El “Negro” Miguel encabeza una rebelión de los esclavos contra el sistema de explotación establecido por los hacendados
En abril de 1552 ocurrió la rebelión del “Negro” Miguel, un esclavo proveniente de África según algunos, aunque otros han sostenido que nació en una población cerca de San Felipe, Yaracuy.
Miguel era muy respetado entre la esclavitud de las haciendas de café y cacao de la época. Había ganado mucha autoridad porque era reconocido como hijo de reyes gobernantes en naciones del África. Los otros esclavos se dirigían a él con veneración y el título de príncipe. Los esclavos eran sometidos a brutales condiciones de trabajo y existencia. Agotadoras jornadas de trabajo de sol a sol era la diaria rutina y por cualquier capricho de los amos o caporales eran sometidos a despiadados castigos físicos, privándoseles además de alimentos y agua. Más de diez millones de jóvenes africanos fueron capturados por expediciones españolas o portuguesas en sus tierras nativas para traerlos a América a trabajar bajo las órdenes de caporales.
Miguel, junto con 80 negros esclavos, fue dedicado por los españoles a la explotación de las minas de San Felipe de Buría, cerca de Nirgua. Una noche, cansado de los maltratos, huyó con 20 de sus compañeros y se estableció en las montañas cercanas. Organizado en guerrilla, asaltó la custodia de las minas y liberó a otros negros esclavos. Logró reunir más de 180 seguidores entre negros y mestizos. Con otros esclavos incorporados, Miguel fundó una población fortificada y proclamó una república con la designación de autoridades entre sus seguidores.
Con la aspiración de extender sus dominios, Miguel atacó a Nueva Segovia de Barquisimeto (Lara), pero fue obligado a retirarse. Después de esta acción, los españoles lo consideraron un peligro y organizaron un ejército con refuerzos de El Tocuyo (Lara). Superiores en número y armamento, los españoles cercaron a Miguel hasta darle muerte.
Muchos esclavos huían de las haciendas y se refugiaban en las montañas. Eran llamados “cimarrones” y perseguidos con saña. Los primeros esclavos negros fueron introducidos a Venezuela alrededor de 1505 y se intensificó a partir de 1527 cuando Carlos V contrató con los hermanos banqueros alemanes Bartolomé, Lucas, Ulrice y Jacobo Welser traer cuatro mil negros de África a la provincia de Venezuela. Su propósito era aumentar la productividad del trabajo de los pueblos originarios, cuya población era diezmada por la brutal explotación.
Los esclavos negros eran cazados en África como animales, en uno de los crímenes más horribles cometidos por las llamadas “civilizaciones occidentales”. Separados de su tierra, de su hogar, de su familia, desde el mismo momento de su captura eran sujetos con cadenas y conducidos a los barcos negreros, en los cuales los transportaban a América en bodegas inmundas donde muchos morían antes de llegar a su destino. Una vez en Venezuela eran vendidos para trabajar en las haciendas y minas.
En abril de 1552 ocurrió la rebelión del “Negro” Miguel, un esclavo proveniente de África según algunos, aunque otros han sostenido que nació en una población cerca de San Felipe, Yaracuy.
Miguel era muy respetado entre la esclavitud de las haciendas de café y cacao de la época. Había ganado mucha autoridad porque era reconocido como hijo de reyes gobernantes en naciones del África. Los otros esclavos se dirigían a él con veneración y el título de príncipe. Los esclavos eran sometidos a brutales condiciones de trabajo y existencia. Agotadoras jornadas de trabajo de sol a sol era la diaria rutina y por cualquier capricho de los amos o caporales eran sometidos a despiadados castigos físicos, privándoseles además de alimentos y agua. Más de diez millones de jóvenes africanos fueron capturados por expediciones españolas o portuguesas en sus tierras nativas para traerlos a América a trabajar bajo las órdenes de caporales.
Miguel, junto con 80 negros esclavos, fue dedicado por los españoles a la explotación de las minas de San Felipe de Buría, cerca de Nirgua. Una noche, cansado de los maltratos, huyó con 20 de sus compañeros y se estableció en las montañas cercanas. Organizado en guerrilla, asaltó la custodia de las minas y liberó a otros negros esclavos. Logró reunir más de 180 seguidores entre negros y mestizos. Con otros esclavos incorporados, Miguel fundó una población fortificada y proclamó una república con la designación de autoridades entre sus seguidores.
Con la aspiración de extender sus dominios, Miguel atacó a Nueva Segovia de Barquisimeto (Lara), pero fue obligado a retirarse. Después de esta acción, los españoles lo consideraron un peligro y organizaron un ejército con refuerzos de El Tocuyo (Lara). Superiores en número y armamento, los españoles cercaron a Miguel hasta darle muerte.
Muchos esclavos huían de las haciendas y se refugiaban en las montañas. Eran llamados “cimarrones” y perseguidos con saña. Los primeros esclavos negros fueron introducidos a Venezuela alrededor de 1505 y se intensificó a partir de 1527 cuando Carlos V contrató con los hermanos banqueros alemanes Bartolomé, Lucas, Ulrice y Jacobo Welser traer cuatro mil negros de África a la provincia de Venezuela. Su propósito era aumentar la productividad del trabajo de los pueblos originarios, cuya población era diezmada por la brutal explotación.
Los esclavos negros eran cazados en África como animales, en uno de los crímenes más horribles cometidos por las llamadas “civilizaciones occidentales”. Separados de su tierra, de su hogar, de su familia, desde el mismo momento de su captura eran sujetos con cadenas y conducidos a los barcos negreros, en los cuales los transportaban a América en bodegas inmundas donde muchos morían antes de llegar a su destino. Una vez en Venezuela eran vendidos para trabajar en las haciendas y minas.
1 comentario:
grasias me sirvio mucho esto de nuevo le digo q muchisimasss grasis
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