jueves, 11 de marzo de 2010

VENEZUELA RECHAZA LA ACUSACIÓN DEL JUEZ ESPAÑOL ELOY VELASCO

VENEZUELA RECHAZA LA ACUSACIÓN DEL JUEZ ESPAÑOL ELOY VELASCO
Tomado de: “Desde la otra Orilla”
La Asamblea Nacional, el Presidente de la República, la Cancillería, la Embajada en España y este Consulado General en Santa Cruz de Tenerife han manifestado de manera reiterada y rotunda nuestro rechazo a lo señalado por el juez de la Audiencia Nacional española, Eloy Velasco, donde se consideraba que existan indicios de que el Gobierno de Venezuela hubiera colaborado con grupos como ETA y las FARC.
Consideramos que este hecho forma parte de una campaña orquestada desde grupos de la derecha española con la intención de desacreditar a nuestro Gobierno en un hoja de ruta que proviene desde tiempos pasados, que continúa activa y que cuenta con el apoyo de medios informativos al servicio de dicha causa.
De igual forma rechazamos las acusaciones de que el Gobierno venezolano tenga relación alguna con grupos terroristas y recordamos que la presencia de ciudadanos de procedencia vasca en Venezuela, responde a un acuerdo entre el ex presidente español, Felipe González y el ex presidente venezolano, Carlos Andrés Pérez y que data de hace 21 años.
Reiterar las palabras pronunciadas por el Presidente de la República, Hugo Chávez Frías, quien rechazó cualquier posibilidad de que el Gobierno venezolano ofrezca aclaraciones por este asunto ante la irresponsabilidad y carencia de fundamento de lo señalado por el mencionado juez Velasco. El Presidente destacó que “merecemos respeto y exigimos respeto”.
Igualmente reseñar lo apuntado por el Embajador ante el Reino de España, Isaías Rodríguez, cuando señala que “somos una nación pacífica y tenemos un proceso socialista y humanista absolutamente democrático. Estamos muy lejos de cualquier acción que pueda implicar actos de terrorismo”.
El Cónsul General, David Nieves Banchs, también declaró recientemente que estos hechos se deben a una agenda oculta puesta en marcha por fascistas disfrazados de demócratas, pero que en ningún caso conseguirán desestabilizar nuestro proceso de transformación revolucionaria en pro de una plena justicia social.
En este sentido también quiso recordar que ser revolucionario no significa tener simpatías con grupos terroristas, si bien consideró que en estos tiempos que corren si Simón Bolívar estuviera vivo muy probablemente sería catalogado como terrorista por ciertos sectores.

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