El agua limpia es vida, ¡protégela!
“Agua limpia para un mundo sano” es el lema escogido este año por la Organización de Naciones Unidas (ONU), para dedicar este día mundial al tema de la calidad del líquido más importante del siglo XXI, celebración que llama a la reflexión y busca demostrar que en la gestión de los recursos hídricos la calidad es tan importante como la cantidad
La cantidad de agua disponible depende de en qué medida el agua esté limpia o contaminada
El agua es fundamental para la vida en la tierra, de ella depende que los grupos humanos y los ecosistemas puedan prosperar. Para ello, ese líquido debe ser limpio, permanecer limpio, y debe estar al alcance de todos, así lo señala la directora general de la Unesco, Irina Bokova, en su mensaje anual con motivo del Día Mundial del Agua, a celebrarse este lunes 22 de marzo bajo el lema: “Agua limpia para un mundo Sano”.
Con este eslogan la Organización de Naciones Unidas (ONU) reafirma que el agua limpia es vida, y que nuestras vidas dependen de cómo protejamos la calidad del líquido más importante del siglo XXI, catalogado así por los expertos. De acuerdo con la ONU, la calidad del agua repercute en cada uno de nosotros y nuestros estilos de vida repercuten en la calidad del vital líquido. En ese sentido, su protección implica una responsabilidad compartida para el beneficio común.
Por esta razón, la ONU-Agua busca este año demostrar que en la gestión de los recursos hídricos la calidad es tan importante como la cantidad. Para ello, se plantea dos objetivos fundamentales: fomentar la conciencia en los ciudadanos para la conservación de ecosistemas sanos y el bienestar humano, y dar mayor realce al tema de la calidad, para lo cual exhortan a los gobiernos, organizaciones, comunidades y personas de todo el mundo a adoptar medidas en la materia y realizar actividades de prevención de la contaminación, limpieza, rehabilitación, entre otras.
“Agua limpia para un mundo sano” es el lema escogido este año por la Organización de Naciones Unidas (ONU), para dedicar este día mundial al tema de la calidad del líquido más importante del siglo XXI, celebración que llama a la reflexión y busca demostrar que en la gestión de los recursos hídricos la calidad es tan importante como la cantidad
La cantidad de agua disponible depende de en qué medida el agua esté limpia o contaminada
El agua es fundamental para la vida en la tierra, de ella depende que los grupos humanos y los ecosistemas puedan prosperar. Para ello, ese líquido debe ser limpio, permanecer limpio, y debe estar al alcance de todos, así lo señala la directora general de la Unesco, Irina Bokova, en su mensaje anual con motivo del Día Mundial del Agua, a celebrarse este lunes 22 de marzo bajo el lema: “Agua limpia para un mundo Sano”.
Con este eslogan la Organización de Naciones Unidas (ONU) reafirma que el agua limpia es vida, y que nuestras vidas dependen de cómo protejamos la calidad del líquido más importante del siglo XXI, catalogado así por los expertos. De acuerdo con la ONU, la calidad del agua repercute en cada uno de nosotros y nuestros estilos de vida repercuten en la calidad del vital líquido. En ese sentido, su protección implica una responsabilidad compartida para el beneficio común.
Por esta razón, la ONU-Agua busca este año demostrar que en la gestión de los recursos hídricos la calidad es tan importante como la cantidad. Para ello, se plantea dos objetivos fundamentales: fomentar la conciencia en los ciudadanos para la conservación de ecosistemas sanos y el bienestar humano, y dar mayor realce al tema de la calidad, para lo cual exhortan a los gobiernos, organizaciones, comunidades y personas de todo el mundo a adoptar medidas en la materia y realizar actividades de prevención de la contaminación, limpieza, rehabilitación, entre otras.
Detalles de la fecha
El Día Mundial del Agua fue declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 22 de diciembre de 1993, a través de la resolución A/RES/47/193, en conformidad con las recomendaciones de la Conferencia de la Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo contenidas en el Capítulo 18 (Recursos de Agua Dulce) de la Agenda 21.
A partir de esa fecha se invitó a los Estados a consagrar este día, en el marco del contexto nacional, a la celebración de actividades que fomenten la conciencia pública sobre la conservación y desarrollo de los recursos hídricos, con actividades de promoción masiva, como por ejemplo, la producción y difusión de documentales, organización de conferencias, mesas redondas, seminarios, exposiciones, así como con la puesta en práctica de las recomendaciones de la Agenda 21.
La Agenda 21 constituye el plan de acción que los Estados deberían llevar a cabo “para transformar el modelo de desarrollo actual, basado en una explotación de los recursos naturales como si fuesen ilimitados y en un acceso desigual a sus beneficios, en un nuevo modelo de desarrollo que satisfaga las necesidades de las generaciones actuales sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras”.
El Día Mundial del Agua fue declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 22 de diciembre de 1993, a través de la resolución A/RES/47/193, en conformidad con las recomendaciones de la Conferencia de la Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo contenidas en el Capítulo 18 (Recursos de Agua Dulce) de la Agenda 21.
A partir de esa fecha se invitó a los Estados a consagrar este día, en el marco del contexto nacional, a la celebración de actividades que fomenten la conciencia pública sobre la conservación y desarrollo de los recursos hídricos, con actividades de promoción masiva, como por ejemplo, la producción y difusión de documentales, organización de conferencias, mesas redondas, seminarios, exposiciones, así como con la puesta en práctica de las recomendaciones de la Agenda 21.
La Agenda 21 constituye el plan de acción que los Estados deberían llevar a cabo “para transformar el modelo de desarrollo actual, basado en una explotación de los recursos naturales como si fuesen ilimitados y en un acceso desigual a sus beneficios, en un nuevo modelo de desarrollo que satisfaga las necesidades de las generaciones actuales sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras”.
Calidad en deterioro
En su mensaje anual, la Unesco refiere que durante los últimos 50 años la actividad humana ha provocado el deterioro de la calidad de las aguas en ríos, arroyos, lagos y mantos freáticos, que en antaño fueron fuente de prosperidad y albergue de rica fauna, lo que ha traído consecuencias directas y fatales sobre los ecosistemas y la salud humana.
En relación con esto, el organismo rector de las Naciones Unidas para la ciencia y la educación relativas al agua, estima que actualmente más de 2 mil 500 millones de seres humanos carecen hoy de sistemas sanitarios adecuados y calcula que unas 884 millones de personas, en su mayoría de origen africano, no tienen acceso al agua potable. También añade en su informe, que alrededor de 1,5 millones de niños menores de cinco años mueren anualmente por causa de enfermedades transmitidas por el agua, situación que califica como “una tragedia humana indescriptible y un obstáculo importante para el desarrollo”
Las enfermedades vinculadas al agua, y los trastornos financieros que acarrean, reducen las posibilidades de que las familias pobres consigan educar a sus hijos. A su vez, esta situación priva a la nueva generación de la oportunidad de mejorar sus propias condiciones de vida y de romper el círculo vicioso de pobreza y escasez en que está atrapada. Agua limpia e instalaciones sanitarias adecuadas son el punto de partida. Todo método clave para tratar los problemas que plantea la calidad del agua debe basarse en la prevención de la contaminación y las estrategias de control y restauración, refiere el documento oficial emitido por la ONU.
Es por ello, que el organismo asegura que resulta más barato proteger los recursos hídricos que limpiar tras la contaminación. La protección y el mantenimiento del medio acuático aseguran la sostenibilidad de los diversos servicios de sus ecosistemas: el agua potable, las pesquerías, la recreación y el turismo. Para esto, añadió que resulta necesario contar con mayor financiamiento para proteger los ecosistemas y prevenir la contaminación del agua.
En su mensaje anual, la Unesco refiere que durante los últimos 50 años la actividad humana ha provocado el deterioro de la calidad de las aguas en ríos, arroyos, lagos y mantos freáticos, que en antaño fueron fuente de prosperidad y albergue de rica fauna, lo que ha traído consecuencias directas y fatales sobre los ecosistemas y la salud humana.
En relación con esto, el organismo rector de las Naciones Unidas para la ciencia y la educación relativas al agua, estima que actualmente más de 2 mil 500 millones de seres humanos carecen hoy de sistemas sanitarios adecuados y calcula que unas 884 millones de personas, en su mayoría de origen africano, no tienen acceso al agua potable. También añade en su informe, que alrededor de 1,5 millones de niños menores de cinco años mueren anualmente por causa de enfermedades transmitidas por el agua, situación que califica como “una tragedia humana indescriptible y un obstáculo importante para el desarrollo”
Las enfermedades vinculadas al agua, y los trastornos financieros que acarrean, reducen las posibilidades de que las familias pobres consigan educar a sus hijos. A su vez, esta situación priva a la nueva generación de la oportunidad de mejorar sus propias condiciones de vida y de romper el círculo vicioso de pobreza y escasez en que está atrapada. Agua limpia e instalaciones sanitarias adecuadas son el punto de partida. Todo método clave para tratar los problemas que plantea la calidad del agua debe basarse en la prevención de la contaminación y las estrategias de control y restauración, refiere el documento oficial emitido por la ONU.
Es por ello, que el organismo asegura que resulta más barato proteger los recursos hídricos que limpiar tras la contaminación. La protección y el mantenimiento del medio acuático aseguran la sostenibilidad de los diversos servicios de sus ecosistemas: el agua potable, las pesquerías, la recreación y el turismo. Para esto, añadió que resulta necesario contar con mayor financiamiento para proteger los ecosistemas y prevenir la contaminación del agua.
Repercusiones del cambio climático
El cambio climático -cuyas repercusiones se traducen en inundaciones y sequías frecuentes o prolongadas- y el crecimiento del número de fuentes de contaminación, dado por el crecimiento demográfico y los cambios en las pautas de producción y consumo que han conllevado a la expansión de los procesos industriales, la minería, la agricultura, entre otras, provocando la liberación en el medio ambiente de metales pesados, elementos radioactivos, toxinas orgánicas y productos farmacéuticos, se suman hoy día a las amenazas que ponen en peligro la calidad del agua y la salud de las personas y ecosistemas.
De acuerdo con la Unesco, las sequías prolongadas en ecosistemas frágiles, como las regiones áridas y semiáridas, disminuyen la capacidad de éstos de diluir el agua contaminada y mantener el equilibrio de las funciones naturales. Por su parte, en las zonas costeras, ecosistemas como los manglares, los lechos de algas y los arrecifes de coral vienen desapareciendo a causa de la contaminación. Una vez afectados, estos ecosistemas no pueden combatir los efectos del cambio climático, por lo que su capacidad de servir de criaderos y viveros, protectores contra tormentas y sumideros azules de carbono se reduce alarmantemente.
El cambio climático -cuyas repercusiones se traducen en inundaciones y sequías frecuentes o prolongadas- y el crecimiento del número de fuentes de contaminación, dado por el crecimiento demográfico y los cambios en las pautas de producción y consumo que han conllevado a la expansión de los procesos industriales, la minería, la agricultura, entre otras, provocando la liberación en el medio ambiente de metales pesados, elementos radioactivos, toxinas orgánicas y productos farmacéuticos, se suman hoy día a las amenazas que ponen en peligro la calidad del agua y la salud de las personas y ecosistemas.
De acuerdo con la Unesco, las sequías prolongadas en ecosistemas frágiles, como las regiones áridas y semiáridas, disminuyen la capacidad de éstos de diluir el agua contaminada y mantener el equilibrio de las funciones naturales. Por su parte, en las zonas costeras, ecosistemas como los manglares, los lechos de algas y los arrecifes de coral vienen desapareciendo a causa de la contaminación. Una vez afectados, estos ecosistemas no pueden combatir los efectos del cambio climático, por lo que su capacidad de servir de criaderos y viveros, protectores contra tormentas y sumideros azules de carbono se reduce alarmantemente.
Objetivos del Milenio: un gran reto
A pesar del avance que ha logrado la comunidad internacional, comprometida con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), cuya meta es reducir a la mitad del número de personas sin acceso al vital líquido de forma segura para 2015, aún en el mundo unas mil cien millones de personas no tienen al alcance una fuente mejorada de abastecimiento de agua, y alrededor de 2 mil 600 millones carecen de acceso a servicios de saneamiento mejorados.
Según datos de las Naciones Unidos, para lograr la meta de estos objetivos es necesario que en el mundo se proporcionen anualmente acceso a servicios de saneamiento mejorados a 173 millones de personas, lo que representa un costo anual de 11 mil 300 millones de dólares. También, se requiere que los países desarrollen políticas y prácticas de gestión sostenible de los recursos hídricos que aborden los problemas relativos a la calidad de agua.
A pesar del avance que ha logrado la comunidad internacional, comprometida con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), cuya meta es reducir a la mitad del número de personas sin acceso al vital líquido de forma segura para 2015, aún en el mundo unas mil cien millones de personas no tienen al alcance una fuente mejorada de abastecimiento de agua, y alrededor de 2 mil 600 millones carecen de acceso a servicios de saneamiento mejorados.
Según datos de las Naciones Unidos, para lograr la meta de estos objetivos es necesario que en el mundo se proporcionen anualmente acceso a servicios de saneamiento mejorados a 173 millones de personas, lo que representa un costo anual de 11 mil 300 millones de dólares. También, se requiere que los países desarrollen políticas y prácticas de gestión sostenible de los recursos hídricos que aborden los problemas relativos a la calidad de agua.
Consumir racionalmente
Una realidad a la que no escapa Venezuela es a la de la demanda mundial del vital líquido, que según estimaciones de las Naciones Unidas, en el año 2025, será de un 56% más que el suministro disponible, lo que sumado al recalentamiento global y al fenómeno de Calentamiento del Océano Pacífico Ecuatorial (COPE), conocido como “El Niño”, afecta la producción de agua en esta primera década del siglo XXI.
Por tanto, en el país el llamado del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente (Minamb) es al uso racional del vital líquido, que para consumo humano representa alrededor del uno por ciento total de agua del planeta. Entre las recomendaciones para ahorrar agua, el referido despacho citó las siguientes:
Lave los vegetales en un envase con agua, que luego puede usarse para regar las plantas.
Al lavar los platos y ollas, enjabone todo de una vez y luego enjuague.
Si coloca una botella plástica llena de arena dentro del tanque de la poceta, estará ahorrando en agua el equivalente a la arena, cada vez que baje la palanca.
Use la lavadora con la carga de ropa completa y con la cantidad justa de detergente para gastar menos agua en el enjuague y contaminar menos el ambiente.
Si ve un bote de agua potable en la calle, repórtelo de inmediato al 0800 POTABLE.
Poniendo en práctica estas medidas, también podrá ahorrar electricidad, pues los sistemas de distribución del vital líquido se requiere un proceso de bombeo eléctrico para que las aguas fluyan por las tuberías desde los embalses hasta las grandes ciudades y centros poblados.
Una realidad a la que no escapa Venezuela es a la de la demanda mundial del vital líquido, que según estimaciones de las Naciones Unidas, en el año 2025, será de un 56% más que el suministro disponible, lo que sumado al recalentamiento global y al fenómeno de Calentamiento del Océano Pacífico Ecuatorial (COPE), conocido como “El Niño”, afecta la producción de agua en esta primera década del siglo XXI.
Por tanto, en el país el llamado del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente (Minamb) es al uso racional del vital líquido, que para consumo humano representa alrededor del uno por ciento total de agua del planeta. Entre las recomendaciones para ahorrar agua, el referido despacho citó las siguientes:
Lave los vegetales en un envase con agua, que luego puede usarse para regar las plantas.
Al lavar los platos y ollas, enjabone todo de una vez y luego enjuague.
Si coloca una botella plástica llena de arena dentro del tanque de la poceta, estará ahorrando en agua el equivalente a la arena, cada vez que baje la palanca.
Use la lavadora con la carga de ropa completa y con la cantidad justa de detergente para gastar menos agua en el enjuague y contaminar menos el ambiente.
Si ve un bote de agua potable en la calle, repórtelo de inmediato al 0800 POTABLE.
Poniendo en práctica estas medidas, también podrá ahorrar electricidad, pues los sistemas de distribución del vital líquido se requiere un proceso de bombeo eléctrico para que las aguas fluyan por las tuberías desde los embalses hasta las grandes ciudades y centros poblados.
Responsabilidad compartida
La tarea no sólo corresponde a las autoridades públicas, pues la protección de las fuentes de agua es responsabilidad de todos. En ese sentido, se hace indispensable que tanto los sectores públicos como privados, como personas individuales, organizaciones internacionales, no gubernamentales y la sociedad en pleno, adopten medidas para prevenir el deterioro de la calidad del agua.
“ El agua limpia es vida. Ya contamos con los conocimientos tecnológicos y la capacidad para lograrla. Tengamos ahora la voluntad de hacerlo. La vida y la prosperidad de las personas dependen de cuanto hagamos hoy como custodios, y no como contaminadores, de este preciado recurso: nuestra agua limpia”, es el llamado de la ONU en este día mundial
La tarea no sólo corresponde a las autoridades públicas, pues la protección de las fuentes de agua es responsabilidad de todos. En ese sentido, se hace indispensable que tanto los sectores públicos como privados, como personas individuales, organizaciones internacionales, no gubernamentales y la sociedad en pleno, adopten medidas para prevenir el deterioro de la calidad del agua.
“ El agua limpia es vida. Ya contamos con los conocimientos tecnológicos y la capacidad para lograrla. Tengamos ahora la voluntad de hacerlo. La vida y la prosperidad de las personas dependen de cuanto hagamos hoy como custodios, y no como contaminadores, de este preciado recurso: nuestra agua limpia”, es el llamado de la ONU en este día mundial
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