lunes, 17 de agosto de 2009

NINGUN GENERAL FERNANDEZ PODRÁ DAR ÓRDENES A UN GENERAL JOHNSON, SEÑOR URIBE

Cristina Fernández de Kirchner le respondió cuando éste le dijo que las bases serán de dominio militar colombiano: “Ningún General Fernández podrá nunca dar órdenes a un general Johnson, señor Uribe”.

Cristina Fernández de Kirchner Aun ante el fracaso de su gira que terminara con el fuerte consenso de rechazo de Unasur en Quito, ayer Uribe firmó el convenio para la instalación de dichas bases. Ahora tendrá que presentarse el 28 de Agosto ante todos los presidentes de la región que lo han convocado a dar la cara. Ya estarán sus cuenta cuentos preparándole discursitos enternecedores, si es que tiene mamones para asistir, ya no hay marcha atrás, se reunirá Unasur con la traición firmada.

Las políticas bipolares de Uribe son ya características en tan peculiar espécimen, pero los hilos de los que cuelga lo atan a la mano del marionetero imperial. En el siglo que estrenamos parece que “la verdad” no consiguió ticket de pasaje, la mentira, al contrario, viajó en primera clase. Como cuesta descifrar el futuro. La guerra y la paz se pelean el protagonismo afuera y adentro del mismísimo sistema. Una de las últimas reflexiones del gran timonel Fidel Castro finalizó con este mensaje:

“Semejantes crisis –continúa el artículo- provocadas por el clima pudieran derrocar gobiernos, estimular movimientos terroristas o desestabilizar regiones completas, afirman analistas del Pentágono y de agencias de inteligencia que por primera vez están estudiando las implicaciones del cambio climático en la seguridad nacional.”

“‘Se vuelve muy complicado muy rápidamente’, dijo Amanda J. Dory, Secretaria de Defensa Adjunta para Estrategia, que trabaja con un grupo del Pentágono asignado a incorporar el cambio climático a la planificación de la estrategia nacional de seguridad.”

Del artículo de The New York Times se deduce que todavía en el Senado no todos están convencidos de que se trata de un problema real, ignorado totalmente hasta ahora por el gobierno de Estados Unidos desde que se aprobó hace 10 años en Kyoto.

Algunos hablan de que la crisis económica es el fin del imperialismo; quizás habría que plantearse si no significa algo peor para nuestra especie.

A mi juicio, lo mejor siempre será tener una causa justa que defender y la esperanza de seguir adelante.(Fidel Castro Ruz)

Los tiempos son de crisis, pero no sólo es una crisis del capitalismo, a mi criterio somos la humanidad entera quien está en crisis, crisis económica, social, moral, humana y ecológica; que abarca la misma supervivencia, la inconciencia en contra de la conciencia, ¿de que les servirá un planeta moribundo a unos o a otros? Pienso que la más profunda fibra humana se conmueve ante las alternativas planteadas para el futuro de nuestro planeta y que la aberración al capital, aquellas ansias infinitas de riqueza que caracterizan al capitalismo se detienen también a contemplar el abismo a cuyo borde hemos llegado.

“Geopolíticamente, estamos al Sur de la hegemonía, y es una realidad que, trascendiendo la tendencia política de los gobiernos del mundo, el problema de la guerra concierne a la humanidad entera”, señala Hugo Chávez en una carta dirigida a sus pares de Unasur.

Las viejas fuerzas que no tomaron en consideración la posibilidad de la hecatombe, de la tragedia final, siguen haciendo sus jugadas desde el pentágono, quizá las formas más radicales de dominación están sobre la mesa de guerra, tomar a todo el continente suramericano militarmente para preservar reservas de petróleo y de hidrógeno, que será pronto la energía sustituta, representada en los caudalosos ríos de nuestro sur, es el blanco de todas las estrategias, ¿dará tiempo? ¿Sobreviviremos a una conflagración bélica de tal envergadura? Son las preguntas del imperio. Los gringos toda la vida han temido a las etnias indígenas, son impredecibles para ellos y no pueden saber que tiempo resistirán ante una invasión, los pueblos concientizados de los países que han seguido el camino revolucionario en Venezuela, Ecuador, Bolivia y también en Argentina, Brasil, Nicaragua y tantos otros, colocan a las fuerzas militares imperiales en un dilema difícil. Uribe les puso la alfombra roja para que de igual manera dispongan sus fuerzas militares, pero no parece haber claridad o consenso en el gobierno americano sobre el destino entero de la humanidad, una dominación radical, militar y represiva que repetirá escenarios de violencia interminable como Irak y Afganistán y que nos podría precipitar al abismo o un repliegue a políticas más civilizadas de un mercado donde se respete primero al ambiente para asegurar la sobrevivencia y luego un nuevo juego, en un mundo pluriplural, parecen ser las dos alternativas. ¿Como preservar el planeta para seguirlo explotando? es la preocupación de fondo, ninguna otra, jamás será una humanización del capitalismo que ahora quiere ser amigo, como nos lo quiere vender el presidente Obama.

Cada payaso, como Uribe, Santos, Goriletti, los halcones de Soto Cano y los esbirros del pentágono siguen la función, por otro lado las voces justas de nuestras tierras se unen en este canto general, como diría Neruda, por la preservación de la vida en una marcha que cada día se agiganta indetenible y conjura las fuerzas incontenibles; y ante las mentiras que predica la marioneta de Uribe se le responde con la suficiente ironía como la de Cristina Fernández de Kirchner, cuando Álvaro Uribe le dijo que las bases norteamericanas obedecerían a las órdenes de los generales colombianos: “Ningún General Fernández podrá dar órdenes a un General Johnson, señor Uribe” y dar media vuelta y abandonar inmediatamente la sala.

El imperio mediático se empieza a caer a pedazos, cada vez más la humanidad se hace crítica ante las mentiras de CNN y de FOX, ningún ser humano que vea amenazada la posibilidad de la subsistencia de sus descendientes seguirá creyendo sus mentiras, el valor del dinero se esfuma cuando tenemos la muerte parada en frente, de nada nos sirven los billetes verdes si estamos muertos. El espíritu de supervivencia de la especie se torna en una nueva fuerza cada día más poderosa porque trasciende los límites de las posiciones políticas. Vale la pena seguir los concejos del gran timonel Fidel Castro y tener una causa justa que defender y la esperanza de seguir adelante, ¡siempre adelante, comandante!

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