Transición pacífica al Socialismo
Abg. Jesús Silva R.
La esperanza del pueblo por una sociedad basada en la igualdad de clases se debate en el heterogéneo y multicolor y teatro político denominado "Chavismo", están representados una buena parte de los intereses de la clase dominante, chocando inevitablemente contra las justas aspiraciones de los sectores históricamente excluidos. Bajo el manto generoso de nuestra joven Revolución Bolivariana, se atrincheran hábilmente "por ahora" nuevos cogollos pequeñoburgueses con ansias de poder
Esta era supone un choque de fuerzas entre dos clases antagónicas. Una clase explotada, oprimida pero a su vez trabajadora y productora de bienes y servicios, creadora y modificadora de la realidad que la envuelve y por ende revolucionaria, ya que pretende cambiar el desigual orden establecido. Y del otro lado, la clase explotadora, defensora de los beneficios que goza a expensas de la otra clase, sin mínimo interés en cambiar la realidad que le beneficia y por lo tanto siempre es reaccionaria.
Ciertamente la historia nos enseña que todo proceso social genera confrontación entre los propósitos de la sociedad naciente y los de la sociedad en extinción. Hoy asimilamos mejor que no se puede decretar a todo trance una nueva cultura y pensamiento nacional, ni enterrar de inmediato los antivalores capitalistas ni "purificar" al instante el cerebro de los antisocialistas; puesto que crucial es interpretar los tiempos y las correlaciones de fuerza para tener claro el camino que debemos emprender para revolucionar el pensamiento de las masas.
Bien lo dijo Mao Tse Tung (Sobre la contradicción, 1937): “La contradicción y la lucha son universales y absolutas, pero los métodos para resolver las contradicciones, esto es, las formas de lucha, varían según el carácter de las contradicciones”. Por tal motivo, siendo ésta, una revolución sostenida por elecciones burguesas, surge el difícil desafío de la inédita transición pacífica al Socialismo, lo que significa: Al menor costo posible, triunfar en esta lucha de clases sociales.
La esperanza del pueblo por una sociedad basada en la igualdad de clases se debate en el heterogéneo y multicolor y teatro político denominado "Chavismo", están representados una buena parte de los intereses de la clase dominante, chocando inevitablemente contra las justas aspiraciones de los sectores históricamente excluidos. Bajo el manto generoso de nuestra joven Revolución Bolivariana, se atrincheran hábilmente "por ahora" nuevos cogollos pequeñoburgueses con ansias de poder
Esta era supone un choque de fuerzas entre dos clases antagónicas. Una clase explotada, oprimida pero a su vez trabajadora y productora de bienes y servicios, creadora y modificadora de la realidad que la envuelve y por ende revolucionaria, ya que pretende cambiar el desigual orden establecido. Y del otro lado, la clase explotadora, defensora de los beneficios que goza a expensas de la otra clase, sin mínimo interés en cambiar la realidad que le beneficia y por lo tanto siempre es reaccionaria.
Ciertamente la historia nos enseña que todo proceso social genera confrontación entre los propósitos de la sociedad naciente y los de la sociedad en extinción. Hoy asimilamos mejor que no se puede decretar a todo trance una nueva cultura y pensamiento nacional, ni enterrar de inmediato los antivalores capitalistas ni "purificar" al instante el cerebro de los antisocialistas; puesto que crucial es interpretar los tiempos y las correlaciones de fuerza para tener claro el camino que debemos emprender para revolucionar el pensamiento de las masas.
Bien lo dijo Mao Tse Tung (Sobre la contradicción, 1937): “La contradicción y la lucha son universales y absolutas, pero los métodos para resolver las contradicciones, esto es, las formas de lucha, varían según el carácter de las contradicciones”. Por tal motivo, siendo ésta, una revolución sostenida por elecciones burguesas, surge el difícil desafío de la inédita transición pacífica al Socialismo, lo que significa: Al menor costo posible, triunfar en esta lucha de clases sociales.
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