Crisis de Octubre 1962
La cara oculta del iceberg
Para muchos, los cohetes soviéticos emplazados en Cuba fueron la causa fundamental de esta crisis, pero nunca se preguntaron las razones de por qué estaban instalados aquí
Por TOMÁS DIEZ ACOSTA
Caía la tarde del 22 de octubre de 1962. Un gran ajetreo tenía lugar en la oficina presidencial de la Casa Blanca, periodistas de todos los medios de prensa buscaban el mejor sitio para colocar sus micrófonos y cámaras de cine o televisión; y escuchar al presidente John F. Kennedy.
(Foto: Fidel en la primera línea de combate)
A la siete en punto, hora de Washington DC, comenzó la alocución. Con tono recriminatorio y lacónico, Kennedy anunció que los soviéticos, de manera súbita y clandestina, estaban instalando bases de misiles ofensivos en Cuba, cuyo objetivo, afirmó, "no puede ser otro que montar una fuerza de ataque nuclear contra el hemisferio occidental", lo que "constituye una evidente amenaza a la paz y a la seguridad de todos los americanos...". A continuación aseveró: "Esta acción contradice también las reiteradas seguridades dadas, pública y privadamente, por los portavoces soviéticos, de que los armamentos instalados en Cuba conservarían su primitivo carácter defensivo y de que la Unión Soviética no tenía necesidad ni deseos de situar misiles estratégicos en el territorio de ninguna otra nación".
Esas palabras, meticulosamente preparadas para justificar moralmente ante la opinión pública norteamericana y del mundo, las ilegales medidas militares que contra Cuba había ordenado, anunciaron el estallido de la más grave crisis ocurrida en la segunda mitad de la pasada centuria. ¿Qué justificación había para imponer a Cuba un bloqueo naval? ¿Acaso Estados Unidos había sido agredido? ¿Cuba había hecho algo ilegal que violara el derecho internacional? No. ¿Acaso, la instalación de los cohetes soviéticos produjo un cambio significativo en el balance estratégico? No. ¿Por qué Estados Unidos se sentía amenazado por los cohetes instalados en Cuba? ¿Acaso la situación de la URSS con respecto a los cohetes norteamericanos en Turquía no era similar? Entonces, ¿por qué estalló una crisis que estuvo a punto de convertirse en una guerra nuclear de consecuencias impredecibles para toda la humanidad?
Las verdaderas causas
Una coherente explicación de las causas de este peligroso acontecimiento hay que buscarla en la derrota sufrida por el Gobierno de Estados Unidos en las arenas de Playa Girón que, entre otras cosas, representó el desmontaje de todo el andamiaje político, militar y subversivo creado por la anterior administración republicana de Eisenhower para intentar derrocar al Gobierno revolucionario cubano.
Sin embargo, esta derrota no significó el abandono del derrotero político de confrontación seguido hasta entonces y la idea de destruir la Revolución Cubana por cualquier medio se convirtió en obsesión de muchos políticos y funcionarios de alto nivel del Gobierno de Estados Unidos, incluidos el presidente John F. Kennedy y su hermano Robert. La guerra secreta contra Cuba continuó y con ese propósito se elaboraron nuevos planes agresivos y se intensificaron las acciones encubiertas y subversivas contra Cuba.
En noviembre de 1961, la Administración norteamericana aprobó un nuevo proyecto contra Cuba que sería denominado Operación Mangosta, su ejecución se extendería a lo largo de todo el año 1962, que incluyó todas las formas posibles de agresión: bloqueo económico, aislamiento político-diplomático, subversión interna, intentos de asesinato de líderes cubanos – particularmente el de Fidel–, guerra psicológica y finalmente, invasión militar.
Frente a este accionar contrarrevolucionario y de hostilidad que presagiaba la agresión militar directa de Estados Unidos, el Gobierno cubano tomó medidas para elevar la capacidad defensiva del país y crear un sistema de seguridad nacional que lo disuadiera de esas intenciones agresivas imperialistas por el alto precio político y en vidas humanas que tendría que pagar si osaba materializar la invasión directa a Cuba.
Por todas estas razones sería imposible analizar las causas de la Crisis de Octubre de 1962, sin tener en cuenta la Operación Mangosta, pues las acciones y medidas que se proyectaron y ejecutaron durante esos meses, sirvieron de argumento a la propuesta soviética de desplegar en Cuba cohetes de alcance medio e intermedio.
Sin embargo, para muchos, las causas de esa crisis radicaban fundamentalmente en los cohetes soviéticos instalados en Cuba y no se preguntan las razones por las que estaban instalados allí. El derecho a la defensa ante las amenazas de agresión exterior no es un derecho único y exclusivo de los países ricos o poderosos, sino de todos los pueblos en el mundo, recogido en la Carta de las Naciones Unidas.
La instalación de los cohetes estuvo determinada por dos razones: la inminencia de una agresión militar directa de Estados Unidos a Cuba y por el propósito de la Unión Soviética de disminuir la gran desventaja que tenía en armamentos nucleares y medios portadores con su principal oponente.
No hubo una verdadera solución
El pueblo se moviliza pero no falta la poesía. El poeta Navarro Luna ofrece su arte a los combatientes
Por suerte para la humanidad, la crisis no devino guerra, las dos superpotencias de la época llegaron a hacer arreglos diplomáticos entre ellas. Pero estos arreglos entre ambas, al no tener en cuenta los cinco puntos propuestos por Cuba, no brindaron una solución que propiciara una paz verdadera en el Caribe, ya que las agresiones de Estados Unidos contra la Isla continuaron y aún se mantienen las posibilidades reales de una agresión militar directa a este territorio. La era de la guerra fría finalizó hace más de tres lustros, pero las crisis y los conflictos armados en el mundo tienden a aumentar, con sus graves consecuencias humanas y ecológicas. No ha cesado la política de las grandes potencias, especialmente de Estados Unidos, tendentes a imponer por la fuerza a los países del llamado Tercer Mundo sus esquemas políticos y económicos, lo cual ha creado como nunca antes grandes desigualdades. La estrategia estadounidense de la guerra global contra el terrorismo, no es más que la máscara, como históricamente ha hecho esa superpotencia, para cubrir sus objetivos geopolíticos de dominación mundial y poner bajo su control los cada vez menos abundantes recursos energéticos e hidráulicos del planeta.
Sírvase este aniversario 47 de la llamada Crisis de los misiles como un recordatorio y llamado a toda la humanidad a la paz y al respeto a los derechos soberanos de cada pueblo a decidir sin intromisión externa el régimen político y económico más conveniente para dar solución a sus problemas internos, sin presiones ni bloqueos de ninguna índole. La solución a los graves problemas que atraviesa el mundo de hoy no tendrá otro camino que la cooperación entre los pueblos y solidaridad humana
La cara oculta del iceberg
Para muchos, los cohetes soviéticos emplazados en Cuba fueron la causa fundamental de esta crisis, pero nunca se preguntaron las razones de por qué estaban instalados aquí
Por TOMÁS DIEZ ACOSTA
Caía la tarde del 22 de octubre de 1962. Un gran ajetreo tenía lugar en la oficina presidencial de la Casa Blanca, periodistas de todos los medios de prensa buscaban el mejor sitio para colocar sus micrófonos y cámaras de cine o televisión; y escuchar al presidente John F. Kennedy.
(Foto: Fidel en la primera línea de combate)
A la siete en punto, hora de Washington DC, comenzó la alocución. Con tono recriminatorio y lacónico, Kennedy anunció que los soviéticos, de manera súbita y clandestina, estaban instalando bases de misiles ofensivos en Cuba, cuyo objetivo, afirmó, "no puede ser otro que montar una fuerza de ataque nuclear contra el hemisferio occidental", lo que "constituye una evidente amenaza a la paz y a la seguridad de todos los americanos...". A continuación aseveró: "Esta acción contradice también las reiteradas seguridades dadas, pública y privadamente, por los portavoces soviéticos, de que los armamentos instalados en Cuba conservarían su primitivo carácter defensivo y de que la Unión Soviética no tenía necesidad ni deseos de situar misiles estratégicos en el territorio de ninguna otra nación".
Esas palabras, meticulosamente preparadas para justificar moralmente ante la opinión pública norteamericana y del mundo, las ilegales medidas militares que contra Cuba había ordenado, anunciaron el estallido de la más grave crisis ocurrida en la segunda mitad de la pasada centuria. ¿Qué justificación había para imponer a Cuba un bloqueo naval? ¿Acaso Estados Unidos había sido agredido? ¿Cuba había hecho algo ilegal que violara el derecho internacional? No. ¿Acaso, la instalación de los cohetes soviéticos produjo un cambio significativo en el balance estratégico? No. ¿Por qué Estados Unidos se sentía amenazado por los cohetes instalados en Cuba? ¿Acaso la situación de la URSS con respecto a los cohetes norteamericanos en Turquía no era similar? Entonces, ¿por qué estalló una crisis que estuvo a punto de convertirse en una guerra nuclear de consecuencias impredecibles para toda la humanidad?
Las verdaderas causas
Una coherente explicación de las causas de este peligroso acontecimiento hay que buscarla en la derrota sufrida por el Gobierno de Estados Unidos en las arenas de Playa Girón que, entre otras cosas, representó el desmontaje de todo el andamiaje político, militar y subversivo creado por la anterior administración republicana de Eisenhower para intentar derrocar al Gobierno revolucionario cubano.
Sin embargo, esta derrota no significó el abandono del derrotero político de confrontación seguido hasta entonces y la idea de destruir la Revolución Cubana por cualquier medio se convirtió en obsesión de muchos políticos y funcionarios de alto nivel del Gobierno de Estados Unidos, incluidos el presidente John F. Kennedy y su hermano Robert. La guerra secreta contra Cuba continuó y con ese propósito se elaboraron nuevos planes agresivos y se intensificaron las acciones encubiertas y subversivas contra Cuba.
En noviembre de 1961, la Administración norteamericana aprobó un nuevo proyecto contra Cuba que sería denominado Operación Mangosta, su ejecución se extendería a lo largo de todo el año 1962, que incluyó todas las formas posibles de agresión: bloqueo económico, aislamiento político-diplomático, subversión interna, intentos de asesinato de líderes cubanos – particularmente el de Fidel–, guerra psicológica y finalmente, invasión militar.
Frente a este accionar contrarrevolucionario y de hostilidad que presagiaba la agresión militar directa de Estados Unidos, el Gobierno cubano tomó medidas para elevar la capacidad defensiva del país y crear un sistema de seguridad nacional que lo disuadiera de esas intenciones agresivas imperialistas por el alto precio político y en vidas humanas que tendría que pagar si osaba materializar la invasión directa a Cuba.
Por todas estas razones sería imposible analizar las causas de la Crisis de Octubre de 1962, sin tener en cuenta la Operación Mangosta, pues las acciones y medidas que se proyectaron y ejecutaron durante esos meses, sirvieron de argumento a la propuesta soviética de desplegar en Cuba cohetes de alcance medio e intermedio.
Sin embargo, para muchos, las causas de esa crisis radicaban fundamentalmente en los cohetes soviéticos instalados en Cuba y no se preguntan las razones por las que estaban instalados allí. El derecho a la defensa ante las amenazas de agresión exterior no es un derecho único y exclusivo de los países ricos o poderosos, sino de todos los pueblos en el mundo, recogido en la Carta de las Naciones Unidas.
La instalación de los cohetes estuvo determinada por dos razones: la inminencia de una agresión militar directa de Estados Unidos a Cuba y por el propósito de la Unión Soviética de disminuir la gran desventaja que tenía en armamentos nucleares y medios portadores con su principal oponente.
No hubo una verdadera solución
El pueblo se moviliza pero no falta la poesía. El poeta Navarro Luna ofrece su arte a los combatientes
Por suerte para la humanidad, la crisis no devino guerra, las dos superpotencias de la época llegaron a hacer arreglos diplomáticos entre ellas. Pero estos arreglos entre ambas, al no tener en cuenta los cinco puntos propuestos por Cuba, no brindaron una solución que propiciara una paz verdadera en el Caribe, ya que las agresiones de Estados Unidos contra la Isla continuaron y aún se mantienen las posibilidades reales de una agresión militar directa a este territorio. La era de la guerra fría finalizó hace más de tres lustros, pero las crisis y los conflictos armados en el mundo tienden a aumentar, con sus graves consecuencias humanas y ecológicas. No ha cesado la política de las grandes potencias, especialmente de Estados Unidos, tendentes a imponer por la fuerza a los países del llamado Tercer Mundo sus esquemas políticos y económicos, lo cual ha creado como nunca antes grandes desigualdades. La estrategia estadounidense de la guerra global contra el terrorismo, no es más que la máscara, como históricamente ha hecho esa superpotencia, para cubrir sus objetivos geopolíticos de dominación mundial y poner bajo su control los cada vez menos abundantes recursos energéticos e hidráulicos del planeta.
Sírvase este aniversario 47 de la llamada Crisis de los misiles como un recordatorio y llamado a toda la humanidad a la paz y al respeto a los derechos soberanos de cada pueblo a decidir sin intromisión externa el régimen político y económico más conveniente para dar solución a sus problemas internos, sin presiones ni bloqueos de ninguna índole. La solución a los graves problemas que atraviesa el mundo de hoy no tendrá otro camino que la cooperación entre los pueblos y solidaridad humana
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