23 de enero: histórica experiencia de unidad pueblo-Fuerza Armada
Guillermo García Ponce
La insurrección del 23 de enero de 1958 fue una extraordinaria experiencia de la unidad pueblo-Fuerza Armada. La Junta Patriótica y los oficiales de los distintos componentes de la Fuerza Armada coordinaron las acciones populares y militares que condujeron a la caída de la dictadura de Pérez Jiménez. Desgraciadamente, los elementos divisionistas y los errores políticos en el seno de la Junta, impidieron que esta unidad se mantuviera más allá de la fuga de Pérez Jiménez y asegurara un camino distinto al que impusieron los viejos líderes de la derecha.
Sin embargo, la experiencia permitiría la apertura ideológica de importantes estamentos militares hacia posiciones revolucionarias y progresistas. De su seno, saldrían los oficiales que comandarían los movimientos del “Porteñazo” y el “Carupanazo”, capítulos gloriosos de la rebeldía de la Fuerza Armada que se negaba a aceptar la traición al 23 de enero y la tutela de los intereses imperialistas.
También por esas razones, la derecha quiere borrar el 23 de enero de la historia.
Es evidente que los viejos partidos de la derecha no sólo traicionaron el 23 de enero sino que se aprovecharon de la victoria popular para apoderarse del poder.
La profunda debilidad política y los errores en la dirección de la izquierda, especialmente su ingenuidad y falta de madurez revolucionaria, pero sobre todo el desconocimiento de la vigencia de la lucha de clases en todos las circunstancia, permitieron a la derecha aprovecharse del 23 de enero para sus intereses de clase con los funestos resultados conocidos: cuarenta años de fracasos, despilfarro de los recursos, pobreza, hipoteca, dependencia y trasiego de la riqueza a los bolsillos de la burguesía.
El 23 de enero de 1958 la unidad y la insurrección popular, pertenecen al patrimonio político del pueblo. Es una victoria histórica que debe ser preservada para enriquecer la memoria de la revolución venezolana.
El Pacto de Punto Fijo y la traición al 23 de enero son pertenencias de los viejos partidos de la derecha
Guillermo García Ponce
La insurrección del 23 de enero de 1958 fue una extraordinaria experiencia de la unidad pueblo-Fuerza Armada. La Junta Patriótica y los oficiales de los distintos componentes de la Fuerza Armada coordinaron las acciones populares y militares que condujeron a la caída de la dictadura de Pérez Jiménez. Desgraciadamente, los elementos divisionistas y los errores políticos en el seno de la Junta, impidieron que esta unidad se mantuviera más allá de la fuga de Pérez Jiménez y asegurara un camino distinto al que impusieron los viejos líderes de la derecha.
Sin embargo, la experiencia permitiría la apertura ideológica de importantes estamentos militares hacia posiciones revolucionarias y progresistas. De su seno, saldrían los oficiales que comandarían los movimientos del “Porteñazo” y el “Carupanazo”, capítulos gloriosos de la rebeldía de la Fuerza Armada que se negaba a aceptar la traición al 23 de enero y la tutela de los intereses imperialistas.
También por esas razones, la derecha quiere borrar el 23 de enero de la historia.
Es evidente que los viejos partidos de la derecha no sólo traicionaron el 23 de enero sino que se aprovecharon de la victoria popular para apoderarse del poder.
La profunda debilidad política y los errores en la dirección de la izquierda, especialmente su ingenuidad y falta de madurez revolucionaria, pero sobre todo el desconocimiento de la vigencia de la lucha de clases en todos las circunstancia, permitieron a la derecha aprovecharse del 23 de enero para sus intereses de clase con los funestos resultados conocidos: cuarenta años de fracasos, despilfarro de los recursos, pobreza, hipoteca, dependencia y trasiego de la riqueza a los bolsillos de la burguesía.
El 23 de enero de 1958 la unidad y la insurrección popular, pertenecen al patrimonio político del pueblo. Es una victoria histórica que debe ser preservada para enriquecer la memoria de la revolución venezolana.
El Pacto de Punto Fijo y la traición al 23 de enero son pertenencias de los viejos partidos de la derecha
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