Retornar a Urdaneta
Al doctor Luis Guillermo Hernández, in memoriam
Urdaneta, ante todo, fue un hombre de valores. Leal hasta el sacrificio. Honrado hasta las penurias. Franco y valiente hasta el riesgo extremo.
El 27 de junio de 1826, estando en Maracaibo, le escribe a Páez que ya andaba en plena conspiración anti-bolivariana: “Usted está cercado de malvados y de godos; despierte, mi buen amigo, piense un poco en esta Patria querida, calcule los males inmensos que le va a causar ese paso; imagine por un rato lo que Usted tiene que perder, sus glorias, sus riquezas, su familia, y más que todo sus hijos … víctimas de los depravados intereses de una comunidad de hombres criminales, corrompidos, viles y llenos de tantos vicios como órganos contienen sus cuerpos”.
Eran los días de “La Cosiata”. En esa misma carta, larga y demoledora, Urdaneta destroza radicalmente las lisonjas oportunistas que los paecistas lanzan al Libertador. “Es necesario advertir que el general Bolívar actualmente no pertenece sólo a Colombia; él es un ente que pertenece ya a todo el mundo. Su nombre es ya propiedad de la historia, que es el porvenir de los héroes”.
Así habló el valiente Urdaneta a los enemigos de Bolívar. Pero a su jefe político militar y amigo entrañable desde aquel encuentro en 1813 a orillas del río Zulia, le escribió con sangre en la roca de las edades: “Si con dos hombres basta para emancipar la Patria, pronto estoy a acompañar a Usted”. Era el 18 de mayo de 1813 en La Grita.
La misma determinación que lo acompañó de por vida, tuvo en aquellos infaustos días de la Conspiración Septembrina, cuando los traidores quisieron saciar sus ambiciones malsanas con la sangre de Bolívar. Fiel a su condición bolivariana y como hombre disciplinado en el arte de la guerra, ante la gravedad de los hechos, votó por la pena máxima para los complotados.
Urdaneta es el más leal bolivariano que aún siendo perseguido por los detractores de El Libertador que se enseñorearon con el poder tras su muerte física, concibe, organiza y dirige las actividades tendientes a reivindicar la gigantesca obra del Padre de la Patria y honrar sus restos y su memoria.
Es el servidor público ejemplar cuya honestidad en el manejo de los fondos oficiales le gana la admiración y el reconocimiento de patriotas y contrarios. Transparencia que practica al límite de su fallecimiento al regresar parte de los viáticos que le entregaron para su última misión al servicio de Venezuela.
Libertador del Zulia y Coro, cuando las ingratitudes de la guerra y la política lo apartaron, saboreó el ser buen padre, buen esposo, y humilde agricultor.
Su legado y su ejemplo infinitos, merecen un trato más agradecido del Zulia y la Nación. Siento que Urdaneta es casi silenciado en el discurso oficial. Extrañamente se le ignora. La historiografía centralista ha impuesto una injusta reducción de su gesta. Algo, por cierto, muy anti-bolivariano.
“Mi querido Urdaneta: con la más grande satisfacción he sabido que ha salvado Usted el ejército de Caracas, con el cual podemos decir que ha salvado Usted las esperanzas de la República … yo le doy las gracias en nombre de Venezuela, que si vuelve a ser libertada, deberá a Usted ese beneficio”.
Palabra cierta Libertador, aún Venezuela tiene esa deuda pendiente con Urdaneta.
Ildefonso Finol
Constituyente En el X Aniversario de la Constitución Bolivariana
"... los Estados Unidos que parecen destinados por la providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad..."Simón Bolívar, El Libertador.
Al doctor Luis Guillermo Hernández, in memoriam
Urdaneta, ante todo, fue un hombre de valores. Leal hasta el sacrificio. Honrado hasta las penurias. Franco y valiente hasta el riesgo extremo.
El 27 de junio de 1826, estando en Maracaibo, le escribe a Páez que ya andaba en plena conspiración anti-bolivariana: “Usted está cercado de malvados y de godos; despierte, mi buen amigo, piense un poco en esta Patria querida, calcule los males inmensos que le va a causar ese paso; imagine por un rato lo que Usted tiene que perder, sus glorias, sus riquezas, su familia, y más que todo sus hijos … víctimas de los depravados intereses de una comunidad de hombres criminales, corrompidos, viles y llenos de tantos vicios como órganos contienen sus cuerpos”.
Eran los días de “La Cosiata”. En esa misma carta, larga y demoledora, Urdaneta destroza radicalmente las lisonjas oportunistas que los paecistas lanzan al Libertador. “Es necesario advertir que el general Bolívar actualmente no pertenece sólo a Colombia; él es un ente que pertenece ya a todo el mundo. Su nombre es ya propiedad de la historia, que es el porvenir de los héroes”.
Así habló el valiente Urdaneta a los enemigos de Bolívar. Pero a su jefe político militar y amigo entrañable desde aquel encuentro en 1813 a orillas del río Zulia, le escribió con sangre en la roca de las edades: “Si con dos hombres basta para emancipar la Patria, pronto estoy a acompañar a Usted”. Era el 18 de mayo de 1813 en La Grita.
La misma determinación que lo acompañó de por vida, tuvo en aquellos infaustos días de la Conspiración Septembrina, cuando los traidores quisieron saciar sus ambiciones malsanas con la sangre de Bolívar. Fiel a su condición bolivariana y como hombre disciplinado en el arte de la guerra, ante la gravedad de los hechos, votó por la pena máxima para los complotados.
Urdaneta es el más leal bolivariano que aún siendo perseguido por los detractores de El Libertador que se enseñorearon con el poder tras su muerte física, concibe, organiza y dirige las actividades tendientes a reivindicar la gigantesca obra del Padre de la Patria y honrar sus restos y su memoria.
Es el servidor público ejemplar cuya honestidad en el manejo de los fondos oficiales le gana la admiración y el reconocimiento de patriotas y contrarios. Transparencia que practica al límite de su fallecimiento al regresar parte de los viáticos que le entregaron para su última misión al servicio de Venezuela.
Libertador del Zulia y Coro, cuando las ingratitudes de la guerra y la política lo apartaron, saboreó el ser buen padre, buen esposo, y humilde agricultor.
Su legado y su ejemplo infinitos, merecen un trato más agradecido del Zulia y la Nación. Siento que Urdaneta es casi silenciado en el discurso oficial. Extrañamente se le ignora. La historiografía centralista ha impuesto una injusta reducción de su gesta. Algo, por cierto, muy anti-bolivariano.
“Mi querido Urdaneta: con la más grande satisfacción he sabido que ha salvado Usted el ejército de Caracas, con el cual podemos decir que ha salvado Usted las esperanzas de la República … yo le doy las gracias en nombre de Venezuela, que si vuelve a ser libertada, deberá a Usted ese beneficio”.
Palabra cierta Libertador, aún Venezuela tiene esa deuda pendiente con Urdaneta.
Ildefonso Finol
Constituyente En el X Aniversario de la Constitución Bolivariana
"... los Estados Unidos que parecen destinados por la providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad..."Simón Bolívar, El Libertador.
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