Carlos Azpúrua a propósito del estreno de su documental “América tiene alma”
(...)Los indios no tienen alma, hijo mío. No son seres humanos. Son salvajes sin Dios. Tu misión es divina. No matas a un ser humano cuando matas a uno de ellos. Matas una cosa(...)”.
De acuerdo al escritor, ensayista y guionista argentino José Pablo Feinmann en su libro “América Latina, origen y despojo” éstos eran parte de los argumentos con los que los sacerdotes de la conquista convencían a los españoles para “matar indios sin culpa”. Sin embargo, fueron también ideas que inspiraron al cineasta Carlos Azpúrua para demostrar exactamente lo contrario, a través de la realización de su nuevo documental “América tiene alma”, obra de 70 minutos que estrenará el próximo jueves, 15 de octubre a las 7:00 pm en PDVSA Centro de Arte La Estancia.
Azpúrua se ha destacado por su calidad cinematográfica y por el tratamiento sensible y polémico de temas sociales, políticos y ecológicos que le han destacado como promotor cultural, pero también como defensor de los derechos humanos de los pueblos de toda América Latina.
En esta oportunidad y aprovechando la oportunidad que la historia contemporánea ofrece para abordar el tema con renovada vigencia, el director se traslada a Bolivia, cuna de más de 30 etnias originarias que hoy en día enfrentan la modernidad con una reivindicación de sus valores, gracias al arribo a la presidencia de Evo Morales, el primer mandatario indígena de ese país.
No obstante, este documental no versa sobre el presidente boliviano, pues su búsqueda va más allá del hecho político, se trata de una obra que busca llegar a las raíces de América y que apela para ello al hecho cultural, a la fuerza palpable y poderosa de un pueblo que no sólo tiene alma, sino que la expresa además en forma colorida y esplendorosa, a través de un baile que es una gran fiesta nacional: los Carnavales de Oruro.
En efecto y explorando sobre esta fiesta eminentemente indígena -como un espacio de encuentro de las más diversas clases sociales y grupos geográficos del país- Azpúrua trata de exponer al espectador parte de los elementos más resaltantes de la idiosincrasia boliviana y de su proceso histórico, mostrando además esta festividad como el encuentro anual en el que indios, negros y blancos son capaces de danzar por la vida y no por la muerte.
(...)Los indios no tienen alma, hijo mío. No son seres humanos. Son salvajes sin Dios. Tu misión es divina. No matas a un ser humano cuando matas a uno de ellos. Matas una cosa(...)”.
De acuerdo al escritor, ensayista y guionista argentino José Pablo Feinmann en su libro “América Latina, origen y despojo” éstos eran parte de los argumentos con los que los sacerdotes de la conquista convencían a los españoles para “matar indios sin culpa”. Sin embargo, fueron también ideas que inspiraron al cineasta Carlos Azpúrua para demostrar exactamente lo contrario, a través de la realización de su nuevo documental “América tiene alma”, obra de 70 minutos que estrenará el próximo jueves, 15 de octubre a las 7:00 pm en PDVSA Centro de Arte La Estancia.
Azpúrua se ha destacado por su calidad cinematográfica y por el tratamiento sensible y polémico de temas sociales, políticos y ecológicos que le han destacado como promotor cultural, pero también como defensor de los derechos humanos de los pueblos de toda América Latina.
En esta oportunidad y aprovechando la oportunidad que la historia contemporánea ofrece para abordar el tema con renovada vigencia, el director se traslada a Bolivia, cuna de más de 30 etnias originarias que hoy en día enfrentan la modernidad con una reivindicación de sus valores, gracias al arribo a la presidencia de Evo Morales, el primer mandatario indígena de ese país.
No obstante, este documental no versa sobre el presidente boliviano, pues su búsqueda va más allá del hecho político, se trata de una obra que busca llegar a las raíces de América y que apela para ello al hecho cultural, a la fuerza palpable y poderosa de un pueblo que no sólo tiene alma, sino que la expresa además en forma colorida y esplendorosa, a través de un baile que es una gran fiesta nacional: los Carnavales de Oruro.
En efecto y explorando sobre esta fiesta eminentemente indígena -como un espacio de encuentro de las más diversas clases sociales y grupos geográficos del país- Azpúrua trata de exponer al espectador parte de los elementos más resaltantes de la idiosincrasia boliviana y de su proceso histórico, mostrando además esta festividad como el encuentro anual en el que indios, negros y blancos son capaces de danzar por la vida y no por la muerte.
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