domingo, 25 de octubre de 2009

Editorial La Voz del Valle de Caracas

Editorial La Voz del Valle de Caracas
Ruben Mendoza
Consolidar la revolución bolivariana exige la construcción de un partido organizado, disciplinado, coherente ideológica y políticamente, con gran sentido ético y moral, comprometido y con profundo sentido estratégico, que responda con eficiencia a las exigencias de la colectividad por conquistar mayores niveles de calidad de vida y permita elevar el nivel de conciencia del pueblo.
Esta es la exigencia y la urgencia de dotar al PSUV de una sólida estructura organizativa, de un programa político y de una definición ideo política, que le permita convertirse en la necesaria vanguardia que guíe, oriente y conduzca al pueblo venezolano por la senda de la sociedad de los iguales, la solidaridad, el amor, la justicia, la autodeterminación, la soberanía y la justa distribución de las riquezas; o sea, por la senda del socialismo.
De allí que el Primer Congreso del PSUV, a realizarse entre el 21 de noviembre y el 13 de diciembre de este año, revista gran importancia.
Allí se define el futuro de la revolución bolivariana: asumimos el camino reformista (hacer cambios pero que todo siga igual) o el camino revolucionario de profundas t r a n s f o r m a c i o n e s para avanzar hacia el socialismo,
Por eso es importante tener presente que los delegados que asistan a este evento deben ser revolucionarios comprometidos, con un sólido nivel ideo político, con una elevada ética y moral socialista, desprendidos de toda cultura sectaria y grupalista. Por lo tanto su selección debe estar bien lejos del amiguismo, de la manipulación a favor de determinados nombres bajo el supuesto de líneas emanadas de órganos superiores y de la imposición por algún tipo de autoridad ajena al propio partido.
Todos deben surgir del autónomo, rico y transparente debate de las bases del partido, hoy expresadas en las patrullas, en un sano ejercicio de democracia y auténtica participación protagónica del pueblo chavista.
Hacer algo distinto, guiados por el malsano instinto y objetivo de controlar el poder para satisfacer ambiciones particulares o de sectarios grupos, es sentar las bases para el descuido y diversionismo ideológico, camino para la destrucción de tan indispensable proyecto.
Por eso decimos, camarada Chávez no permita que esto ocurra, asuma y defina el destino de esta revolución, que en sus manos estamos convencidos seguirá teniendo un acertado rumbo

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