martes, 22 de diciembre de 2009

URIBE ES GUAPO Y APOYAO

Guapo y apoyao
ÁLVARO URIBE TIENE muchas cicatrices en su estructura moral y ética. Es hijo del narcotráfico mediante la relación que mantuvo con el capo de los capos de la droga en Colombia, Pablo Escobar, que lo llamaba "Uribito". Ejerciendo un cargo en el servicio de comunicaciones de su región nativa, Antioquia, les facilitaba a los narcos los permisos para volar aviones y desplazarse por el país. Por algo está fichado en los documentos desclasificados de los organismos de inteligencia y seguridad de los Estados Unidos. Pero, además, Uribe comparte con otros personajes de la política, del empresariado de la ciudad y el campo, el privilegio de la paternidad de los paramilitares. Primero las Cooperativas de Vigilancia y Seguridad Privada (CONVIVIR), luego las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que culminarían con la creación de las unidades paramilitares en todo el país, responsables de incontables crímenes de lesa humanidad. El historial de Uribe Vélez, su prontuario, es el más sórdido de presidente alguno en la región. Su éxito político se debe al apoyo de poderosos empresarios, latifundistas, la casta militar y en particular del ex presidente George W. Bush.
URIBE NO SE SIENTE hoy parte de América Latina, a la que desprecia por los procesos de cambio que se dan en la región. Estima que su relación es con la potencia imperial y que su papel consiste en ser contrapeso de lo que hoy representan Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua; lo que significa un MERCOSUR progresista o el ALBA, y las políticas que encarnan otros mandatarios en la región como los de Argentina, Uruguay, Paraguay, y, desde luego, mostrarse como el competidor de Lula Da Silva.
POR ESO ES que Uribe se siente guapo y apoyao. Guapo porque logró imponerse en su país con base en la audacia, la carencia de escrúpulos. Porque no ha vacilado en ordenar crímenes horrendos y acabar con valores de la democracia colombiana sin que se le mueva un solo músculo de la cara. Y apoyao porque suscribió con el Gobierno de EEUU la entrega de la soberanía nacional. Probablemente el documento más execrable que haya refrendado un jefe de Estado en el mundo. Pero para él la jugada es magistral, ya que se garantiza la condición de satélite privilegiado con todo lo que ello representa. En estas circunstancias Uribe se juega el todo por el todo. Golpeó a Ecuador mediante una acción digitalizada desde la base gringa de Manta y ahora, sin escrúpulos, se vuelve contra Venezuela, que es su obsesión. Para Uribe Chávez es el diablo. Es la persona que encarna todo cuanto él no pudo lograr limpiamente sino a través del delito. Chávez es la antípoda de Uribe. Y como tal no descansará hasta verlo muerto o derrocado.
COMO SE SIENTE fuerte con el soporte de las fuerzas mafiosas que internamente lo apoyan y con el visto bueno del Gobierno de EEUU, arremete contra Venezuela. Como requería de una coartada para estimular cualquier tipo de acción, invento "el arma de destrucción masiva", al estilo Bush, respecto a Irak: la existencia de campamentos de la guerrilla en territorio venezolano, de 15 jefes de la organización refugiados en el país, y la necesidad de perseguirlos donde se encuentren, violando incluso la soberanía del vecino.
Los ministros payasos que lo acompañan, el canciller Bermúdez y el Min-Defensa Silva, promocionan la versión. ¿Hasta donde será capaz de llegar Uribe? Difícil predecirlo. De él se puede esperar cualquier cosa y este escribidor se cuenta entre aquellos que creen que el zarpazo de la bestia ocurrirá en cualquier momento.-

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