Momento de la historia
Un testimonio de Haydee J. Lara, el 29 de junio de 2009, quien vive en Cabudare, estado Lara, sobre la vida y el trágico destino de Alfonso Rafael Lara, un combatiente que formó parte del MIR, da cuenta de las crónicas rojas de la prensa venezolana.
Esta es la versión de El Nacional publicada el 1º de noviembre del 1967: “Muertos 2 guerrilleros y 9 heridos en choque con fuerzas del ejército, en fila de Arenillas, en los límites de los estados Guárico y Miranda, el bandolero Alfonso Lara, cayó abatido por las fuerzas del ejército”.
Nunca es tarde, prosigue en su reflexión Lara, los años 60 están recreados y vividos por camaradas, familiares, que acompañaron a estos protagonistas en sus persecuciones y atropellos.
“Si queremos conciliar el sueño sin que nadie ni nada nos asalte, debemos luchar denodadamente por la consecución de una revolución profunda con miras de renovar la anticuada máquina estatal. Pasarla de manos usufructuarias minoritarias a unas manos pródigas, mayoritarias, que rijan sus actos por los dictámenes del pueblo. Cómo puede conciliarse el sueño cuando un peligro se hace patente sobre nuestras cabezas.
Peligro que no es otro que las potencias imperialistas, discutiendo en el terreno bélico por la expansión territorial”, citó
Haydee Lara las palabras de su hermano Alfonso, pronunciadas en Barcelona 31 de septiembre de 1959.
Estas palabras de mi hermano, visionarias y proféticas –prosigue en su testimonio- fueron traicionadas en el Pacto de Punto Fijo. “Pero la tristeza de los que se fueron no existe ya, queda la esperanza de un nuevo amanecer con justicia y transformación de los viejos esquemas, tal como él, nuestro hermano, nos pidió
¡Gloria a quien lo merece! Vivan para siempre los que lucharon por nuestra libertad, nuestros guerrilleros ya no serán anónimos”.
T/ UBV. Colectivo
Un testimonio de Haydee J. Lara, el 29 de junio de 2009, quien vive en Cabudare, estado Lara, sobre la vida y el trágico destino de Alfonso Rafael Lara, un combatiente que formó parte del MIR, da cuenta de las crónicas rojas de la prensa venezolana.
Esta es la versión de El Nacional publicada el 1º de noviembre del 1967: “Muertos 2 guerrilleros y 9 heridos en choque con fuerzas del ejército, en fila de Arenillas, en los límites de los estados Guárico y Miranda, el bandolero Alfonso Lara, cayó abatido por las fuerzas del ejército”.
Nunca es tarde, prosigue en su reflexión Lara, los años 60 están recreados y vividos por camaradas, familiares, que acompañaron a estos protagonistas en sus persecuciones y atropellos.
“Si queremos conciliar el sueño sin que nadie ni nada nos asalte, debemos luchar denodadamente por la consecución de una revolución profunda con miras de renovar la anticuada máquina estatal. Pasarla de manos usufructuarias minoritarias a unas manos pródigas, mayoritarias, que rijan sus actos por los dictámenes del pueblo. Cómo puede conciliarse el sueño cuando un peligro se hace patente sobre nuestras cabezas.
Peligro que no es otro que las potencias imperialistas, discutiendo en el terreno bélico por la expansión territorial”, citó
Haydee Lara las palabras de su hermano Alfonso, pronunciadas en Barcelona 31 de septiembre de 1959.
Estas palabras de mi hermano, visionarias y proféticas –prosigue en su testimonio- fueron traicionadas en el Pacto de Punto Fijo. “Pero la tristeza de los que se fueron no existe ya, queda la esperanza de un nuevo amanecer con justicia y transformación de los viejos esquemas, tal como él, nuestro hermano, nos pidió
¡Gloria a quien lo merece! Vivan para siempre los que lucharon por nuestra libertad, nuestros guerrilleros ya no serán anónimos”.
T/ UBV. Colectivo
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