha despejado cualquier duda al respecto. El momento de la verdad que lo demostró fue la cumbre del G-20. En esta Cumbre no había más que dos voces concluyentes: Washington y Beijing. La explicación de tal hecho radica en dos categorías de poder: el poder absoluto de los participantes y la calidad conductora de sus clases dominantes. En ambos aspectos, no hay país en el mundo que iguale a China y Estados Unidos.
El Grupo G-20 cuenta con diversas potencias, pero ninguna califica ante los dos criterios mencionados. La Unión Europea tiene poder, pero su clase dominante está balcanizada; carece de capacidad para ser clase dirigente a nivel mundial. India es un líder potencial que no ha alcanzado aún la masa crítica de poder necesaria. Rusia cuenta con un líder geopolítico extraordinario, V. Putin, pero la potencia demográfica y económica del país es insuficiente. Japón tiene poder absoluto, pero su clase dominante sigue castrada por la derrota de la Segunda Guerra Mundial. No tiene doctrina geopolítica propia.
En unos quince a veinte años, el G-2 se va a convertir en el G-4, porque el imperialismo europeo amalgamará su fraccionada clase dominante y la India habrá desarrollado una poderosa economía. Rusia y Japón tendrán que alinearse con algún bloque. El lugar de América Latina dependerá de su capacidad de evolucionar su poder objetivo latente y una clase política dirigente, tarea, que en dos siglos no ha podido alcanzar.
3. El éxito del Partido Comunista de China (PCCh) atrae a Cuba y Venezuela
La afirmación de Hugo Chávez de que “estamos en proceso de fundar nuestra Escuela de Dirigentes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), de apenas un año de vida, y su núcleo fundacional debe pasar por ésta de China (Zhong Yang Dang Xiao, H.D.), porque comenzamos a dar forma a un gran partido con una ideología clara: el socialismo", representa la tercera asimilación importante de una institucionalidad política china en América Latina. Primero fue la construcción de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) conforme al modelo de la Kuomintang de Chiang Kai Chek; después, la construcción de partidos y guerrillas “maoistas”, y ahora, la intención política formativa del Presidente venezolano.
4. China llena el vacío paradigmático de la URSS
Las razones de la actual mimesis y atracción hacia el centrum gravitatis sino-asiático, radican en el éxito del programa de desarrollo del PCCh (Partido Comunista de China), “reforma y apertura”, sobre el modelo original de Mao. China llena crecientemente el vacío paradigmático de desarrollo para los países del Tercer Mundo, que dejó la implosión de la Unión Soviética. El factor clave en ese paradigma de transformación es la calidad de los cuadros de la clase dirigente.
El problema de los cuadros revolucionarios ha sido el cuello de botella principal de los nuevos gobiernos desarrollistas latinoamericanistas que no han sabido aprovechar el enorme caudal de cuadros revolucionarios capaces que hay en América Latina. En general, esos cuadros han sido marginados del poder por las nuevas clases políticas compuestas por liberales, socialdemócratas y ortodoxos, que rodean a los presidentes. En este sentido no carece de lógica que Hugo Chávez quiere orientar la formación política del PSUV en el ejemplo de desarrollo más exitoso del Socialismo Histórico, China. Es una medida audaz para formar “el hombre nuevo” latinoamericano y habrá que ver si el experimento puede tener éxito en contextos culturales tan disímiles.
5. La Doctrina Obama
La fracción de la elite estadounidense que puso a Obama en el poder, entendió muy bien que la política de la camarilla neofascista-petrolera-sionista de Bush/Cheney llevaba inexorablemente a la destrucción del poder imperial, construido triunfantemente sobre el War-Peace Studies Program, de 1939.
Vencida la amenaza alemana-japonesa a la hegemonía mundial estadounidense, por la geopolítica del War-Peace Studies Program; y la soviética, por la geopolítica de los Policy Planning Staff Papers, de 1947, Obama se encuentra ante una doble misión histórica: limitar a China mediante su propia geoestrategia de Containment y rescatar lo que se pueda del American Century. Su actuación en la Cumbre del G-20 y la que veremos en la de las Américas son elementos configurativos de la nueva Doctrina Obama, que responde a su doble misión histórica
Esta Doctrina implica liquidar conflictos históricos que hoy día no tienen sentido, como la guerra de medio siglo contra Cuba. La misma elite militar yanqui ha constatado públicamente que Cuba ya no es ninguna amenaza militar para el expansionismo estadounidense; y el agotamiento del modelo socialista del Siglo XX ha conjurado la amenaza ideológica que irradiaba desde la Revolución. Los recursos de esta guerra se necesitan ahora en los teatros de operaciones principales, que son Pakistán, Afganistán, Corea e Irán.
6. Tres peligros para Cuba y Venezuela
Hay tres factores de consideración que generan una zona de incertidumbre para Cuba. 1) El cambio generacional. El tiempo biológico para el transfer del poder del Partido/Estado a la nueva generación se acorta y no se vislumbra una solución a este problema. 2) El proyecto socio-económico que solo podrá ser el Socialismo del Siglo XXI o el Capitalismo del Siglo XXI. 3) El asesinato de Obama por una de las múltiples fracciones de poder en Estados Unidos, cuyos intereses se ven afectados por la naciente Doctrina Obama. Esas razones tienen también vigencia para Venezuela.
7. La Historia hace justicia
Ha sido contagiosa la alegría y satisfacción mostrada por la generación histórica de la Revolución Cubana ante la creciente ruptura del viejo orden mundial y hemisférico, contra los cuales ha luchado toda su vida. Seguramente, la mayoría de los patriotas de la Patria Grande comparte con ella la felicidad por tan hermosa evolución de su heroica lucha. La Historia está haciendo justicia.
Heinz Dieterich
1. Águila cayendo, Dragón volando
Cuba y Venezuela han entrado en el Nuevo Orden Mundial del G-2 a través de dos dinámicas ascendentes: la expansión de la zona gravitacional económica, política, cultural y militar de China y la recuperación de la zona gravitacional de Estados Unidos por Barack Obama. La futura formación de cuadros políticos del Partido de gobierno de Hugo Chávez (PSUV) aleccionada por la experiencia de la Escuela del Comité Central del Partido Comunista de China (Zhong Yang Dang Xiao), fundada por Mao en 1949, y la gradual disolución del bloqueo estadounidense contra Cuba, visible en las medidas tomadas ante la Cumbre de las Américas, son epicentros de esta tendencia telúrica.
2. Estructura y dinámica del Nuevo Orden Mundial G-2
La estructura del sistema mundial y su probable evolución (dinámica) para las dos décadas entrantes pueden ser descritas con relativa facilidad. Los dos centros de poder (centra gravitatis) que ordenan las órbitas de los trabantes (masas), son Washington y Beijing. Si alguien tenía ilusiones sobre este hecho, la evolución de la crisis capitalista mundial ha despejado cualquier duda al respecto. El momento de la verdad que lo demostró fue la cumbre del G-20. En esta Cumbre no había más que dos voces concluyentes: Washington y Beijing. La explicación de tal hecho radica en dos categorías de poder: el poder absoluto de los participantes y la calidad conductora de sus clases dominantes. En ambos aspectos, no hay país en el mundo que iguale a China y Estados Unidos.
El Grupo G-20 cuenta con diversas potencias, pero ninguna califica ante los dos criterios mencionados. La Unión Europea tiene poder, pero su clase dominante está balcanizada; carece de capacidad para ser clase dirigente a nivel mundial. India es un líder potencial que no ha alcanzado aún la masa crítica de poder necesaria. Rusia cuenta con un líder geopolítico extraordinario, V. Putin, pero la potencia demográfica y económica del país es insuficiente. Japón tiene poder absoluto, pero su clase dominante sigue castrada por la derrota de la Segunda Guerra Mundial. No tiene doctrina geopolítica propia.
En unos quince a veinte años, el G-2 se va a convertir en el G-4, porque el imperialismo europeo amalgamará su fraccionada clase dominante y la India habrá desarrollado una poderosa economía. Rusia y Japón tendrán que alinearse con algún bloque. El lugar de América Latina dependerá de su capacidad de evolucionar su poder objetivo latente y una clase política dirigente, tarea, que en dos siglos no ha podido alcanzar.
3. El éxito del Partido Comunista de China (PCCh) atrae a Cuba y Venezuela
La afirmación de Hugo Chávez de que “estamos en proceso de fundar nuestra Escuela de Dirigentes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), de apenas un año de vida, y su núcleo fundacional debe pasar por ésta de China (Zhong Yang Dang Xiao, H.D.), porque comenzamos a dar forma a un gran partido con una ideología clara: el socialismo", representa la tercera asimilación importante de una institucionalidad política china en América Latina. Primero fue la construcción de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) conforme al modelo de la Kuomintang de Chiang Kai Chek; después, la construcción de partidos y guerrillas “maoistas”, y ahora, la intención política formativa del Presidente venezolano.
4. China llena el vacío paradigmático de la URSS
Las razones de la actual mimesis y atracción hacia el centrum gravitatis sino-asiático, radican en el éxito del programa de desarrollo del PCCh (Partido Comunista de China), “reforma y apertura”, sobre el modelo original de Mao. China llena crecientemente el vacío paradigmático de desarrollo para los países del Tercer Mundo, que dejó la implosión de la Unión Soviética. El factor clave en ese paradigma de transformación es la calidad de los cuadros de la clase dirigente.
El problema de los cuadros revolucionarios ha sido el cuello de botella principal de los nuevos gobiernos desarrollistas latinoamericanistas que no han sabido aprovechar el enorme caudal de cuadros revolucionarios capaces que hay en América Latina. En general, esos cuadros han sido marginados del poder por las nuevas clases políticas compuestas por liberales, socialdemócratas y ortodoxos, que rodean a los presidentes. En este sentido no carece de lógica que Hugo Chávez quiere orientar la formación política del PSUV en el ejemplo de desarrollo más exitoso del Socialismo Histórico, China. Es una medida audaz para formar “el hombre nuevo” latinoamericano y habrá que ver si el experimento puede tener éxito en contextos culturales tan disímiles.
5. La Doctrina Obama
La fracción de la elite estadounidense que puso a Obama en el poder, entendió muy bien que la política de la camarilla neofascista-petrolera-sionista de Bush/Cheney llevaba inexorablemente a la destrucción del poder imperial, construido triunfantemente sobre el War-Peace Studies Program, de 1939.
Vencida la amenaza alemana-japonesa a la hegemonía mundial estadounidense, por la geopolítica del War-Peace Studies Program; y la soviética, por la geopolítica de los Policy Planning Staff Papers, de 1947, Obama se encuentra ante una doble misión histórica: limitar a China mediante su propia geoestrategia de Containment y rescatar lo que se pueda del American Century. Su actuación en la Cumbre del G-20 y la que veremos en la de las Américas son elementos configurativos de la nueva Doctrina Obama, que responde a su doble misión histórica
Esta Doctrina implica liquidar conflictos históricos que hoy día no tienen sentido, como la guerra de medio siglo contra Cuba. La misma elite militar yanqui ha constatado públicamente que Cuba ya no es ninguna amenaza militar para el expansionismo estadounidense; y el agotamiento del modelo socialista del Siglo XX ha conjurado la amenaza ideológica que irradiaba desde la Revolución. Los recursos de esta guerra se necesitan ahora en los teatros de operaciones principales, que son Pakistán, Afganistán, Corea e Irán.
6. Tres peligros para Cuba y Venezuela
Hay tres factores de consideración que generan una zona de incertidumbre para Cuba. 1) El cambio generacional. El tiempo biológico para el transfer del poder del Partido/Estado a la nueva generación se acorta y no se vislumbra una solución a este problema. 2) El proyecto socio-económico que solo podrá ser el Socialismo del Siglo XXI o el Capitalismo del Siglo XXI. 3) El asesinato de Obama por una de las múltiples fracciones de poder en Estados Unidos, cuyos intereses se ven afectados por la naciente Doctrina Obama. Esas razones tienen también vigencia para Venezuela.
7. La Historia hace justicia
Ha sido contagiosa la alegría y satisfacción mostrada por la generación histórica de la Revolución Cubana ante la creciente ruptura del viejo orden mundial y hemisférico, contra los cuales ha luchado toda su vida. Seguramente, la mayoría de los patriotas de la Patria Grande comparte con ella la felicidad por tan hermosa evolución de su heroica lucha. La Historia está haciendo justicia.
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