Se inicia la tercera década revolucionaria, con el compromiso inquebrantable del Comandante Chávez de profundizar la revolución, sintetizando el sentir y esperanzas de los(as) que creemos irreductiblemente en el socialismo, en el marco de una crisis del modelo capitalista, que se globaliza en mayor o menor grado, según las múltiples características de las economías; el reto es entonces, cimentar desde el seno del pueblo las comunas, “modelo de organización y ejercicio del poder popular que atiende a la construcción de los autogobiernos comunales, basado en la agregación de Consejos Comunales contiguos y su integración con todas las formas de organización sociopolítica que asuma el pueblo explotado”.
En las comunas populares socialistas se ejercerá la democracia directa, participativa y protagónica, lo que supone un gran esfuerzo de organización, de descolonización, de rescate de los valores socialistas que aun persisten en los venezolanos(as), y a la vez mayor esfuerzo de los liderazgos recién electos; lo que sugiere hoy mas que nunca, recordar a Fabricio Ojeda, como diría el Ché “leal a sus convicciones hasta el ultimo día”. Recordar que abandonó su posición política de diputado, renunció a los “privilegios” que ya se erigían como norma en la nueva elite política y se fundió con el pueblo en la lucha por la liberación nacional, en un momento histórico donde la vanguardia que logró derrotar la tiranía, arrío la bandera de la soberanía convirtiendo nuestro país en una degradada estrella mas de una bandera extranjera.
Fabricio con gran claridad y consciencia revolucionaria, elevaba su voz irreverente exhortando a “abandonar el campo reformista y tomar el revolucionarlo, lo que significa decidirse a luchar sin temor alguno, tener seguridad de la victoria y desafiar… En cada etapa histórica hay revolucionarios y reaccionarios; un grueso sector en el medio, sin conciencia propia, vacila a uno y otro lado y se va reduciendo a medida que se desarrolla la toma de conciencia, como producto de la lucha antagónica y los intereses de clase. Pero al principio de todo proceso revolucionario, el sector intermedio bajo la influencia directa de las clases en el Poder –las clases reaccionarias– hace el juego a éstas, aun cuando trata de salirse de su opresión. No obstante, poco a poco, van tomando conciencia y mentalidad de poder; se producen importantes desprendimientos que engrosan las filas revolucionarias”.
Emular la gesta de Fabricio es abandonar las investiduras que atan al pueblo y asumir el poder obedeciendo las decisiones colectivas, emular a Fabricio es despojarse de las ambiciones individuales y avanzar en la unidad programática y de acción de los(as) socialistas, emular a Fabricio es trascender los legalismos y avanzar en la legitimidad, emular a Fabricio es entregarse totalmente a los explotados(as), seguir su ejemplo revolucionario de infinito compromiso por la libertad.
El 2009, indudablemente, debe ser el año donde se avance con mayor fuerza en la construcción de la gestión socialista, superando el burocratismo, el clientelismo, la corrupción y demás prácticas antiéticas propias del Estado Burgués aun existente en Venezuela, eso solo es posible cuando el pueblo se autogobierna. Se hace imprescindible que la vanguardia del proceso Bolivariano se apropie de Fabricio…
Atenea Jiménez Lemon
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