Narciso López nació en Caracas en 1798.Todos sus hermanos abrazaron las ideas de la independencia de Venezuela a raíz de los acontecimientos de 1810. Sin embargo, un tío se convirtió en jefe de las guerrillas realistas en los llanos y lo enroló en sus filas cuando tenía apenas 15 años. Años después, cuando los campos de batalla habían conocido su arrojo y destreza en los combates, José Antonio Páez lo llamó el “valeroso comandante realista”.
Narciso López hizo una leyenda por su fuerza física. Se dice que era capaz de doblar una moneda entre sus dedos y romper todo un paquete de naipes de una sola vez. Participó en toda las batallas de la guerra hasta ascender a coronel. Sirvió primero bajo las órdenes de Domingo Monteverde y después de Pablo Morillo y Francisco Tomás Morales. Era temido hasta por los propios bravos lanceros del ejército de Apure y solía retar a duelo a los comandantes patriotas antes de las batallas y a la vista de los dos ejércitos, duelos que se hicieron costumbre hasta 1821. Narciso López no fue el único venezolano en combatir a favor de las banderas de España. Como él, miles fueron llevados al campo realista a consecuencia de la profunda división de clases en la sociedad colonial. En los primeros años, el conflicto en Venezuela adquirió el carácter de una guerra civil entre la vieja nobleza oligárquica que había proclamado la independencia por razones de sus intereses y la mayoría del pueblo llano que odiaba el régimen de exclusión y discriminación impuesto por los “mantuanos”.
Concluida la guerra en Venezuela, se residenció en España y fue gobernador de Cuenca y luego de Valencia y de Madrid. Se hizo más famoso cuando venció en duelo al coronel Carlos O’Donell a la vista de los ejércitos carlistas e isabelinos que se disputaban el trono. Alcanzó el grado de mariscal de campo y fue considerado también en España como “el primer lancero del ejército”.
A partir de 1835 dejó el servicio militar y se instaló en Cuba, donde comenzó a conspirar a favor de la independencia de la isla. Participó en numerosos intentos para unir a los rebeldes cubanos.
Se le atribuye la creación de la actual bandera de Cuba, que enarboló por primera vez durante la invasión que dirigió en 1850. Derrotado una y otra vez, no desmayó en su intento. En la última invasión, en 1851, fue vencido por fuerzas españolas superiores. Hecho prisionero, lo trasladaron a España donde fue condenado a muerte “en garrote vil” Cuando en Caracas se supo su muerte, se le rindieron honras fúnebres en los templos a pesar de las protestas del Embajador de España.
Narciso López hizo una leyenda por su fuerza física. Se dice que era capaz de doblar una moneda entre sus dedos y romper todo un paquete de naipes de una sola vez. Participó en toda las batallas de la guerra hasta ascender a coronel. Sirvió primero bajo las órdenes de Domingo Monteverde y después de Pablo Morillo y Francisco Tomás Morales. Era temido hasta por los propios bravos lanceros del ejército de Apure y solía retar a duelo a los comandantes patriotas antes de las batallas y a la vista de los dos ejércitos, duelos que se hicieron costumbre hasta 1821. Narciso López no fue el único venezolano en combatir a favor de las banderas de España. Como él, miles fueron llevados al campo realista a consecuencia de la profunda división de clases en la sociedad colonial. En los primeros años, el conflicto en Venezuela adquirió el carácter de una guerra civil entre la vieja nobleza oligárquica que había proclamado la independencia por razones de sus intereses y la mayoría del pueblo llano que odiaba el régimen de exclusión y discriminación impuesto por los “mantuanos”.
Concluida la guerra en Venezuela, se residenció en España y fue gobernador de Cuenca y luego de Valencia y de Madrid. Se hizo más famoso cuando venció en duelo al coronel Carlos O’Donell a la vista de los ejércitos carlistas e isabelinos que se disputaban el trono. Alcanzó el grado de mariscal de campo y fue considerado también en España como “el primer lancero del ejército”.
A partir de 1835 dejó el servicio militar y se instaló en Cuba, donde comenzó a conspirar a favor de la independencia de la isla. Participó en numerosos intentos para unir a los rebeldes cubanos.
Se le atribuye la creación de la actual bandera de Cuba, que enarboló por primera vez durante la invasión que dirigió en 1850. Derrotado una y otra vez, no desmayó en su intento. En la última invasión, en 1851, fue vencido por fuerzas españolas superiores. Hecho prisionero, lo trasladaron a España donde fue condenado a muerte “en garrote vil” Cuando en Caracas se supo su muerte, se le rindieron honras fúnebres en los templos a pesar de las protestas del Embajador de España.
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