lunes, 26 de octubre de 2009

A 27 años de la desaparición física de una de las mentes mas lúcidas de la izquierda venezolana: Alfredo Maneiro

“Insistir en la necesidad de un partido
24 de Octubre Se cumplen 27 años de la desaparición física de una de las mentes más lúcidas de la izquierda venezolana: Alfredo Maneiro
Roberto Malaver
—Maneiro, ¿qué es la Causa R?
—Es el resultado de una división inexacta.
Después de que el Partido Comunista se dividió en 1971, y muchos de sus dirigentes se fueron a crear el Movimiento al Socialismo, Alfredo Maneiro, en 1972 decidió entrar a estudiar en la Universidad Central de Venezuela, se fue a la Escuela de Filosofía, y en1977 se gradúa con una tesis acerca de Maquiavelo. Después se quedó como profesor de la materia Problemas filosóficos contemporáneos, en la Escuela de Comunicación Social.
Antes había estudiado Derecho en la Universidad del Zulia. Y más adelante, como militante del PCV, se fue a la guerrilla. Primero estuvo en Mérida, intentado crear un ejército para conquistar el poder. Luego apareció en Monagas, como el comandante Tomás. Luego vinieron las discusiones y la división del PCV, “donde nos encontramos en una situación difícil. Éramos muy pocos; del Comité Central del PVC y del Comité Central del MAS, el único era yo; de los que en la jerga comunista, y también marxista, se llaman: ‘cuadros medios’, había dos o tres más; y de los que en ambas jergas se conoce como ‘activistas de base’ había cuatro o cinco adicionales. Total, éramos un grupito, una docena escasa”.
Y sigue diciendo Maneiro: “Las luchas internas en partidos de izquierda (PCV-MAS) tienden a producir un tipo de polémica vil, en la que una persona termina siendo despedazada y nunca se sabe ni el curso del despedazamiento, ni por qué fue, y donde la polémica franca y real es sustituida por esa discusión bastarda que si yo sé quién se robó una plata, que si yo sé quién se acuesta con la mujer de fulano, yo sé quién tiene un carro que no se corresponde con su condición de militante; todo tipo de cosas que producen polémicas feroces, por la vía justamente de rehuir toda polémica seria”.
Inteligente y mordaz. Rápido en la respuesta y en el pensamiento. Alfredo Maneiro entonces con ese grupito de compañeros: “Decidimos no crear una tercera organización, sino eso que plantemos en mi libro Notas negativas, insistir en la necesidad de un partido en permanente formación”.
Maneiro El analista político
Llegaba a clases en la Escuela de Comunicación y caminaba apuradito hasta el salón de clases.
Encendía su cigarro y comenzaba a caminar en torno a la mesa. Hablaba de los griegos y siempre sus argumentos eran contundentes.
Cuando le preguntaron acerca de la lucha armada en Venezuela dijo: “La lucha armada comienza, en mi opinión, con una provocación de Rómulo Betancourt. La lucha armada fue un invento de Betancourt. Él toma el poder encabezando una coalición que suma el 92% de los votos y construye un gobierno que era el gobierno de todo el país.
Pero estaba en el interés de Betancourt, radicalizar los enfrentamientos, profundizar las oposiciones, marcar con cierto hierro el desarrollo de la sociedad venezolana, meterla por un callejón. Y entonces, de una manera brutal, cuando el país venía del 23 de enero, acostumbrado a que las formas democráticas de lucha no eran solo la expresión electoral de ella, sino también la movilización de calle, y todas las otras formas que se reconocían como auténticas y legítimas, Betancourt arremete contra ellas”.
Y vuelve para ratifi car su pensamiento: “Ahora bien, cuando digo que la lucha armada es un período cancelado, no quiero que se entienda, por favor, no repetible. Lo que quiero decir es que en esta época la tarea no es soplar las brasas que quedaron del incendio, sino reunir la leña para el incendio que viene”.
Maneiro El creador de la Causa R
Después de terminada la clase, Maneiro salía rumbo al cafetín de la escuela, y allí su palabra seguía dando clases de política. Y contaba: “Nosotros decíamos que la vanguardia debía ser definida desde atrás. Poco antes Pompeyo había definido la vanguardia con una serie de características, que en su opinión debía tener, ser flexible pero recta, audaz pero prudente, que debe ser yo no sé qué cosa, pero lo contrario, y así, nosotros decíamos que por vanguardia revolucionaria, en definitiva, se entendía a un grupo de hombres del cual otros aceptan conscientemente la dirección”.
Y deja el ejemplo: “Tú pones a unos muchachos, se ponen ellos, a jugar beisbol en una barriada, y a la vuelta de media hora de juego ya hay uno de ellos que dice: ‘Chico, tú bateas corto, batea de primero, tú que les das duro, ponte ahí de cuarto, tú que fildeas bien, te metes en el short stop’, se desgaja una parte del conjunto, que empieza a asumir los intereses del colectivo y funciona como dirección”.
Maneiro sigue desarrollando su tesis. “Estaban Guayana, la Universidad y Catia, y decidimos ir conscientemente al encuentro de ese liderazgo popular que se estaba produciendo… en la universidad, con dos hombres apenas, Rosales y Lira, comenzamos a sacar el periódico Prag, donde comenzamos a presentar un paquete de ideas manejadas por nosotros...
En Sidor comenzamos a publicar Matancero, un esfuerzo considerable y costoso, con un solo hombre allá. Después sacamos Catia 83, que hasta donde yo sé es el único periódico de esta naturaleza que salió en Catia en su historia”.
Entonces llega adonde quería. Aportando historia y esfuerzo. Dice: “Así comienza a funcionar la Causa R, como un complejo de organizaciones donde hay una especie de mínimo acuerdo ideológico y político que liga al conjunto”.
Después, con esa contundencia típica de su pensamiento dice: “Las democracias parecen una forma política que protege esta sociedad contra un cambio profundo e irreversible de las relaciones humanas”.

Maneiro Jorge Olavarría es nuestro candidato
A principios de 1982 Jorge Olavarría estaba dirigiendo la revista Resumen. Y tenía planteada una lucha contra los concejos municipales, a los que consideraba ilegales. Y un día dijo Olavarría que escuchó a Alfredo Maneiro y le pareció una de las mentes más lúcidas del país. “Hablar con Alfredo Maneiro es deleitarse en conocer un pensamiento crítico y audaz. Yo estoy dispuesto a acompañarlo en esta gesta”.
Y Maneiro fue al Parque Central y allí dio un discurso donde decía por qué la Causa R apoyaba a Jorge Olavarría para la Presidencia, en 1983. Y entre las cosas que decía era porque Olavarría para ese momento estaba haciendo lo que la izquierda no hacía.
Vinieron las discusiones y las críticas y cuando le preguntaban a Maneiro que por qué apoyaba a ese loco, Maneiro decía: “Ese es un loco con talento”. Y después explicaba filosóficamente. “El agua que está en la cresta de la ola no es la misma, tiende a cambiar, llega un momento en que el agua que está muy abajo, sube y se pone en la cresta de la ola, nosotros nos vamos a colocar en la cresta de la ola”.

Maneiro El filósofo que nos daba clases
Una tarde, cuando me encontraba con Maneiro en el cafetín de la Escuela de Comunicación Social, llegó un alumno de la Escuela de Filosofía y se acercó y le dijo:
—Profesor, disculpe que no lo había visualizado en el entorno social del cafetín.
Y Maneiro rápidamente le dijo:
—Y tan fácil que es decir, “profesor no lo había visto”.
Tenía sentido del humor. Su visión política era constantemente crítica. Un día llegó a clases con una entrevista de Oriana Fallaci y otra de una periodista de El Nacional. Y comentó.
“Fíjense en esta entrevista de El Nacional. ‘Se fugan 16 niños de albergue de menores’. Dice el titular. Y luego la periodista entrevista a la directora del albergue y le pregunta: ‘¿Por qué se fugaron?’ Y la directora le contesta: ‘Porque eran niños con mala conducta’. No, decía, Maneiro, por eso es que estaban allí, porque tenían mala conducta, esa no puede ser la respuesta”. Y después mostraba la entrevista de Oriana Fallaci y la ponía de ejemplo.
Maneiro El político que siempre recuerda el presidente Chávez
“Yo estaba a punto de irme para la guerrilla, y se lo dije a Alfredo, y él me dijo: ‘tranquilo Chávez, aguántate que yo vengo de allá. Y la lucha es larga’”.
Así ha contado varias veces el presidente Chávez. También cita lo que decía Alfredo Maneiro acerca de la eficiencia. En fin, que el Presidente dijo que conoció a Maneiro y que era muy inteligente.
Ahora, en el Ministerio del Poder Popular para la Cultura hay una colección de libros que lleva su nombre. En Sidor también hay una planta que lleva el nombre de Alfredo Maneiro. Es decir, que esta Revolución Bolivariana tiene en Alfredo Maneiro a uno de sus mejores hombres.
Maneiro Tu pequeño cadáver de capitán valiente
Nació un 30 de enero de 1937. Y un 24 de octubre —como hoy— de 1982, murió en el Hospital Universitario. Mi amigo, Delfín Pérez, músico y alumno de Maneiro, me llamó y me dijo. “Roberto, parece que se murió Maneiro”. Y salimos rumbo al Hospital Universitario. Allí subimos al piso 3 y luego vimos cuando lo trasladaban en una camilla.
Cuando pasó frente a nosotros, recordé aquello de: “Tu pequeño cadáver de capitán valiente”.
Era Día del Gráfico. No salía periódico ese día. Y Delfín dijo: “Seguro que Maneiro lo quiso así, morir un día que no salía la prensa”.

NOTA: Para desarrollar este trabajo se utilizaron los libros: La lucha armada: hablan 6 comandantes.
Tomo 3. Edic. UCV. De Agustín Blanco Muñoz. Y Escrito con la izquierda. De Iván Loscher Libros Tepuy.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estimados camaradas
Me parece muy interesante el pensamiento de Maneiro. Acá en Argentina desconocemos por completo a este pensador. Lo único que yo he leído fue a partir del libro de Margarita López Maya sobre el proceso venezolano. Es triste comprobar la persistencia de cierta colonialidad de conocmiento entre los latinoamericanos. Si saben alguna forma de conseguir "Notas negativas", informenme.
saludos revolucionarios y viva venezuela!
ICB