Pedro Albizu Campos (Nacio en Ponce, 12 de septiembre 1891 - San Juan, 21 de abril de 1965 político y líder independentista puertorriqueño. Fue la figura más relevante en la lucha por la independencia de Puerto Rico durante el siglo XX. Se le conoce como “El Maestro”, y “el último libertador de América”.
El 30 de octubre de 1950 se produjo el Grito de Jayuya, que incluyó un atentado al Presidente Harry S. Truman del cual fue considerado responsable. Albizu y otros líderes fueron encarcelados de nuevo, esta vez en Puerto Rico. En 1953, el gobernador de la isla, Luis Muñoz Marín indultó a Albizu. En 1954 ocurrió un atentado a la Cámara de los Representantes de Estados Unidos y se revocó el indulto.
En la cárcel, la salud de Albizu Campos se deterioró. Se comenzó a especular sobre su salud mental y en 1956, sufrió un derrame cerebral en la cárcel y fue trasladado al Hospital Presbiteriano de San Juan bajo vigilancia policial. Albizu Campos afirma que fue objeto de experimentos de radiación en la cárcel. Funcionarios sugirieron que Albizu estaba loco, aunque muchos médicos lo examinaron y encontraron síntomas de radiación. El Presidente de la Asociación de Cáncer de Cuba, el doctor Orlando Damuy, viajó a PR para examinar a Albizu. Las quemaduras en su cuerpo dijo el Dr Damuy, eran a causa de la intensa radiación. Albizu Campos no recibió ninguna atención médica durante 5 días.
En la cárcel o frente a la muerte renovamos nuestros votos de consagración a la causa de la independencia patria..
El 15 de noviembre, 1964 Albizu fue indultado otra vez por Muñoz Marín, lo cual levantó serias críticas en los sectores anexionistas y estadolibristas. Falleció el 21 de abril de 1965. Su entierro fue uno de los más concurridos que se han celebrado en Puerto Rico.
En 1994, bajo la administración del Presidente Bill Clinton, el Departamento de Energía reveló que llevo a cabo experimentos con radiación humana. Estos experimentos se llevaron a cabo sin el consentimiento de los prisioneros durante los años 1950 y 1970. Se alega que Pedro Albizu Campos fue uno de las víctimas de este experimento
La exacta dimensión histórica de un personaje se mide por su capacidad para perpetuarse en las memorias de las generaciones presente y por venir. Dicha capacidad se halla en función de las fuerzas que determinan el desarrollo histórico y que imparten a éste un determinado derrotero. En ese sentido hay también fuerzas retardatarias, fuerzas que estorban el desarrollo histórico en vez de acelerarlo. En el mundo en que vivimos las fuerzas defensoras del colonialismo y del neocolonialismo son las retardatarias que impiden el logro pleno de la liberación nacional , mientras que los individuos, grupos y clases que pretenden lograr la erradicación de dicho sistema son los que constituyen la más alta expresión de los intereses de la humanidad. A lo largo de nuestra historia como pueblo colonial hallamos la pugna entre estas dos tendencias. Es la lucha entre Betances Y Baldorioty, entre Muñoz Rivera y De Diego, entre Muñoz Marín y Albizu Campos. Pero más que la lucha de estos hombres es la lucha de los intereses por ellos representados. Se trata de una lucha mundial, es universal. Es Lumumba contra Tshombe, Cao Key contra Ho Chi Minh, Onganía contra el Che Guevara. Es en efecto, la gran toma de conciencia de aquellos sectores de la humanidad que, previamente marginados del desarrollo histórico, son hoy sus actores principales. La grandeza de los hombres y de los pueblos dependerá esencialmente del lugar de éstos respecto a las fuerzas antes mencionadas. Poco importa, en ese sentido, que los grandes libertadores puedan decir con el apóstol Martí: "Porque yo no cobijaré mi casa con las ramas del árbol que he sembrado". Cuando lo que se ha plantado es el árbol de la libertad las futuras generaciones sabrán rendir el justo homenaje a quienes tuvieron el valor de sembrarlo. Eso y no otra coas es la inmortalidad.
Al pronunciar su famoso discurso ante las tumbas de los inmortales Hiram Beauchamp y Elías Rosado decía Albizu Campos que "cuando el hombre pasea serena y tranquilamente sobre las sombras de la muerte, entonces es que el hombre entra en la inmortalidad". Al pronunciar dichas palabras estaba sin saberlo escribiendo su propia apología. Pues su nombre se halla inscrito como nunca antes en la mente y en el corazón de las vanguardias de nuestra juventud. Albizu Campos vive. Vive en su ejemplo preclaro y en su arquetípica postura de desafío y de resistencia al imperio que nos regentea. Fue inútil intentar encarcelarlo, silenciarlo, asesinarlo. No se encarcela ni se asesina un principio. No se puede silenciar una causa. Los símbolos vivirán siempre más allá de la existencia física de quienes la sustentaron.
En un determinado momento histórico en que todo parecía estar perdido para la lucha patriótica, Albizu Campos representó ante los ojos de la humanidad el decoro de este pueblo. Porque bien lo dijo el apóstol Martí: "Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay unos pocos que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Éstos son los que se rebelan con fuerza terrible contra aquellos que pretenden robarles a los hombres su libertad, que es su decoro". Combatiente, intelectual, brillante. tribuno de la libertad, mártir y héroe de nuestra independencia patria, se halla justo al Padre de la Patria emitiendo desde la inmortalidad el famoso grito de guerra del caborrojeño: "Los grandes no son grandes sino porque estamos de rodillas. Levantémonos
Muere Pedro Albizu Campos patriota puertorriqueño
Fragmento de la Canción Borincana por Alí Primera
Te han quitado tu lengua borinquén,
borincana más no podrán quitarte
también a tu mañana. Entre el Sol y
la Luna cayó su cuerpo pero no el
pensamiento de Alvizu Campos.
Yo se que un día el antillano mar azul y
nuestro llegará cantando a tus arenas
después se llevará para siempre tus
cadenas eslabón por eslabón,
borinquén se irá tu queja.
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