domingo, 11 de abril de 2010

LOS "TURISTAS" COLOMBIANOS

Los "turistas" colombianos
Se necesita ser Uribe, lo que equivale a decir cínico y descarado, para pedir la intervención de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos, organismo que, dicho sea de paso, se ha autodescalificado con sus subjetivas actuaciones, para exigirle al gobierno de Chávez que responda por la integridad física de sus paisanos detenidos en Barinas y Aragua y acusados de espionaje.
El ministro del Interior, luego de la aprehensión de los alegres viajeros en cuyas cámaras quedó registrado el hermoso paisaje de las centrales eléctricas venezolanas y de unos cuantos escenarios estratégicos nacionales, entre ellos puentes y autopistas, mencionó que algunos portaban carnés del ejército colombiano. Lejos de averiguar primero y declarar después, Uribe ripostó inmediatamente con su acostumbrada sarta de quejas contra Venezuela, entre las que tuvo el tupé de mencionar la muerte de "un equipo de fútbol" colombiano, "masacrado" en tierras venezolanas. No dijo el mandatario caliche que los tales "jugadores" eran más probablemente paramilitares muertos por algún otro bando rival de su propio país. En otras palabras, ellos vienen a Venezuela, trasladan su guerra para acá y nosotros terminamos siendo los culpables.
Pero el Jefe del Gobierno bogotano se cuidó muy bien de mencionar en su retahíla de denuncias contra los "atropellos" de que son víctimas los ciudadanos colombianos que nos "visitan", que hace algunos años fueron detenidos varias decenas de ellos en una hacienda en los alrededores de Caracas, en la que no estaban haciendo turismo de aventura precisamente. Aquellos ciento y pico de paracos fueron hechos presos en un bunker y posteriormente devueltos a su país en uno de esos arrebatos de generosidad presidencial que a muchos aún nos cuesta comprender.
A Uribe le preocupa que en Venezuela se esté gestando un sentimiento anticolombianista y se olvida que nosotros tenemos alojados, en condiciones ampliamente hospitalarias y con todas sus garantías ciudadanas bien cuidadas, a más de cuatro millones de paisanos suyos que se vinieron de allá, huyéndole a qué, cabe preguntar, si es que ahora Colombia es el paraíso de los derechos humanos.
Tampoco dijo el tipo de la Casa de Nariño que en los cerros de Petare actúan con absoluta impunidad más de cinco mil discípulos suyos, esos que se formaron en las tenebrosas Autodefensas Unidas de Colombia, cuya paternidad el mundo entero sabe que es uribista. No habló el mandatario neogranadino de que en Venezuela no existían el secuestro ni el sicariato hasta que, junto con esa gigantesca marejada de refugiados que nos llegó en los últimos cincuenta años, se colaron unos cuantos practicantes de vicios execrables como esos. No vamos a cometer la ligereza xenofóbica de decir que todo lo que ha llegado de allá es malo. No. Mucha buena mano de obra honesta se ha sumado a la nuestra. Pero a la hora de las chiquitas, y eso lo sabe Uribe y todo el que piense un poquito al respecto, al momento de un conflicto bélico nosotros no tendríamos que temer a una invasión porque ya tenemos todo un ejército de ocupación adentro.
Lo que tendríamos que hacer ahora, en ejercicio de reciprocidad, es mandar unos cuantos "visitantes" nuestros a tomarle foticos a las bases gringas, a los avioncitos espías que nos mandan de vez en cuando y a todo lo que se mueva del otro lado de la frontera y que nos amenace. Sería "turismo" soberano de pleno derecho.
Mariadela Linares

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