Un día como hoy, el 27 de abril de 1937, murió en prisión Antonio Gramsci, considerado el más importante teórico marxista y uno de los grandes pensadores del siglo XX.
Gramsci estudió en la Universidad de Turín y desde joven se incorporó a las luchas de la clase obrera. En 1914 se afilió al Partido Socialista Italiano. En 1919 sus escritos comenzaron a ser conocidos en todo el país por la lectura de la revista “L´Ordine Nuevo”, fundada por él y un grupo de sus camaradas. En esos años ocurrió la división del Partido Socialista y el reagrupamiento de su ala izquierda en el Partido Comunista.
Bajo la dictadura del fascismo, los trabajadores italianos fueron víctimas de una brutal represión. Gramsci fue detenido y condenado a 20 años de prisión acusado de “subversión”.
En la prisión, Gramsci escribió un conjunto de obras de excepcional importancia para enriquecer el marxismo, especialmente sobre la influencia e interrelación de la cultura con el proceso productivo y su papel en la lucha social.
Entre sus principales escritos se destacan “Cuadernos de la cárcel” y “Cartas desde la cárcel”, entre otros.
El 8 de noviembre, en violación de la inmunidad parlamentaria, Gramsci es arrestado en su casa y encerrado en la cárcel de Regina Coeli. Después de un periodo confinamiento en Ustica, el 7 de febrero de 1927 es encerrado en la cárcel milanesa San Vitore.
El ministerio público Michele Isgró, en conclusión de su requisitoria, declara que «por veinte años debemos impedir a este cerebro funcionar» y de hecho Gramsci, el 4 de junio, es condenado a veinte años, cuatro meses y cinco días de reclusión; el 19 de julio alcanza la cárcel de Turin, en la provincia de Bari. El mismo médico de la cárcel de Turin llegó a decir a Gramsci que su misión como médico fascista no era mantenerlo con vida.
El 19 de noviembre Gramsci es transferido a la enfermería de la cárcel de Civitavecchia y el 7 de diciembre a la clínica del doctor Cusumano en Formia, vigilado tanto desde la recamara como desde el exterior.
El 25 de octubre de 1934 es acogida por Mussolini la petición de libertad condicional pero no es libre de moverse, en tanto que se le impide ir a curarse a otro lugar ya que el gobierno temía una fuga; solo el 24 de agosto de 1935 puede ser transferido en la clínica “Quisisana” de Roma. Está en graves condiciones: además del morbo de Pott, a la tisis y a la arteriosclerosis, sufre de hipertensión y de gota.
El 21 de abril de 1937 Gramsci adquiere la plena libertad pero está ya gravísimo en el hospital: muere al alba del 27 de abril, con apenas cuarenta y seis años, de hemorragia cerebral.
Incinerado, al día siguiente se efectúan los funerales, a los cuales participan sólo el hermano Carlos y la cuñada Tatiana: Las cenizas fueron inhumadas en el Cementerio de Verano y de aquí transferidas al cementerio acattolico de Roma.
“Todos los hombres son intelectuales (…) pero no todos tienen su función en la sociedad”
El concepto de hegemonía de Gramsci es de un indudable valor para rehacer la democracia. Democracia es también reflexionar desde las prácticas sociales, es tomar partido en la tarea de responsabilizar socialmente a la filosofía. De ahí el interés de Gramsci en acabar con la división entre los intelectuales y las masas, entre dirigentes y dirigidos. Recuperar el concepto de hegemonía de Gramsci puede ser la base de un proceso constituyente que presente alternativas fiables para la izquierda en este siglo.
Sobre todo, si entendemos la democracia como un proceso abierto a prácticas concretas y a la deliberación cívica, como una sinergia capaz de transformar las relaciones de dominación en formas de autogobierno, esto es, de poder por y para la ciudadanía
Gramsci estudió en la Universidad de Turín y desde joven se incorporó a las luchas de la clase obrera. En 1914 se afilió al Partido Socialista Italiano. En 1919 sus escritos comenzaron a ser conocidos en todo el país por la lectura de la revista “L´Ordine Nuevo”, fundada por él y un grupo de sus camaradas. En esos años ocurrió la división del Partido Socialista y el reagrupamiento de su ala izquierda en el Partido Comunista.
Bajo la dictadura del fascismo, los trabajadores italianos fueron víctimas de una brutal represión. Gramsci fue detenido y condenado a 20 años de prisión acusado de “subversión”.
En la prisión, Gramsci escribió un conjunto de obras de excepcional importancia para enriquecer el marxismo, especialmente sobre la influencia e interrelación de la cultura con el proceso productivo y su papel en la lucha social.
Entre sus principales escritos se destacan “Cuadernos de la cárcel” y “Cartas desde la cárcel”, entre otros.
El 8 de noviembre, en violación de la inmunidad parlamentaria, Gramsci es arrestado en su casa y encerrado en la cárcel de Regina Coeli. Después de un periodo confinamiento en Ustica, el 7 de febrero de 1927 es encerrado en la cárcel milanesa San Vitore.
El ministerio público Michele Isgró, en conclusión de su requisitoria, declara que «por veinte años debemos impedir a este cerebro funcionar» y de hecho Gramsci, el 4 de junio, es condenado a veinte años, cuatro meses y cinco días de reclusión; el 19 de julio alcanza la cárcel de Turin, en la provincia de Bari. El mismo médico de la cárcel de Turin llegó a decir a Gramsci que su misión como médico fascista no era mantenerlo con vida.
El 19 de noviembre Gramsci es transferido a la enfermería de la cárcel de Civitavecchia y el 7 de diciembre a la clínica del doctor Cusumano en Formia, vigilado tanto desde la recamara como desde el exterior.
El 25 de octubre de 1934 es acogida por Mussolini la petición de libertad condicional pero no es libre de moverse, en tanto que se le impide ir a curarse a otro lugar ya que el gobierno temía una fuga; solo el 24 de agosto de 1935 puede ser transferido en la clínica “Quisisana” de Roma. Está en graves condiciones: además del morbo de Pott, a la tisis y a la arteriosclerosis, sufre de hipertensión y de gota.
El 21 de abril de 1937 Gramsci adquiere la plena libertad pero está ya gravísimo en el hospital: muere al alba del 27 de abril, con apenas cuarenta y seis años, de hemorragia cerebral.
Incinerado, al día siguiente se efectúan los funerales, a los cuales participan sólo el hermano Carlos y la cuñada Tatiana: Las cenizas fueron inhumadas en el Cementerio de Verano y de aquí transferidas al cementerio acattolico de Roma.
“Todos los hombres son intelectuales (…) pero no todos tienen su función en la sociedad”
El concepto de hegemonía de Gramsci es de un indudable valor para rehacer la democracia. Democracia es también reflexionar desde las prácticas sociales, es tomar partido en la tarea de responsabilizar socialmente a la filosofía. De ahí el interés de Gramsci en acabar con la división entre los intelectuales y las masas, entre dirigentes y dirigidos. Recuperar el concepto de hegemonía de Gramsci puede ser la base de un proceso constituyente que presente alternativas fiables para la izquierda en este siglo.
Sobre todo, si entendemos la democracia como un proceso abierto a prácticas concretas y a la deliberación cívica, como una sinergia capaz de transformar las relaciones de dominación en formas de autogobierno, esto es, de poder por y para la ciudadanía
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