A propósito de la posición del presidente de El Salvador
Luis Alberto Toro Ojeda
Lo que está ocurriendo en El Salvador es digno de análisis, es bueno reflexionar sobre el particular; El Salvador, ese pequeño gran país que logró sobreponerse a uno de los más tétricos ensayos imperiales, el mismo que se sobrepuso al terrible espiral de violencia generada por el imperio, por esa misma maquinaria industrial militar que armó a los paramilitares, los escuadrones de la muerte, esos mismos que masacraron monjas y curas, y desataron la más cruenta represión en este país, los mismos que asesinaron a Oscar Arnulfo Romero, esos mismos hoy pretenden sacar réditos a costa de un presidente que fue electo con la expectativa de un cambio profundo, pero que apenas la bota imperial saco sus dientes, en vez de ir a la trinchera de lucha del pueblo tristemente termina haciéndole coro al imperialismo Yanky con el ridículo slogan de “pragmatismo político”.
Para alguien que milite en las ideas de izquierda sería hipócrita decir que no duele, o en el mejor de los casos, impresiona de mal gusto la posición asumida por el presidente de ese país, Mauricio Funes, entre otras cosas porque se daba por descontado la incorporación a la ALBA y que seguiría dicho gobierno, el salvadoreño, en la senda de gobiernos progresistas que se consolidan en la región; no obstante, la realidad, aunque nos guste o no, es la realidad y la realidad indica que el presidente Funes se acerca vertiginosamente a las posiciones de derecha en el continente de la mano de su “pragmatismo político”. Algunos buenos analistas consideran que lo ocurrido en Honduras tuvo un impacto determinante en la posición asumida por Funes, en el fondo sabemos que no es así, esas cosas no suceden de la noche a la mañana, son maceradas a través del tiempo y obedecen a un problema de concepciones e ideas que se sostengan y se defiendan, pero tampoco podemos descartar que “el miedo es libre” y los débiles son presa fácil de cualquier tipo de manipulaciones. Sin duda Funes ha demostrado con su actitud que no es representante fiel de los anhelos conque ese pueblo comulga, nos referimos al pueblo militante de las ideas de Farabundo Martí, más aún, en mi humilde opinión pienso que el pueblo Salvadoreño voto por Funes fundamentalmente por la presencia del FMLN, y la esperanza de incorporarse a la ola de cambios en esta parte del mundo más que por las dotes de carisma del antes candidato, ahora presidente de El Salvador.
La posición sostenida por Funes con respecto a EEUU no se puede catalogar ni siquiera de un movimiento táctico o de mero pragmatismo político, solo los incautos e ingenuos podrían creer esa tesis; tal cual como el mismo presidente de los Salvadoreños lo señala al afirmar que el gobierno de EEUU es un país “aliado”, todos sabemos que cuando se intenta hacer una revolución y ésta es verdadera, lo primero que se debe tener en cuenta es que se corren riesgos, evadirlo a costa de los principios significa la muerte políticamente hablando, e imaginamos que será tema de discusión del FMLN, y de reflexión incluso para el propio presidente Funes, quien debería sacar muy bien las cuentas en esa especie de “durmiendo con el enemigo” que le propone a los salvadoreños. Aunque no podemos negar el dolor de “entrometernos” en un caso como el salvadoreño, más aún cuando se trata de una observación, es casi ineludible para cualquier venezolano de izquierda que haya militado por allá en la década de los ochenta que no lleve clavado en el corazón la gesta del pueblo salvadoreño, muchos incluso estuvieron en trincheras de combate en ese país, otros tantos, aunque fuera de solidarios en algún acto en pro de la lucha salvadoreña tuvimos que ver alguna vez. En ese orden de ideas, me permito opinar sobre el tema, independientemente que, a lo mejor, algunos no compartan seguramente este punto de vista, pero la discusión es menester.
Con respecto a las declaraciones de Funes al referirse al gobierno de EEUU como “un aliado”, cabría preguntarse ¿EEUU tiene aliados, socios o súbditos? Podemos elucubrar la respuesta, EEUU tiene aliados, socios y súbditos, no creo que El Salvador esté dentro de las primeras categorías mencionadas lo cual hace inviable “el pragmatismo político” a que se refiere Mauricio Funes, Presidente de El Salvador. Intentar hacer una maroma de “pragmatismo político” con una potencia como EEUU, con los mismos que han masacrado al pueblo, con los mismos que instalaron en su territorio, financiaron y promovieron los escuadrones de la muerte en ese país, es algo así como la mujer que termina defendiendo al marido que la golpea, con el perdón de todas, pero desgraciadamente esas cosas absurdas ocurren.
Habrá que esperar la reacción del FMLN, sin duda es una organización con músculo social importante y sabrá manejar la situación, dicha organización ha expresado claramente su posición revolucionaria al sumarse a las iniciativas revolucionarias en la región, no obstante, obviamente la posición de Funes coloca un abismo grande entre “el pragmatismo político” del presidente y los principios que le han dado vigencia y credibilidad al FMLN. Por otra parte es importante ubicarse en el escenario de la región, el imperio hace cualquier cosa para recuperar los privilegios de tener sometidos a países como el nuestro,(Venezuela), ello pasa por situaciones como las de Honduras, pero también es importante destacar, que a la medida en que se profundizan los procesos revolucionarios, las posiciones como las de Funes seguirán estando dentro de las probabilidades de que ocurran. Así como caeran las caretas de quienes usufructuaron, “las posiciones progresistas”, acordándose con las líneas imperiales, disfrazándose de gente de izquierda, y hoy, con Hugo Chávez a la cabeza, han sufrido un duro revés, de esa misma forma caen las caretas de gobiernos que supuestamente son de izquierda pero que le hacen ojitos a los imperialistas; ellos, los dirigentes de esos proyectos con profundo olor imperial, pretenden y pretenderán seguirse presentando como representantes de las ideas progresistas y el socialismo, pero acciones como las de Funes los coloca al descubierto. Podemos decir entonces que los momentos de definiciones llegó, tanto internamente en los países como en el contexto internacional, la tesis de la revolución de los pueblos viene ganando terreno con respecto a las posiciones acomodaticias pequeñoburguesas, asumidas principalmente por una vanguardia de izquierda dominada primordialmente por los prejuicios de esa clase media, que la ubica en su verdadera dimensión Benedetti; hoy, por ejemplo, en Venezuela se observa a obreros, comunidades y población en general, junto a su líder, intentando crear las redes necesarias para impulsar la transición al socialismo, y es precisamente en este escenario inevitable en donde las posiciones como las de Funes no pasan de ser meros ensayos que la dinámica propia de los procesos revolucionarios dejarán atras.
Lamentable lo ocurrido ante la expectativa creada en este país centroamericano, sin embargo, al igual que Honduras, los pueblos de ambos países han logrado articularse, organizarse y elevar los valores espirituales para dar la batalla, una batalla colosal, inmensa, porque se trata de la batalla directa contra el imperio yanqui que estamos obligados a derrotar, no queda otro camino: es lo humano en permanente lucha contra lo inhumano que representa el sistema capitalista, mientras esto ocurra seguirán cayendo las máscaras.
Luis Alberto Toro Ojeda
Lo que está ocurriendo en El Salvador es digno de análisis, es bueno reflexionar sobre el particular; El Salvador, ese pequeño gran país que logró sobreponerse a uno de los más tétricos ensayos imperiales, el mismo que se sobrepuso al terrible espiral de violencia generada por el imperio, por esa misma maquinaria industrial militar que armó a los paramilitares, los escuadrones de la muerte, esos mismos que masacraron monjas y curas, y desataron la más cruenta represión en este país, los mismos que asesinaron a Oscar Arnulfo Romero, esos mismos hoy pretenden sacar réditos a costa de un presidente que fue electo con la expectativa de un cambio profundo, pero que apenas la bota imperial saco sus dientes, en vez de ir a la trinchera de lucha del pueblo tristemente termina haciéndole coro al imperialismo Yanky con el ridículo slogan de “pragmatismo político”.
Para alguien que milite en las ideas de izquierda sería hipócrita decir que no duele, o en el mejor de los casos, impresiona de mal gusto la posición asumida por el presidente de ese país, Mauricio Funes, entre otras cosas porque se daba por descontado la incorporación a la ALBA y que seguiría dicho gobierno, el salvadoreño, en la senda de gobiernos progresistas que se consolidan en la región; no obstante, la realidad, aunque nos guste o no, es la realidad y la realidad indica que el presidente Funes se acerca vertiginosamente a las posiciones de derecha en el continente de la mano de su “pragmatismo político”. Algunos buenos analistas consideran que lo ocurrido en Honduras tuvo un impacto determinante en la posición asumida por Funes, en el fondo sabemos que no es así, esas cosas no suceden de la noche a la mañana, son maceradas a través del tiempo y obedecen a un problema de concepciones e ideas que se sostengan y se defiendan, pero tampoco podemos descartar que “el miedo es libre” y los débiles son presa fácil de cualquier tipo de manipulaciones. Sin duda Funes ha demostrado con su actitud que no es representante fiel de los anhelos conque ese pueblo comulga, nos referimos al pueblo militante de las ideas de Farabundo Martí, más aún, en mi humilde opinión pienso que el pueblo Salvadoreño voto por Funes fundamentalmente por la presencia del FMLN, y la esperanza de incorporarse a la ola de cambios en esta parte del mundo más que por las dotes de carisma del antes candidato, ahora presidente de El Salvador.
La posición sostenida por Funes con respecto a EEUU no se puede catalogar ni siquiera de un movimiento táctico o de mero pragmatismo político, solo los incautos e ingenuos podrían creer esa tesis; tal cual como el mismo presidente de los Salvadoreños lo señala al afirmar que el gobierno de EEUU es un país “aliado”, todos sabemos que cuando se intenta hacer una revolución y ésta es verdadera, lo primero que se debe tener en cuenta es que se corren riesgos, evadirlo a costa de los principios significa la muerte políticamente hablando, e imaginamos que será tema de discusión del FMLN, y de reflexión incluso para el propio presidente Funes, quien debería sacar muy bien las cuentas en esa especie de “durmiendo con el enemigo” que le propone a los salvadoreños. Aunque no podemos negar el dolor de “entrometernos” en un caso como el salvadoreño, más aún cuando se trata de una observación, es casi ineludible para cualquier venezolano de izquierda que haya militado por allá en la década de los ochenta que no lleve clavado en el corazón la gesta del pueblo salvadoreño, muchos incluso estuvieron en trincheras de combate en ese país, otros tantos, aunque fuera de solidarios en algún acto en pro de la lucha salvadoreña tuvimos que ver alguna vez. En ese orden de ideas, me permito opinar sobre el tema, independientemente que, a lo mejor, algunos no compartan seguramente este punto de vista, pero la discusión es menester.
Con respecto a las declaraciones de Funes al referirse al gobierno de EEUU como “un aliado”, cabría preguntarse ¿EEUU tiene aliados, socios o súbditos? Podemos elucubrar la respuesta, EEUU tiene aliados, socios y súbditos, no creo que El Salvador esté dentro de las primeras categorías mencionadas lo cual hace inviable “el pragmatismo político” a que se refiere Mauricio Funes, Presidente de El Salvador. Intentar hacer una maroma de “pragmatismo político” con una potencia como EEUU, con los mismos que han masacrado al pueblo, con los mismos que instalaron en su territorio, financiaron y promovieron los escuadrones de la muerte en ese país, es algo así como la mujer que termina defendiendo al marido que la golpea, con el perdón de todas, pero desgraciadamente esas cosas absurdas ocurren.
Habrá que esperar la reacción del FMLN, sin duda es una organización con músculo social importante y sabrá manejar la situación, dicha organización ha expresado claramente su posición revolucionaria al sumarse a las iniciativas revolucionarias en la región, no obstante, obviamente la posición de Funes coloca un abismo grande entre “el pragmatismo político” del presidente y los principios que le han dado vigencia y credibilidad al FMLN. Por otra parte es importante ubicarse en el escenario de la región, el imperio hace cualquier cosa para recuperar los privilegios de tener sometidos a países como el nuestro,(Venezuela), ello pasa por situaciones como las de Honduras, pero también es importante destacar, que a la medida en que se profundizan los procesos revolucionarios, las posiciones como las de Funes seguirán estando dentro de las probabilidades de que ocurran. Así como caeran las caretas de quienes usufructuaron, “las posiciones progresistas”, acordándose con las líneas imperiales, disfrazándose de gente de izquierda, y hoy, con Hugo Chávez a la cabeza, han sufrido un duro revés, de esa misma forma caen las caretas de gobiernos que supuestamente son de izquierda pero que le hacen ojitos a los imperialistas; ellos, los dirigentes de esos proyectos con profundo olor imperial, pretenden y pretenderán seguirse presentando como representantes de las ideas progresistas y el socialismo, pero acciones como las de Funes los coloca al descubierto. Podemos decir entonces que los momentos de definiciones llegó, tanto internamente en los países como en el contexto internacional, la tesis de la revolución de los pueblos viene ganando terreno con respecto a las posiciones acomodaticias pequeñoburguesas, asumidas principalmente por una vanguardia de izquierda dominada primordialmente por los prejuicios de esa clase media, que la ubica en su verdadera dimensión Benedetti; hoy, por ejemplo, en Venezuela se observa a obreros, comunidades y población en general, junto a su líder, intentando crear las redes necesarias para impulsar la transición al socialismo, y es precisamente en este escenario inevitable en donde las posiciones como las de Funes no pasan de ser meros ensayos que la dinámica propia de los procesos revolucionarios dejarán atras.
Lamentable lo ocurrido ante la expectativa creada en este país centroamericano, sin embargo, al igual que Honduras, los pueblos de ambos países han logrado articularse, organizarse y elevar los valores espirituales para dar la batalla, una batalla colosal, inmensa, porque se trata de la batalla directa contra el imperio yanqui que estamos obligados a derrotar, no queda otro camino: es lo humano en permanente lucha contra lo inhumano que representa el sistema capitalista, mientras esto ocurra seguirán cayendo las máscaras.
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