¿Mercado capitalista o mercado socialista?
El capitalismo es la peor plaga que azota el mundo y jamás podremos convivir capitalistas y socialistas, debemos luchar contra ellos con el látigo en la mano y sacarlos del templo y del mercado.
Raúl Bracho
Le decía nuestro Comandante Presidente al Vice Elias Jaua, que tendríamos que buscar un nuevo vocablo para cambiar la palabra mercado, ya que ésta es sinónimo de capitalismo. Menudo trabajo, Elías.
El mercado es el lugar donde se reúnen los mercaderes para ofertar sus mercancías desde más allá de la antigua Persia. Una vez concebida la moneda como unidad de cambio, ésta abre el camino para las plazas, en donde se instalan tarantines y donde todos podemos cambiar nuestras monedas por las mercancías que colocan en ellas los mercaderes, comerciantes, marchantes o como quiera que les llamemos. Yo creo que fue un compromiso mucho más serio. Si bien es cierto que nuestro Comandante Presidente tiene toda la razón en lo que se entiende por mercado, no creo que baste tan sólo un cambio de nombre, creo que debemos ir más allá y entender que hay que cambiar un concepto.
Con Marx, con Cristo y con Bolívar fue el título de Las líneas de Chávez de hoy, reflexiones de donde nació mi idea de escribir estas rayas, manteniendo la distancia y el respeto con mi Comandante. Dijo que él era muy cuidadoso al escoger el título, yo comparto su opinión, el título es un puñetazo en los ojos del lector, lo atrapa y ya su sola lectura debe dejarle el sabor de lo que allí está escrito.
Recordaba entonces a Cristo con un látigo en la mano sacando a los mercaderes del templo, a Marx desarmando el engranaje del capitalismo en los gruesos tomos del Capital y a Bolívar invirtiendo sus heredadas fortunas en la liberación de la América. Más allá de lo claro del bolivarianismo de nuestra revolución, la unión en su boca de Marx y de Cristo, como voceros del socialismo no deja de tener algunas contradicciones en la opinión de nuestra militancia, es conocido por todos que las dos corrientes más fuertes de nuestro PSUV son los marxistas por un lado y los cristianos por el otro. No ha sido tan fácil esa unión que siempre expresa nuestro comandante y creo que mucho tiene que ver el bendito vocablo “mercado” en que exista esta separación.
El mercado es donde vamos a comprar las cosas que necesitamos, es el lugar en donde se nos roba, en donde el precio que se le asigna a la mercancía incluye ya el valor de ganancia con el que se beneficiará el fabricante o el mercader con la mercancía fabricada o manufacturada por una clase obrera que no viene al mercado a vender lo que hace. Ya una vez se me increpó por hablar de dinero capitalista y de dinero socialista, un conocido historiador me increpó diciéndome que la palabra dólar es sinónimo de capitalismo, yo le dije y sigo diciendo que el dinero lo creó el hombre como unidad de cambio y que el cambio de mercancías, aun por medio de un signo monetario, no tiene que ser explotador o capitalista, es cuando en la cantidad de dinero, sean Bs.F. o yenes, o dólares, se incluye la plusvalía, cuando el precio expresa una apropiación por parte del patrón o mercader sobre el valor real de lo conseguido, creado o manufacturado por los obreros o campesinos, cuando podemos hablar de capitalismo.
Yo he defendido e impulso la ofensiva estatista sobre grandes medios de fabricación, distribución y venta de mercancías por parte de la Revolución Bolivariana, así como aplaudo el ataque contra los terratenientes y el apoderarse de la tierra para garantizar la libertad alimentaria, de igual manera lo hago con los sistemas de distribución y venta que accesan al pueblo. ¿Cómo vamos a pasar por encima de los mercaderes? ¿Cómo va a saber y disfrutar el pueblo de una mercancía en la que no existe el costo de la explotación y la ganancia? ¿Es que acaso suprimiremos el dinero y volveremos al trueque?
Yo aplaudo todo el esfuerzo que realiza el Inder, Mercal, Min. De Tierras, Indepabis y otros por atacar de frente a la maquinaria capitalista criolla, les he pedido más humanidad sobre todo, que lo más importante no es que cosechemos nuestros alimentos sino más aun que quien los coseche tenga una vida cada vez más digna, que más importante que Mercal nos ofrezca mercancías más baratas es que además las ofrezca con dignidad y sin colas enormes en las que he visto a mujeres y niños tener que calarse el inclemente sol del Zulia, por poner un ejemplo, donde se aprenda del capitalismo algo que ellos llaman confort y que no hemos aprendido que debemos copiar para ofrecer los alimentos a precios dignos pero en condiciones dignas, estaría muy feliz si la cadena de automercados CADA que pasó a manos del estado revolucionario se convirtieran en Mercales donde el pueblo tenga acceso a mercancía sin el robo y la explotación, pero con dignidad en el trato y en el ámbito en que ésta se le brinda.
¿Otra palabra que no sea mercado? Yo creo que es más fácil y sencillo entender que el problema no es la adquisición de mercancías, no es la compra y la venta, pues allí el dinero facilita el proceso enormemente, se puede y se tiene que mercar, pero esto no podemos permitir que quede asociado a robar, que cada mercado socialista, sea una escuela donde el pueblo sienta en su bolsillo, como lo hace hoy en día, lo que es comprar sin el precio del ladrón capitalista que se lucra con el trabajo de los campesinos u obreros que son quienes producen la mercancía que estamos comprando.
A pesar de que presiento la avalancha que se me vendrá nuevamente encima, no creo en un socialismo romántico, ni creo que el pueblo sea lo que está esperando, el socialismo es fundamentalmente mejoras en la vida, mejoras sustanciales y estructurales. Cuando creamos Comerso, estamos rompiendo el concepto de mercado capitalista y estamos abriendo el concepto de mercado socialista. El socialismo no podrá vivir sin mercados, nadie podrá hacerlo, todos necesitamos alimentos, ropa e insumos y por tanto debe haber un lugar de acopio y de oferta. Como país igualmente estamos en los mercados internacionales, allí se acusa a China de capitalista, igual a Chávez por traer a la Chevrón, son los ataques de mentes obtusas que viven en blanco y negro, no es con quien se hacen las cosas sino las condiciones bajo las cuales se hacen las cosas, no es no hacer negocios o mercados, sino las condiciones que determinan ese mercado.
Tampoco el concepto de que si se bajan los precios, eso es socialismo, no, no es socialismo, es un resultado del socialismo, es producto de una nueva visión donde la ganancia personal se desvanece, donde el robo y la apropiación del trabajo desaparecen y por lo tanto baja el precio porque en el mercado socialista el precio no acepta el valor de la ganancia máxima sino la del valor de costo mas el del mantenimiento de la empresa socialista que genera esa producción.
Socialismo es un cambio de valores en el ser humano, antes que cualquier otra connotación, es el humanismo, la solidaridad, el colectivismo, el sentimiento social, la comuna, el grupo, la unión enfrentados a los viejos valores del yoismo, del egoísmo, de la inhumanidad, de la explotación, del salvajismo y de la violencia.
Cristo fue implacable contra los mercaderes en el templo, a latigazos y a patadas sacó sus mercancías a la calle, entonces fustigaba a los ladrones, a los especuladores y explotadores, el cristianismo no podrá entenderse como un samaritanismo dadivoso, como un asistencialismo a los pobres, no, ¡nunca eso será cristianismo! Debe ser tan radical como el marxismo y eso debemos entenderlos todos: el capitalismo es la peor plaga que azota el mundo y jamás podremos convivir capitalistas y socialistas, debemos luchar contra ellos con el látigo en la mano y sacarlos del templo y del mercado.
Pido que se acentúe la estatización camarada Comandante Presidente, y que cada mercado, o el nombre que le pongamos, sea una escuela más, que el pueblo empiece a ver el socialismo, el mercado socialista, la economía socialista llevándole alimento, educación, salud y transporte a la puerta de su casa, a bajos precios y con dignidad y felicidad, eso es lo que dirá a todos que la revolución toca la puerta de nuestras casas.
Solo el Poder Popular expresado en salud preventiva, en vivienda social, en educación integral y en empresas socialistas y mercados socialistas generarán la fortaleza de la conciencia que está brotando en todas nuestras patrias.
Venceremos.
El capitalismo es la peor plaga que azota el mundo y jamás podremos convivir capitalistas y socialistas, debemos luchar contra ellos con el látigo en la mano y sacarlos del templo y del mercado.
Raúl Bracho
Le decía nuestro Comandante Presidente al Vice Elias Jaua, que tendríamos que buscar un nuevo vocablo para cambiar la palabra mercado, ya que ésta es sinónimo de capitalismo. Menudo trabajo, Elías.
El mercado es el lugar donde se reúnen los mercaderes para ofertar sus mercancías desde más allá de la antigua Persia. Una vez concebida la moneda como unidad de cambio, ésta abre el camino para las plazas, en donde se instalan tarantines y donde todos podemos cambiar nuestras monedas por las mercancías que colocan en ellas los mercaderes, comerciantes, marchantes o como quiera que les llamemos. Yo creo que fue un compromiso mucho más serio. Si bien es cierto que nuestro Comandante Presidente tiene toda la razón en lo que se entiende por mercado, no creo que baste tan sólo un cambio de nombre, creo que debemos ir más allá y entender que hay que cambiar un concepto.
Con Marx, con Cristo y con Bolívar fue el título de Las líneas de Chávez de hoy, reflexiones de donde nació mi idea de escribir estas rayas, manteniendo la distancia y el respeto con mi Comandante. Dijo que él era muy cuidadoso al escoger el título, yo comparto su opinión, el título es un puñetazo en los ojos del lector, lo atrapa y ya su sola lectura debe dejarle el sabor de lo que allí está escrito.
Recordaba entonces a Cristo con un látigo en la mano sacando a los mercaderes del templo, a Marx desarmando el engranaje del capitalismo en los gruesos tomos del Capital y a Bolívar invirtiendo sus heredadas fortunas en la liberación de la América. Más allá de lo claro del bolivarianismo de nuestra revolución, la unión en su boca de Marx y de Cristo, como voceros del socialismo no deja de tener algunas contradicciones en la opinión de nuestra militancia, es conocido por todos que las dos corrientes más fuertes de nuestro PSUV son los marxistas por un lado y los cristianos por el otro. No ha sido tan fácil esa unión que siempre expresa nuestro comandante y creo que mucho tiene que ver el bendito vocablo “mercado” en que exista esta separación.
El mercado es donde vamos a comprar las cosas que necesitamos, es el lugar en donde se nos roba, en donde el precio que se le asigna a la mercancía incluye ya el valor de ganancia con el que se beneficiará el fabricante o el mercader con la mercancía fabricada o manufacturada por una clase obrera que no viene al mercado a vender lo que hace. Ya una vez se me increpó por hablar de dinero capitalista y de dinero socialista, un conocido historiador me increpó diciéndome que la palabra dólar es sinónimo de capitalismo, yo le dije y sigo diciendo que el dinero lo creó el hombre como unidad de cambio y que el cambio de mercancías, aun por medio de un signo monetario, no tiene que ser explotador o capitalista, es cuando en la cantidad de dinero, sean Bs.F. o yenes, o dólares, se incluye la plusvalía, cuando el precio expresa una apropiación por parte del patrón o mercader sobre el valor real de lo conseguido, creado o manufacturado por los obreros o campesinos, cuando podemos hablar de capitalismo.
Yo he defendido e impulso la ofensiva estatista sobre grandes medios de fabricación, distribución y venta de mercancías por parte de la Revolución Bolivariana, así como aplaudo el ataque contra los terratenientes y el apoderarse de la tierra para garantizar la libertad alimentaria, de igual manera lo hago con los sistemas de distribución y venta que accesan al pueblo. ¿Cómo vamos a pasar por encima de los mercaderes? ¿Cómo va a saber y disfrutar el pueblo de una mercancía en la que no existe el costo de la explotación y la ganancia? ¿Es que acaso suprimiremos el dinero y volveremos al trueque?
Yo aplaudo todo el esfuerzo que realiza el Inder, Mercal, Min. De Tierras, Indepabis y otros por atacar de frente a la maquinaria capitalista criolla, les he pedido más humanidad sobre todo, que lo más importante no es que cosechemos nuestros alimentos sino más aun que quien los coseche tenga una vida cada vez más digna, que más importante que Mercal nos ofrezca mercancías más baratas es que además las ofrezca con dignidad y sin colas enormes en las que he visto a mujeres y niños tener que calarse el inclemente sol del Zulia, por poner un ejemplo, donde se aprenda del capitalismo algo que ellos llaman confort y que no hemos aprendido que debemos copiar para ofrecer los alimentos a precios dignos pero en condiciones dignas, estaría muy feliz si la cadena de automercados CADA que pasó a manos del estado revolucionario se convirtieran en Mercales donde el pueblo tenga acceso a mercancía sin el robo y la explotación, pero con dignidad en el trato y en el ámbito en que ésta se le brinda.
¿Otra palabra que no sea mercado? Yo creo que es más fácil y sencillo entender que el problema no es la adquisición de mercancías, no es la compra y la venta, pues allí el dinero facilita el proceso enormemente, se puede y se tiene que mercar, pero esto no podemos permitir que quede asociado a robar, que cada mercado socialista, sea una escuela donde el pueblo sienta en su bolsillo, como lo hace hoy en día, lo que es comprar sin el precio del ladrón capitalista que se lucra con el trabajo de los campesinos u obreros que son quienes producen la mercancía que estamos comprando.
A pesar de que presiento la avalancha que se me vendrá nuevamente encima, no creo en un socialismo romántico, ni creo que el pueblo sea lo que está esperando, el socialismo es fundamentalmente mejoras en la vida, mejoras sustanciales y estructurales. Cuando creamos Comerso, estamos rompiendo el concepto de mercado capitalista y estamos abriendo el concepto de mercado socialista. El socialismo no podrá vivir sin mercados, nadie podrá hacerlo, todos necesitamos alimentos, ropa e insumos y por tanto debe haber un lugar de acopio y de oferta. Como país igualmente estamos en los mercados internacionales, allí se acusa a China de capitalista, igual a Chávez por traer a la Chevrón, son los ataques de mentes obtusas que viven en blanco y negro, no es con quien se hacen las cosas sino las condiciones bajo las cuales se hacen las cosas, no es no hacer negocios o mercados, sino las condiciones que determinan ese mercado.
Tampoco el concepto de que si se bajan los precios, eso es socialismo, no, no es socialismo, es un resultado del socialismo, es producto de una nueva visión donde la ganancia personal se desvanece, donde el robo y la apropiación del trabajo desaparecen y por lo tanto baja el precio porque en el mercado socialista el precio no acepta el valor de la ganancia máxima sino la del valor de costo mas el del mantenimiento de la empresa socialista que genera esa producción.
Socialismo es un cambio de valores en el ser humano, antes que cualquier otra connotación, es el humanismo, la solidaridad, el colectivismo, el sentimiento social, la comuna, el grupo, la unión enfrentados a los viejos valores del yoismo, del egoísmo, de la inhumanidad, de la explotación, del salvajismo y de la violencia.
Cristo fue implacable contra los mercaderes en el templo, a latigazos y a patadas sacó sus mercancías a la calle, entonces fustigaba a los ladrones, a los especuladores y explotadores, el cristianismo no podrá entenderse como un samaritanismo dadivoso, como un asistencialismo a los pobres, no, ¡nunca eso será cristianismo! Debe ser tan radical como el marxismo y eso debemos entenderlos todos: el capitalismo es la peor plaga que azota el mundo y jamás podremos convivir capitalistas y socialistas, debemos luchar contra ellos con el látigo en la mano y sacarlos del templo y del mercado.
Pido que se acentúe la estatización camarada Comandante Presidente, y que cada mercado, o el nombre que le pongamos, sea una escuela más, que el pueblo empiece a ver el socialismo, el mercado socialista, la economía socialista llevándole alimento, educación, salud y transporte a la puerta de su casa, a bajos precios y con dignidad y felicidad, eso es lo que dirá a todos que la revolución toca la puerta de nuestras casas.
Solo el Poder Popular expresado en salud preventiva, en vivienda social, en educación integral y en empresas socialistas y mercados socialistas generarán la fortaleza de la conciencia que está brotando en todas nuestras patrias.
Venceremos.
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