domingo, 24 de enero de 2010

Las ideas de leninistas son indestructibles

Las ideas de leninistas son indestructibles
Jesús Faría
El 21de enero de 1924 falleció Vladimir Ilich Lenin, fundador del primer Estado socialista. Sus significativos aportes, teóricos y prácticos, a la doctrina revolucionaria mundial son producto de la aplicación permanente los postulados marxistas.
Para mí, en particular, Lenin fue y es, sin duda, uno de los héroes revolucionarios más populares y extraordinarios de la historia.
Su legado es colosal: continuador de la causa de Marx y Engels, revolucionario genial, guía y organizador del movimiento revolucionario de la Rusia zarista, fundador del primer Estado socialista del mundo y líder del movimiento comunista internacional desde la Internacional Comunista.
Como obrero y dirigente comunista fui cautivado por la calidad de la obra y la firmeza de la ejecutoría de Lenin.
Al igual que centenares de millones de trabajadores, hombres y mujeres de todos los países del planeta, los comunistas venezolanos expresamos un profundo respeto, simpatía y admiración por el pensamiento y la obra leninista, y sentimos creciente orgullo por el carácter leninista de de nuestro partido.
Resulta paradójico que uno de los estadistas y pensadores más austeros y sencillos en la historia de la humanidad – mientras vivió no toleró homenajes en su honor -, ajeno por completo a los actos de reconocimiento, viene a ser hoy una figura permanente recordada, cuya obra es puesta como ejemplo altamente positivo en todos los idiomas, en todas las partes del mundo.
Jefe político culto y irme en sus ideales, combativo contra los elementos vacilantes de las propias filas del movimiento marxista y del partido de los bolcheviques, Lenin logró desarrollar creativamente todas las partes integrantes del marxista.
Su estatura política no fue obstáculo para desplegar un trato respetuoso con las personas, promover la dirección colectiva del trabajo en el partido, así como preocuparse por las personas más desvalidas de la sociedad, sincera expresión de un acrisolado humanismo.

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