Movimiento Continental Bolivariano: una necesidad política de alcances estratégicos
Tomado de “Llego la hora del Poder Popular”
Red Nacional de Círculos Bolivarianos
Alfonso Cano opina del Congreso del Movimiento Continental Bolivariano que se desarrolló en Caracas
Ratificamos nuestra confianza en el jalonamiento que significará para las luchas del pueblo latinoamericano la constitución del Movimiento Continental. Alfonso Cano
Alfonso Cano, máximo jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), saludo hoy la creación de un movimiento continental político de esencia bolivariana en Caracas.
En un mensaje dirigido a los asistentes a un Congreso Bolivariano que sesiona en la capital venezolana, Cano señala que la constitución de dicho movimiento es un deber inaplazable.
El texto de Alfonso Cano:
Compatriotas latinoamericanos y caribeños asistentes a este histórico evento, compañeras y compañeros: reciban el saludo entusiasmado del Secretariado, del Estado Mayor Central, del cuerpo de mando y de la guerrillerada de las FARC - EP, así como de todos los integrantes de las milicias bolivarianas.
Constituir un movimiento político continental, de esencia bolivariana, justo cuando el imperio estadounidense despliega su fuerza militar en Colombia y dispone, amenazante, sus aparatos de guerra y terror contra los pueblos latinoamericanos y caribeños, es no solo una necesidad histórica sino un deber inaplazable, que señaliza el horizonte de la unidad combativa de nuestros pueblos en defensa de su dignidad, independencia, historia, valores, cultura, territorio, recursos humanos, riquezas naturales y del inalienable derecho a forjar soberanamente su futuro.
El propósito de El Libertador de conformar una gran patria latino americana estructurada como un solo cuerpo de naciones libres, integradora de nuestros pueblos, garante de la derrota del colonialismo de aquellas épocas y de la independencia definitiva de nuestros pueblos del yugo de cualquier potencia, continúa vigente; conserva plenamente su vigor como estrategia nacida del genio y del ejemplar e inagotable compromiso revolucionario de Simón Bolívar, que concibió, una gran nación como patrimonio colectivo de todo el pueblo y no como sumatoria de enormes latifundios reservados a minorías privilegiadas, arrodilladas y sumisas ante las órdenes del imperio de turno.
La justeza de tan portentoso planteamiento bolivariano trasciende 200 años después, de la misma forma que la totalidad de su ideario de igualdad, libertad, justicia social, soberanía e independencia, resumen y esencia de las luchas actuales de buena parte de los pueblos latinoamericanos y caribeños que combatimos contra regímenes oligárquicos entregados incondicionalmente a los amos extranjeros y como víctimas que somos de la expansión capitalista calificada de "globalización", levantamos hoy, con más urgencia y legitimidad que nunca, la bandera de la Patria Grande, ante la inocultable intensión gringa de copar los territorios desde el sur del río Grande hasta la Patagonia, para hacer realidad su estrategia del "destino manifiesto" bajo su imperial y repudiable consigna de "América para los americanos".
Está claro que un tratado militar como el firmado recientemente entre Washington y Bogotá, que permite la constitución de 7 bases estadounidenses en Colombia, con la prerrogativa de utilizar la totalidad del sistema aeroportuario, el espacio aéreo, los mares territoriales sin límites en la cantidad de efectivos que transporten sus barcos de guerra y la presencia masiva de paramilitares norteamericanos denominados contratistas, no se circunscribe al combate contra el narcotráfico y el llamado terrorismo, sino que busca desestabilizar los procesos democratizadores e independentistas que se desarrollan en América Latina.
La guerra contra el narcotráfico es una estrategia fracasada que los Estados Unidos utilizan hoy como pretexto para intervenir y agredir en diferentes lugares del mundo.
La guerra contra el terrorismo -laxo calificativo político donde caben todos sus contradictores-, decretada por la Casa Blanca, la misma que ordenó el bombardeo atómico a Hiroshima y Nagasaki, que arrasó a Vietnam con armas químicas y napalm, que agrede a los pueblos de Irak y Afganistán y respalda el terror del estado israelí, es otra máscara del imperio y las transnacionales, para justificar sus infamias.
A Latinoamérica, en la estratégica esquina de Suramérica que ocupa Colombia y como consecuencia de un plan de largo aliento que ya está en marcha, la empezaron a invadir de nuevo, esta vez con la aquiescencia de un presidente como Álvaro Uribe, de la entraña del paramilitarismo criminal, que arrastra un turbio pasado como narcotraficante -hecho bien conocido por Washington-, apátrida y cabeza del gobierno más corrupto de la historia colombiana y a quien precisamente por ello, utilizan los Estados Unidos para adelantar esta aventura que pretende recuperar la influencia perdida en su otrora "patio trasero".
El fallido golpe al presidente Chávez el 11 de abril del 2002, el golpe al presidente Zelaya que pretenden encubrir reconociendo las espurias elecciones ganadas por Lobo, el azuzamiento sistemático para desestabilizar la frontera colombo - venezolana, los evidentes e ininterrumpidos esfuerzos desestabilizadores en varios de nuestros países hacen parte de esta nueva ofensiva del Estado gringo y la reacción continental contra los inatajables avances integracionistas y el creciente sentimiento antiimperialista de nuestro continente, enmarcado en la concepción bolivariana de la independencia, es decir, en el combate frontal de las mayorías oprimidas contra el poder colonial y las oligarquías criollas, o en otras palabras, en la lucha de clases por la liberación de los oprimidos, de la confrontación social y política por la democracia para desarrollarla a fondo incesante e ininterrumpidamente, enraizada en lo mejor y más avanzado de nuestras tradiciones, signada por nuestras particularidades e idiosincrasia como parte de un proceso auténticamente latinoamericano en marcha al socialismo.
Nuestro compromiso con este proceso por la soberanía nacional y popular, por la patria grande y el socialismo es total e incondicional. Son nuestros inamovibles y la razón de existencia de las FARC - EP como nos lo inculcaron nuestros jefes y fundadores Manuel y Jacobo, y como lo reafirmamos cotidianamente, con plena y absoluta confianza en la victoria final.
Ante este excepcional evento, ratificamos nuestra confianza en el jalonamiento que significará para las luchas del pueblo latinoamericano la constitución del Movimiento Continental nutrido del ideario bolivariano e inspirado como todos nosotros, en la existencia ejemplar del Libertador, inconmensurable referente ético que nos alienta permanentemente en la dureza de la lucha por alcanzar los objetivos que nos hemos trazado.
Reiteramos nuestros votos por el más enriquecedor intercambio, conclusiones y propuestas sabias y convocantes que generen movimiento de masas, organización, lucha contra el invasor y por la construcción de la Patria Grande!
Por la unidad latinoamericana y caribeña contra la invasión imperial de los Estados Unidos: Adelante!
Muchas gracias,
Alfonso Cano
Jefe del EMC de las FARC - EP
Montañas de Colombia, diciembre del 2009
Tomado de “Llego la hora del Poder Popular”
Red Nacional de Círculos Bolivarianos
Alfonso Cano opina del Congreso del Movimiento Continental Bolivariano que se desarrolló en Caracas
Ratificamos nuestra confianza en el jalonamiento que significará para las luchas del pueblo latinoamericano la constitución del Movimiento Continental. Alfonso Cano
Alfonso Cano, máximo jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), saludo hoy la creación de un movimiento continental político de esencia bolivariana en Caracas.
En un mensaje dirigido a los asistentes a un Congreso Bolivariano que sesiona en la capital venezolana, Cano señala que la constitución de dicho movimiento es un deber inaplazable.
El texto de Alfonso Cano:
Compatriotas latinoamericanos y caribeños asistentes a este histórico evento, compañeras y compañeros: reciban el saludo entusiasmado del Secretariado, del Estado Mayor Central, del cuerpo de mando y de la guerrillerada de las FARC - EP, así como de todos los integrantes de las milicias bolivarianas.
Constituir un movimiento político continental, de esencia bolivariana, justo cuando el imperio estadounidense despliega su fuerza militar en Colombia y dispone, amenazante, sus aparatos de guerra y terror contra los pueblos latinoamericanos y caribeños, es no solo una necesidad histórica sino un deber inaplazable, que señaliza el horizonte de la unidad combativa de nuestros pueblos en defensa de su dignidad, independencia, historia, valores, cultura, territorio, recursos humanos, riquezas naturales y del inalienable derecho a forjar soberanamente su futuro.
El propósito de El Libertador de conformar una gran patria latino americana estructurada como un solo cuerpo de naciones libres, integradora de nuestros pueblos, garante de la derrota del colonialismo de aquellas épocas y de la independencia definitiva de nuestros pueblos del yugo de cualquier potencia, continúa vigente; conserva plenamente su vigor como estrategia nacida del genio y del ejemplar e inagotable compromiso revolucionario de Simón Bolívar, que concibió, una gran nación como patrimonio colectivo de todo el pueblo y no como sumatoria de enormes latifundios reservados a minorías privilegiadas, arrodilladas y sumisas ante las órdenes del imperio de turno.
La justeza de tan portentoso planteamiento bolivariano trasciende 200 años después, de la misma forma que la totalidad de su ideario de igualdad, libertad, justicia social, soberanía e independencia, resumen y esencia de las luchas actuales de buena parte de los pueblos latinoamericanos y caribeños que combatimos contra regímenes oligárquicos entregados incondicionalmente a los amos extranjeros y como víctimas que somos de la expansión capitalista calificada de "globalización", levantamos hoy, con más urgencia y legitimidad que nunca, la bandera de la Patria Grande, ante la inocultable intensión gringa de copar los territorios desde el sur del río Grande hasta la Patagonia, para hacer realidad su estrategia del "destino manifiesto" bajo su imperial y repudiable consigna de "América para los americanos".
Está claro que un tratado militar como el firmado recientemente entre Washington y Bogotá, que permite la constitución de 7 bases estadounidenses en Colombia, con la prerrogativa de utilizar la totalidad del sistema aeroportuario, el espacio aéreo, los mares territoriales sin límites en la cantidad de efectivos que transporten sus barcos de guerra y la presencia masiva de paramilitares norteamericanos denominados contratistas, no se circunscribe al combate contra el narcotráfico y el llamado terrorismo, sino que busca desestabilizar los procesos democratizadores e independentistas que se desarrollan en América Latina.
La guerra contra el narcotráfico es una estrategia fracasada que los Estados Unidos utilizan hoy como pretexto para intervenir y agredir en diferentes lugares del mundo.
La guerra contra el terrorismo -laxo calificativo político donde caben todos sus contradictores-, decretada por la Casa Blanca, la misma que ordenó el bombardeo atómico a Hiroshima y Nagasaki, que arrasó a Vietnam con armas químicas y napalm, que agrede a los pueblos de Irak y Afganistán y respalda el terror del estado israelí, es otra máscara del imperio y las transnacionales, para justificar sus infamias.
A Latinoamérica, en la estratégica esquina de Suramérica que ocupa Colombia y como consecuencia de un plan de largo aliento que ya está en marcha, la empezaron a invadir de nuevo, esta vez con la aquiescencia de un presidente como Álvaro Uribe, de la entraña del paramilitarismo criminal, que arrastra un turbio pasado como narcotraficante -hecho bien conocido por Washington-, apátrida y cabeza del gobierno más corrupto de la historia colombiana y a quien precisamente por ello, utilizan los Estados Unidos para adelantar esta aventura que pretende recuperar la influencia perdida en su otrora "patio trasero".
El fallido golpe al presidente Chávez el 11 de abril del 2002, el golpe al presidente Zelaya que pretenden encubrir reconociendo las espurias elecciones ganadas por Lobo, el azuzamiento sistemático para desestabilizar la frontera colombo - venezolana, los evidentes e ininterrumpidos esfuerzos desestabilizadores en varios de nuestros países hacen parte de esta nueva ofensiva del Estado gringo y la reacción continental contra los inatajables avances integracionistas y el creciente sentimiento antiimperialista de nuestro continente, enmarcado en la concepción bolivariana de la independencia, es decir, en el combate frontal de las mayorías oprimidas contra el poder colonial y las oligarquías criollas, o en otras palabras, en la lucha de clases por la liberación de los oprimidos, de la confrontación social y política por la democracia para desarrollarla a fondo incesante e ininterrumpidamente, enraizada en lo mejor y más avanzado de nuestras tradiciones, signada por nuestras particularidades e idiosincrasia como parte de un proceso auténticamente latinoamericano en marcha al socialismo.
Nuestro compromiso con este proceso por la soberanía nacional y popular, por la patria grande y el socialismo es total e incondicional. Son nuestros inamovibles y la razón de existencia de las FARC - EP como nos lo inculcaron nuestros jefes y fundadores Manuel y Jacobo, y como lo reafirmamos cotidianamente, con plena y absoluta confianza en la victoria final.
Ante este excepcional evento, ratificamos nuestra confianza en el jalonamiento que significará para las luchas del pueblo latinoamericano la constitución del Movimiento Continental nutrido del ideario bolivariano e inspirado como todos nosotros, en la existencia ejemplar del Libertador, inconmensurable referente ético que nos alienta permanentemente en la dureza de la lucha por alcanzar los objetivos que nos hemos trazado.
Reiteramos nuestros votos por el más enriquecedor intercambio, conclusiones y propuestas sabias y convocantes que generen movimiento de masas, organización, lucha contra el invasor y por la construcción de la Patria Grande!
Por la unidad latinoamericana y caribeña contra la invasión imperial de los Estados Unidos: Adelante!
Muchas gracias,
Alfonso Cano
Jefe del EMC de las FARC - EP
Montañas de Colombia, diciembre del 2009
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